Alas de la Libertad.

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Decidí hacer una continuación sin spoilers para que los que quieran ver el anime original no tengan problema, lo recomiendo mucho. Disfruten!

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No lo pensó al darle toda su capital a ese chiquillo pelirrojo.

La miserable moneda de plata había sido recibida tras cargar montones de fardos de heno, desde el campo a la ciudad en una pobre carreta. Kouki supo que aquél mes tampoco podría comprar el medicamento de su madre con tan escasa paga.

Lo había perdido todo excepto a ella, pero él era muy débil como para conseguir un trabajo mejor pagado, era muy pequeño para unirse a los militares y era muy tonto para saber crear la medicina por sí mismo. Todos estos pensamientos lo aquejaban cuando oyó gritos de una pelea y supo que esos niños molestaban a alguien de nuevo.

Se obligó a no ir, se obligó a poner un pie delante de otro y seguir hasta su casa, se insultó para no regresar y ayudar a otra pobre alma desgraciada.. Pero entonces recordó cómo su hermano defendía a cada hambriento y abandonado, a cada pequeño y enfermizo aldeano.. Y corrió hacia allá.

Su buena voluntad fue recompensada luego, cuando recibió ese brillante cinturón a cambio de una moneda que no podía equipararse a ese valor exorbitante: no sólo pudo comprar la medicina, sino que en su vieja casa en la cima de una colina, no faltó nada durante largos meses.

Aunque apenas le había llegado al hombro, aunque tenía unas pequeñas manos delicadas como niña, aunque sus grandes ojos brillaban como ingenuas estrellas.. El mocoso lo había besado.

El mocoso.. Lo había besado.

No había vuelto a verlo y se preguntaba cómo estaría. Si habría llegado a salvo a su casa.. Pero tenía demasiadas cosas ocupando su cabeza como para pensar en él. El trabajo.. Su madre enferma mejorando de a poco..

A veces iba a la escalera de mantenimiento de la muralla, creyendo que quizás podría encontrarlo allí, pero se quedaba largas horas viendo el horizonte desde esa ventana solitaria.

Estaba allí arriba la tarde en que las alarmas sonaron y el Titán Colosal asomó la cabeza sobre la muralla, destrozando la puerta para que montones de los suyos invadieran la ciudad. Un militar lo encontró mientras trataba de huir de los escombros que volaban hacían todas direcciones, poniéndolo en un barco que pronto abandonó la zona infestada de monstruos.

No volvió a ver a su madre.

Los pobladores tuvieron que resguardarse tras la segunda muralla, sólo ésa y una muralla interior donde habitaba la gente noble restaba para que la humanidad estuviera extinta.

Durante tres años Kouki se esforzó día a día hasta llegar a graduarse como militar, pero justo cuando llegó el momento de elegir la legión a la que quería entrar.. Una nueva emergencia ocurrió.

Los titanes comenzaron a empujar todos al mismo tiempo en un punto exacto de la segunda muralla, no hubo ni un crujido de parte de aquellos bloques gruesos, pero unos subían sobre otros, apiñándose y hasta trepándose en los hombros ajenos. Sólo era cuestión de tiempo hasta que uno especialmente alto consiguiera alcanzar la cima.

Los ciudadanos gritaron y corrieron tratando de llegar al interior mientras todos los militares eran enviados a despejar el área, acabando con la mayor cantidad de enemigos posibles para resguardar la seguridad cuanto pudieran y así recuperar la ciudad.

Si no se los detenía, pronto perderían más porciones de tierras y con ello mayores recursos. La humanidad podría no ser devorada por los titanes, pero sucumbiría ante la hambruna si no había campos que cultivar.

Dentro de las murallasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora