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Cuando llegamos a mi casa invité a Jimin a sentarse, luego fui a la cocina y cogi dos sopas instantáneas para matar el hambre. Cuando estuvieron listas, las servi e invité a Jimin a la mesa del comedor, el gustoso se la tomó. Cuando terminamos lleve los platos al lavadero, ya después que me cuente los lavaré. Luego nos fuimos a mi habitación, nos sentamos en mi cama.

— gracias Kookie, la mejor sopa que has cocinado —Jimin se burló acomodándose entre las almohadas cruzando las piernas.

— ja, ja, ja, que chistoso —el solo sonrió— bueno ahora que nuestras barrigas están llenas cuentamelo todo.

El asintió con una sonrisa.

— bueno, nuestros queridos y guapos chicos nuevos vienen de Busan, de la ciudad de Dongsam-Dong, ambos estudiaban en la misma escuela, ahí se hicieron amigos, ambos al parecer son de familias adineradas y respetuosas —eso explica la limusina que vino a recogerlos— hasta ahí todo bien, ahora viene lo feo; dicen que ellos se valían de su belleza para hacer que los alumnos estén con ellos y hagan lo que ellos quieran. Quien me dijo esto dice que no está muy segura de lo que te diré a continuación —Jimin se me acercó más y bajó la voz, como si no quisiera que nos oyeran— dice que ellos... es como que si se vendieran para hacerles el favor a las chicas; ¿me dejo entender? —yo negué, el suspiró— osea, como que ellos por dinero hacían favores sexuales, que la mayoría de las chicas se acercaba a ellos por lo guapos que eran y siempre le daban algo a cambio, si no era dinero, dicen... que pagaban con su cuerpo y todo por estar con ellos —eso me sorprendió, no sabía que pensar— cuando el director de aquel colegio se enteró, pues rápidamente tomó cartas en el asunto y los expulsó. Como el nombre de su familia a quedado manchado, pues sus padres los mandaron aquí a Seúl a estudiar hasta que se calmen las cosas por halla.

En serio no me podía creer lo que Jimin me acababa de decir.

— es increíble lo que me acabas de contar Jimin —el asintió con su cabeza— no puedo creerte enserio.

— ¿como que no? —Jimin me miró con falsa molestia— no te estoy mintiendo Kookie, me ofende que no me creas.

— no lo digo por que no te crea tontito, sino que uno de ellos está en mi salón y se sienta conmigo —Jimin abrió sus ojos sorprendido.

— ¿por que no me dijiste que un Dios griego como ese esta sentado contigo?, eso es maldad pura, no te puedes guardar ese tipo de información.

Cuando no mi amigo de exagerado y dramático. Sonreí.

— no te conté por qué no había tenido tiempo, por eso te lo cuento ahora, ya quita ese puchero, no seas un niño —Jimin tenía los brazos cruzados y un puchero adornaba sus labios, me parecía gracioso su comportamiento— ya Jiminnie, te lo estoy contando.

El me miró y asintió con una sonrisa.

— y dime cómo se llama, que tan guapo es ya que yo solo lo he visto de lejos.

Le sonreí tímido y desvíe la mirada.

— bueno, es alto, su cabello es negro y un poco largo, sus ojos son de un hermoso color índigo, cuando los miras parecen como si vieras las profundidades del mar, son tan hermosos, sus labios son de un color rosa suave y son tan provocativos, tiene una barbilla concelada y su piel es bronceada, el sin duda es muy guapo.

Cuando miré a mi amigo el me veía con una sonrisa coqueta en sus labios.

— ¿te has escuchado Jungkook? un poco más y babeabas mientras lo describías.

Destino de Un Lobo   ..* TAEKOOK *..Donde viven las historias. Descúbrelo ahora