Tachi

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Hinata frunsio el ceño ante el silencio sepulcral que habia en la casa, dejo los papeles en su escritorio y agudizo el oído…Nada.

Su pequeño hijo de 4 años no solía ser ruidoso, de hecho en general era muy calmado, algo timido  su casa era demasiado grande para tres personas –su hijo, su esposo y ella- por lo que el niño tenía mucho espacio para jugar pero estaba lloviendo, por lo que no jugaría en el jardín, quizá en la sala o el pasillo, entonces, se supone que ella podría escucharlo, pero todo estaba tan tranquilo, que supo que algo no iba bien.

Con calma dejo el cuchillo en la mesa, apago la estufa y dio media vuelta dispuesta a encontrar a su hijo, no por desconfiar de él, pues en general no se portaba mal, tampoco preocupada, porque él no corría ningún peligro dentro de la casa, más bien curiosa, tanto silencio solo podía indicar que algo inusual sucedía, o que su hijo tramaba algo.

Reviso rápidamente la sala y el pasillo, también el estudio donde ella y Shikamaru solían trabajar, el armario bajo las escaleras y el comedor, no encontró a Dai, 
pero el sonido de algo azotándose en la parte superior la hizo ir directamente hacia la planta alta, para ese momento supo que efectivamente, algo sucedía, así que fue cuidadosa.

Se paró en la orilla de la escalera, justo antes de dar al pasillo de las habitaciones quedando oculta por la pared, vio a su pequeño ciervo salir de su habitación con algo en brazos, parecía ropa, el niño rápidamente miro por el pasillo, vigilando que nadie lo viera, inteligente, pero no lo suficiente, Hinata alcanzo a esconderse justo antes de que el mirara a donde ella estaba, al sentirse a salvo el niño corrió de la habitación de la peliazul  a la suya, abrió la puerta rápidamente y entro, la cerro con calma evitando ruido.

Hinata estaba intrigada, si bien al principio pensó que quizá Dai había roto algo accidentalmente y que trataba de ocultarlo, ahora no estaba muy segura, su actitud era muy sospechosa.

Se acercó con calma a la puerta de la habitación del pequeño, estaba por tocar cuando escucho un leve ruido, como cuando arrastras las uñas por la madera, espero un par de segundos más y luego escucho la voz de su pequeño susurrando.

—No, no hagas eso…. —luego un golpe leve y los pasos de su hijo por toda la habitación— ¡Shhhh!, ¡Mamá nos va a oír!, ¡No! ¡Bájate de ahí!—

Si bien antes estaba intrigada, ahora estaba curiosa, ¿Qué estaba haciendo su hijo? Y más importante, ¿Con quién hablaba? Estaban solo ellos dos en casa, Shikamaru trabajaba.

Un golpe, esta vez mas fuerte la orillo a intervenir, toco levemente la puerta y giro el pomo, se dio cuenta de que estaba cerrada por dentro, eso ya no le agrado.

—¿Shikadai?—

La respuesta tardo varios segundos y cuando él respondió fue un poco audible y nervioso "¿Si?"

—¿Qué haces?, ¿Puedes abrir la puerta?—Estaba siendo amable y preguntando con tranquilidad, pese a que sabía que su hijo estaba haciendo algo indebido y por eso cerraba la puerta con seguro.

—Mmmm…. ¿Para qué?— Hinata frunsio el seño molesta ante la respuesta de su hijo, no le agrado en absoluto.

—Shikadai puedes abrir la puerta—

Tres segundos después, un pequeño y visiblemente nervioso Shikadai abrió la puerta pero se detuvo en la entrada, bloqueando el paso a la habitación que estaba a oscuras, Hinata le miro, con curiosidad.

—Estaba dormido—Se excusó rápidamente, luego se tallo los ojos y fingió un bostezo, Hinata lo miro, era claro que le mentía, la razón era el porqué.

—Escuche un golpe—dijo tranquilamente, puso las manos en su cadera y miro fijamente a su pequeño quien aún más nervioso miro hacia la habitación oscura, Shikadai vestía una camisa diferente a la que ella le había puesto por la mañana, quizá no lo habría notado si no la tuviera puesta al revés, usaba el mismo short pero los tenis estaban mojados, su cabello estaba despeinado y húmedo, como si hubiera estado jugando en la lluvia.

ShikahinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora