Ese día no había habido un nuevo encuentro entre ambos, después que Matt saliera apenado de la habitación de Mello, había decidido salir nuevamente del departamento, fastidiado con aquella cruel broma de su amigo, sobre todo considerando que lo había hecho dudar de una forma cruel, jamás había pensado en el rubio como en algo más, y ahora por culpa de su estúpida broma la imagen que tenía de él estaba arruinada, se había dado cuenta de una forma casi inverosímil de que a él si le interesaba Mello como algo más que amigo, situación que además le incomodaba, estaba más que seguro de su sexualidad, las mujeres le gustaban, eso no había cambiado aún en esos momentos, pero aún así sentía muchas dudas que revoloteaban alrededor de él como molestas aves carroñeras a la espera de verlo muerto para por fin poder devorarlo.
Miró a su alrededor y la visión de entonces le resultó fastidiosa, las personas pasaban por sus costados, cada una perdida en los asuntos que su vida personal les atañía, ninguna le miraba a él, quien en esos momentos pasaba por una de las situaciones más difíciles de su vida
–Maldición ¿ahora como debo actuar? –se preguntó inquieto mientras continuaba caminando, parecía indiferente aunque por dentro solo él sabía que estaba a punto de explotar. En su molesto camino en compañía de sus odiosos pensamientos se encontró con una curiosa situación, frente al palacio de gobierno había lo que parecía ser una competencia de ajedrez, no era realmente llamativo, salvo porque una mesa en especial parecía captar la atención de la mayoría, curioso también se acercó, logró abrirse paso entre la gente hasta llegar a la mesa donde se llevaba a cabo una interesante partida, en la silla a su lado derecho había un chico que no se veía mucho mayor que él, su cabello era castaño y la expresión de sus ojos fría y calculadora, tenía total atención en el tablero, seguramente pensando en su próxima jugada.
Al lado izquierdo estaba otro chico, sentado de forma poco habitual, con las piernas arriba de la silla y las rodillas dobladas, éste se veía mayor que el primero, y a diferencia de su contrincante su mirada carecía de expresión, como si fuera un maniquí, sus ojos tenían un aire sombrío y sin embargo estaban fijos en el tablero, esperando la respuesta a su último casi perfecto movimiento, la gente murmuraba. Matt miró atento el tablero, no entendiendo mucho que sucedía pues el ajedrez no era su fuerte, sin embargo le había llamado la atención el ambiente que se encontraba presente
–¿Cuánto tiempo llevan así? –preguntó a una mujer que se encontraba a su lado derecho y que al igual que el resto miraba la partida
–Veinte minutos, las reglas no lo permite pero el Juez ha hecho una excepción con ellos –explicó casi emocionada, como si aquel acontecimiento fuera único en el mundo, a Matt no le importo mucho, pero había algo que le inquietaba, antes incluso de preguntar encontró la respuesta –Son amantes –dijo la mujer mostrando una sonrisa maliciosa, a Matt le sorprendió la noticia y se quedó mudo, entre ambos jugadores había un aura un poco oscura que no lograba comprender, pero alcanzaba a percibir el espíritu de competencia en el ambiente, ignoraba si esos dos se amaban, pero eran capaces de mostrarse frente a todos como arduos contrincantes. Aquello le hizo acordarse de Mello "Competencia" era una palabra en la que no había pensado, entornó los ojos cuando aquella misma palabra adquirió un nuevo significado "Orgullo".
Volvió a mirar a los dos amantes perdidos en ese juego de ajedrez, entonces lo pensó más detalladamente, esos dos a pesar de la relación que tenían estaban ahí, haciendo gala de sus habilidades, decididos a no dejarse vencer. Su corazón comenzó a latir de forma arrebatadora, de nuevo se abrió paso entre los curiosos y al hallarse fuera corrió desesperado hacia el departamento, ahora comprendía todo, Mello no le había hecho ninguna broma, era solo que el chico no era capaz de sucumbir ante sus deseos, aún eso significara que nunca iban a estar juntos. Se molestó por ese acto infantil, pero también estaba feliz de hallarse correspondido, ahora era su turno de decirle a Mello de sus sentimientos
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DESEOS
FanfictionLos verdaderos sentimientos de Mello hacia Matt van más allá de una simple amistad, sin embargo, por miedo a lastimar su orgullo es incapaz de confesarlos