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ㅡ¡Eunwoo dónde estás!ㅡexclamó preocupado un rubio al no encontrar al pequeño en su habitación donde minutos antes lo había dejado.

Aunque no fue por mucho su preocupación ya que a los lejos se escuchó una risita de fondo causando que el padre negara.

 Otra vez lo había hecho.

ㅡ¡Aquí estoy papi!ㅡ gritó animadamente el pequeño desde la habitación de Jimin.

Jimin salió de la habitación de su hijo para dirigirse hacia su propia habitación. Al llegar a esta se encontró con la escena más hermosa ante sus ojos, el pequeño estaba vistiendo una de sus tantas camisas de trabajo y estaba acurrucado entre sus edredones dejando a la vista sus alborotados cabellos negros y aquellos ojos negros como la noche.

Su hijo era hermoso sin duda alguna.

ㅡPapi me encontrasteㅡ  dijo su hijo haciendo un tierno puchero con sus delgados y pequeños labios.

Su pequeño Park Eunwoo era su vida.

Luego de divorciarse, Jimin decidió que lo mejor era irse de Seúl y comenzar desde cero, con ayuda de su mejor amigo logró trasladarse a Chicago. Los padres de Jimin se opusieron en un momento, no aceptaban que su hijo se fuera del País. Al hablarlo durante algunas horas e incluso discutirlo, sus padres entendieron la situación y respetó la decisión que había tomado su hijo. En Chicago nadie lo conocía, a excepción de la empresa que estaba manejando, ya que esa fue la condición de irse de Seúl.

Trabajar en la empresa familiar.

Jungkook era un punto aparte, no volvió a saber nada del hombre y tampoco esperaba saber algo de él. Con ello estaba más que bien. Habían pasado exactamente 4 años. Años donde todo fue mejorando para él y su hijo.

Eunwoo nació en Corea, por lo qué, después de dar a luz se mudó inmediatamente a Chicago junto a su amigo y compañero de locuras, Taehyung. Su salida del país fue totalmente anónima. Jimin no quería que absolutamente nadie se enterara que se estaba yendo. 

Al llegar a Chicago las cosas marcharon como lo había planeado, la comunicación con sus padres era frecuente y buena. Su hijo era un niño bastante inteligente y gozaba de habilidades talentosas, y jimin no podía estar más feliz. Vivían una vida bastante cómoda y sin conflictos, no podía pedir nada más. Todo lo que alguna vez anhelaba, ahora lo tenia. Estaba feliz.

ㅡHey, ¿estás ahí Jimin?ㅡ una voz ligeramente gruesa lo sacó de sus pensamientos mas profundos.

Jimin giró un poco la cabeza para encontrarse con el hombre que cada día lo sacaba de sus casillas. Pero también lograba sacarle mas de mil sonrisas a diario.. 

Sinceramente no sabía que hubiera sido de el sin Taehyung. Al llegar a Chicago él se encargó del cuidado de su hijo mientras el ponía las cosas en orden. Nada fue fácil. Taehyung se convirtió en el barandal que necesitaba Jimin donde apoyarse. Su amigo nunca lo dejó y se mantenía a su lado sin impotar los desvalances que tuvieran en su relacion. Porque para Taehyung, Jimin era importante. 

ㅡ¿Qué haces tan temprano aquí?, que yo recuerde hoy saldrías tarde del trabajoㅡ inquirió Jimin con cierta confusión en el rostro.

Taehyung pestaño tres veces seguidas, aún mantenido la mirada puesta en Jimin. Mentir era una opcion y la otra era huir de las manos de Jimin. 

ㅡ Si, pero yo no, ya que a mi me deben horas extras, por lo tanto mi horario sigue igualㅡ sonrió felizmente Taehyung dándole la espalda a Jimin donde prosiguió a quitarse el abrigo que traía puesto del trabajo. 

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