𝐒𝐄𝐄 𝐘𝐎𝐔 𝐀𝐆𝐀𝐈𝐍 [ᴡᴏɴᴋʏᴜɴ]

V. ＢＹ ＭＹ ＳＩＤＥ.

*Durante esa misma noche.*

—¡¿Qué hacen?! ¡¡Estaban en una cita!! —preguntó Yeoreum con voz aguda tapándose la boca con ambas manos.

—Shh, silencio, te va a escuchar —Hoseok miró por encima de la chica y después la condujo hacia el interior de la sala, donde el grupo estaba practicando minutos antes. —¡¡Era una cita!! —declaró saltando de emoción.

—¡Aahh! ¿Y qué pasó? ¿Ya se besaron? ¡Cuéntame, oppa! —pidió dando saltitos y soltando pequeñas risas.

—No, aún no... pero... ah, necesito hacerlo o moriré, te lo juro... solo que no sé cómo confesarme con él, es tan... ¡Tan ChangKyun! —soltó una carcajada.

—No puedo creerlo, eres un tonto, ¡deja de perder el tiempo!, Solo... dile lo que practicamos, ¿Ya lo olvidaste?

—No, claro que no, lo memoricé como si de una canción se tratara. —declaró orgulloso.

—¡Entonces solo hazlo!

—Lo haré, lo haré... —refunfuñó mordiéndose un labio. —ChangKyun... —respiró hondo y comenzó su discurso —Hemos estado juntos por mucho tiempo, y yo, la verdad es que estoy enamorado de ti, me encantas, me gustas muchísimo, eres mi razón de vivir... yo ya no puedo estar sin ti.

—¡Exacto! Dile eso y verás cómo caerá rendido a tus pies.

—¿Eso crees? —preguntó removiéndose el cabello.

—Sí, seguro... aunque sea tan... especial ja ja.

—Oye, cuidado con mi chico, eh. —rió y después se asomó para ver si el menor ya venía.

—¡Yeoreum, debemos irnos! —escucharon la voz de Seola a lo lejos.

—¡Ya voy, unnie! —respondió de igual manera y miro a Hoseok nuevamente. —Por favor, solo tranquilízate y todo saldrá bien, usa tu encanto. —pidió guiñándole un ojo. —Te veré después oppa, me cuentas todo —le dijo mientras lo abrazaba con fuerza —¡Suerte!

—Nos vemos, pequeña, descansa. —Sonrió y también salió de la sala de prácticas.

Nervioso, caminó hasta el estudio pero le pareció raro encontrar la luz apagada y la puerta cerrada.

—ChangKyun... ¿estás ahí dentro? —Preguntó mientras tocaba la puerta de madera, sin obtener respuesta.

Confundido, caminó hasta la salida abriendo muy bien los ojos en busca del pequeño rapero, pero sin éxito alguno.

—Hola, buenas noches —saludó a la recepcionista del vestíbulo del edificio. —¿vio a mi compañero de grupo, el joven I.M?

—Sí, el muchacho se fue hace unos minutos. —Respondió con una sonrisa