Como solía suceder cada mañana, Mello se despertó con ganas de comer su postre favorito, aquellas barras de chocolate que tanto adoraba quien sabe desde cuando. Sin embargo, ese día, para su mala fortuna, no solo en el refrigerador no se encontraba el ansiado postre, sino que la heladera completa estaba vacía, y por si eso no fuera poco, su querido Matt no se encontraba en casa
–Tssk –dijo con enojo, caminando hacia la ventana más próxima a él y asomándose por ella, su auto no estaba aparcado donde siempre –Ese grandísimo estúpido ¿a dónde se habrá metido?- se cuestionó mentalmente, resultaba bastante extraño que su compañero de departamento saliera tan temprano y se llevara el auto, ya que por lo general prefería montarse en su motocicleta y "Retar al viento" como solía expresar. Así que dejando de lado la incógnita, decide salir por su cuenta y conseguir un poco de aquel chocolate que le distorsionaba los sentidos. En la calle era todo siempre igual, personas aburridas haciendo cosas aburridas o dirigiéndose a algún lugar aburrido, todo para él era tan aburrido, más aún sin sus razones para vivir: Matt y el chocolate ¿o era al revés? Aunque no era momento de pensar en cual era su prioridad, sobre todo en esos momentos en que el chocolate iba a la cabeza en el marcador
–Ey Mello –escuchó una voz familiar que le resultaba detestable, más allá de los sentimientos hacia esa persona, detestaba que siempre estuviera a un paso delante de él. Así que sin mucho ánimo se giro para toparse con aquel muchacho que le sonreía con una expresión de seriedad que no hacía contraste para nada con aquella mueca –Hola Near –saludó sin afán
–Me he visto a Matt hace un par de minutos –confesó el más pequeño, haciendo que por fin Mello mostrara interés en algo
–Cuéntamelo, dime donde está –pidió con la falta de serenidad que le caracterizaba, logrando en su amigo otra especie de mueca muy parecida a una sonrisa
–Lo siento, me ha pedido que no te diga nada – contestó sin mostrar interés aunque realmente estaba contento, y sin más le pasó de largo, ignorándolo por completo. Mello chasqueó fuertemente los dientes, de alguna u otra forma, el maldito de Near siempre lograba tener mejor información que él en todo. Pero aún así decidió no hacerle mucho caso al chico, después de todo no quería seguir el juego
Llegó por fin a la ansiada tienda donde solía surtirse de todos sus chocolates, así que desembolsando un par de billetes se compró los que consideró necesarios para toda la semana, aunque casi siempre sus cálculos resultaban erróneos y comía más de lo previsto, durándole sus provisiones tres días en lugar de una semana. Contento por su compra regresó al departamento, antes de entrar vio el auto estacionado, sonrió satisfecho de que no tuviera que preocuparse más por su compañero y entonces entró, sin embargo la imagen frente a él en la sala no le agradó para nada, junto a su querido Matt se encontraba una guapa chica rubia, vestía de un verde que a la vista le resultaba molestoso y desagradable, además de aquella voz melosa que dejaba oír la muchacha, asimismo parecía que lo que tenía de bonita lo tenía de tonta, pues reía de algo que no se podía saber que, sobretodo por la expresión de desconcierto de su compañero
–Hola Mello –saludó como siempre Matt, pero no recibió respuesta, Mello simplemente les pasó de lado y llevándose todos los chocolates se encerró en su habitación, a Matt se le pintó la duda en la cara e ignorando las palabras de la chica a su lado, miró la puerta de la habitación de Mello durante un tiempo
–¿Me escuchas Matt? Creo que necesito un nuevo bolso –repintó la chica, fijando su mirada con interés en el bolso que portaba
–¿Sabes Nina? Creo que no me siento bien ¿dejamos esto para después? –preguntó amablemente, aunque realmente no le importaba mucho que la chica se fuera o no, después de todo la había invitado porque desde hace días le había prometido que la ayudaría con un proyecto de la Universidad. A ella pareció disgustarle ese hecho, pero no tenía de otra, así que al torcer la boca un poco dio a entender a su compañero que ha captado, después se va mostrándose molesta
–¿Y a éste que le pasa? –se preguntó desconcertado, mirando la puerta mientras pensaba si era conveniente hablar o no con él. Entonces después de unos minutos se decidió, Mello no era de los que ponía llave a la puerta, así que abre sin mayor problema, encontrando al chico comiendo barra tras barra de chocolate sin parar, aún cuando él siempre comía mucho de ese dulce, resultaba extraño verlo así, comiendo como desquiciado
–Déjame solo ¿no ves que estoy ocupado? –dijo groseramente a la par que abría otra nueva barra de chocolate, engullendo después un trozo grande. A Matt se le revolvió un poco el estómago por la imagen, sobre la cama había varios envoltorios vacíos
–Te hará daño –sugirió Matt, pero Mello solo mostró una sonrisa burlona antes de arrancar otro pedazo a la barra que sostenía con su mano derecha. A Matt le molestó que le retara de esa forma, así que se acercó a él y bruscamente le arrebató la barra que consumía, tirándola al suelo, el rubio miró su dulce caer dolorosamente al piso y sin reparar en consecuencias se abalanzó con molestia sobre su amigo, cayendo ambos al suelo, Mello sobre Matt en una pose bastante comprometedora, ambos se miraron a los ojos, con el rostro sonrojado y en un santiamén ambos se separaron, sentándose en el suelo, casi dándose la espalda
–Yo –intentó hablar Mello, pero al ver a Matt levantarse del suelo le hizo callar
–Solo me preocupo por ti –dijo antes de caminar hacia la puerta para dejar solo a su amigo a que se atragantara con el chocolate si tanto lo deseaba. Pero a cambio del silencio y aprobación que esperaba por parte de su amigo, sintió unos fuertes brazos que le atraparon la espalda, situándose en su pecho, un enorme sonrojo adornó su rostro, quedándose completamente estático
–No me mientas –dijo lastimosamente, dejándose ver incluso débil, algo que no iba con su personalidad, dejando a Matt completamente pasmado sin saber que hacer
–No te estoy mintiendo –explicó, pero sin ningún resultado, Mello apretó más sus manos contra el cuerpo de su amigo, acercando más el pecho a su espalda, causándole un incómodo cosquilleo que le recorrió el cuerpo
–Entonces dime porque ¿Por qué traes chicas acá? –Cuestionó dolido – ¿Eso es que yo te importe? –nuevamente Matt se quedó helado por las palabras de Mello ¿Desde cuando su amigo decía esas cosas? ¿Acaso era el efecto por comer tanto chocolate?
–No... no te entiendo Mello –comentó inquieto, intentando apartar los brazos que le sostenían fuertemente
–¡Me gustas carajo! Y me gustas mucho –la confesión que obviamente no se esperaba dejó helado a Matt, más que cualquier otra cosa en el mundo, jamás creyó que algo así fuera posible, ellos eran compañeros de departamento, de Universidad y también amigos desde hace dos años. Pero no solo era la sorpresa de la confesión, era el hecho de que por primera vez escuchaba tan de cerca los latidos del corazón de Mello, de que por primera vez sentía deseos de tocar a un hombre, de que por primera vez se daba cuenta que su amigo le importaba mucho más de lo que un amigo normal le importaría
–Mello yo... es que... –sus palabras se vieron interrumpidas cuando sintió los brazos que le soltaban, entonces se giró hacia atrás, encontrando frente a él la espalda de Mello, después oyó una sardónica y lastimosa risa
–Has caído redondito, que tonto eres –aunque no veía la expresión burlona que seguramente estaría haciendo con la cara, Matt comprendía que todo había sido una cruel broma de su amigo y enseguida se molestó, saliendo rápido de la habitación, sintiendo vergüenza y a la vez humillación. Pero no solo era él, también el orgullo de Mello había sido aplastado, empuñaba con fuerza sus puños, lo había echado a perder, por fin había confesado sus sentimientos y ahora estaba todo echado en saco roto por él mismo, pero seguramente así estaba mejor, Matt merecía algo mejor que él
Continuará...
Notas: ¡Hola! No pensaba hacer más de un capítulo, pero he decidido dejarlo aquí porque me entró sueño y es hora de ir a dormir, dejen sus comentarios por favor, me serán útiles, sobre todo si me dan sus críticas constructivas ¡Prometo cambiar! Así como dicen los novios o novias cuando los terminan, jajaja. Nos leemos
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DESEOS
FanfictionLos verdaderos sentimientos de Mello hacia Matt van más allá de una simple amistad, sin embargo, por miedo a lastimar su orgullo es incapaz de confesarlos