JongIn¿Por qué estreché la mano del Omega?
JongIn empujó una brazada de leña en la chimenea demasiado al azar para ser de alguna utilidad. Refunfuñando entre dientes y con cuidado de no quemarse, pinchó la madera con un atizador de hierro hasta que se acomodó correctamente. Con su suerte echaría chispas en las pilas de cajas que nunca había desembalado y se quemaría el lugar dejando sólo las vigas.
Tonto. Maldito tonto. ¿Por qué no había escoltado a KyungSoo a la cabaña del líder de la manada? Podría haber hecho la oferta antes de que el pequeño hubiera pedido protección. Eso habría sido bastante fácil, y los ejecutores probablemente no habrían ido tras él.
De haberlo hecho, sin embargo se habrían llevado a KyungSoo... No. No había tenido elección.
Dejó caer la cabeza hacia delante y rodó su cuello hasta que crujió. Eso ayudó con la tensión en la espalda, pero no hizo absolutamente nada para aliviar su mente. O el resto de él, para el caso.
Tenía piernas largas, y en cunclillas frente a la chimenea ponía suficiente presión sobre la ingle como para estrangular a su pene, lo que era una buena cosa. Un toque de la mano del Omega y de repente tuvo una erección por primera vez en mucho tiempo, no podía recordar cuando su cuerpo se había despertado así.
El fuego había empezado a coger, las llamas lamían los lados de los troncos. JongIn se inclinó hacia adelante e inhaló su aroma. Cualquier cosa para expulsar el abrumador olor a menta. Aunque podría haber sido una buena cosa. Si hubiera tenido la nariz llena con las hormonas del Omega, Dios sabe lo que hubiera hecho. Tal vez hubiera lanzado al suelo a KyungSoo y lo hubiera follado allí mismo, demostrando ser tan malo como los ejecutores.
Cerró los ojos y respiro profundamente, por su mente pasaron una a una imágenes de KyungSoo. Redondo y maduro, casi brillante, y a pesar de todo lo que había pasado, sin dejar de sonreír. Aún valiente. Infiernos.
—¿JongIn? — KyungSoo llamó desde la sala un poco más allá.— ¿Tienes algunas toallas?
JongIn abrió los ojos. El vapor se filtraba por la puerta abierta. KyungSoo debía estar de pie directamente detrás de él, con la puerta del baño abierta. El agua caliente era un lujo en el interior de Seúl, pero los propietarios anteriores habían instalado un sistema que podía satisfacer al Alfa más difícil. Justo lo suficientemente eficiente, de hecho, para cuidar de un Omega bañado en olor a menta, antes de que haga la casa inhabitable.
Si JongIn observó de cerca, él podía distinguir la silueta de la forma de KyungSoo en la pared. Volvió la cabeza y apuñaló las brazas con el atizador.
—Debajo del fregadero.
—¿Por qué tu…? Olvídalo.—KyungSoo sonaba divertido.— ¿JongIn?
Maldito Omega y su alegría. El pene de JongIn palpitaba de deseo negado.
—¿Qué?
—¿Tienes una túnica que pudieras prestarme? El abrigo es maravilloso, pero podría no ser bueno para dormir.
La imagen mental del cuerpo desnudo de KyungSoo inundó su mente y golpeó su ingle como el choque de un rayo. Cambió de posición y se gruñó a sí mismo, tratando de calmarse. No ayudó. Había sido de la misma manera con su compañero. Cuando había estado con él, se había convertido en la peor insaciable especie de bestia. No podía ayudarse a sí mismo. Se sentía mal, y se sentía bien.
—Usa la bata que cuelga en la puerta—dijo, mordiendo cada palabra. Apretó sus manos en la cara. Utiliza la bata y no vuelvas a hablar conmigo. No hasta que tenga control de mí mismo.
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Safe and Sound - KaiSoo
FanfictionKyungSoo, primo Omega del líder de la manada, se había encerrado dentro de sí mismo. Abandonado y solo, el cachorro que llevaba necesitaba protección. No hay mucho que el Alfa SiWon pudiera hacer acerca de la situación de KyungSoo, salvo reventarle...