CAPÍTULO 04: ACANTILADO

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JongIn

Por último, las emociones que lo inundaban se aliviaron. A pesar de que sus huesos le dolían como un anciano, descubrió que era capaz de sentarse y dejar que KyungSoo se apoye en él.

KyungSoo hizo un pequeño zumbido y presionó su mejilla brevemente. Un pequeño gesto, sin embargo, que abarcaba mucho más. Perdón, comprensión, aceptación y afecto. Era muy extraño que una cosa tan pequeña pudiera hacer una gran diferencia. Pero así era KyungSoo ¿verdad?

JongIn se frotó con cansancio su rostro. No podía recordar cuánto tiempo había pasado desde la última vez que lloró. Probablemente poco después de que perdió a TaeMin.

—Lo siento.

—No tienes porqué —dijo KyungSoo. Tomó el papel que habían dejado de lado y fingió estudiar su dibujo.— Nunca entendí por qué se supone que los Alfas no deben tener emociones ¿No son humanos al igual que el resto de nosotros?

—Es diferente.

KyungSoo resopló en silencio.

—Tengo un pene y un útero, eso es diferente JongIn.

Para su propia sorpresa, JongIn se echó a reír. Sonaba horrible, agudo, áspero y entrecortado, pero KyungSoo arrugó la nariz y le devolvió la sonrisa.

JongIn se frotó el pecho, preguntándose que significaban esas sensaciones. No era el familiar adormecimiento helado que había llevado alrededor con él desde el fallecimiento de TaeMin. Tampoco eran calientes como la ira, o espinosas como la cautela. Más... vacío. Sí, vacío, pero no triste.

Más como una sensación de esperar a que suceda algo. ¿Pero qué? JongIn dejó escapar el aire en una larga bocanada, lento mientras observaba a KyungSoo plegar por la mitad el mapa que habían hecho, cuando KyungSoo comenzó a luchar para pararse, lo único que sintió fue un aumento repentino de no querer que esto suceda. Se empujó fuera del borde del porche y estiró ambos brazos.

—No hagas eso. Te ayudaré a bajar.

—¿Estás seguro? Estoy bastante pesado.

—No sigas preguntando eso. No eres tan pesado para mí.

—Hmm. Espera un par de meses. —KyungSoo se agachó para agarrar los brazos de JongIn y dejar que le ayude a bajar. Sus pies tocaron el suelo aún con agilidad.

¿Sólo siete meses? Menos de lo que JongIn había pensado, pero recordaba con una risa interior, lo imprudente que podía ser comentar en voz alta a un Omega sobre ese tipo de cosas.

KyungSoo le dio una mirada ceñuda, como si leyera su mente y le golpeó con fuerza el brazo.

—Después de todo esto, creo que me he ganado una siesta. ¿Te importa?

No, no lo hacía, y sin embargo no podía estar seguro, pero no creía que realmente KyungSoo quisiera dormir. Ahora que él se había recompuesto, pensó que el comportamiento de KyungSoo parecía un poco apagado. Menos alegre, y más pensativo. Había pasado mucho, mucho tiempo desde que JongIn tomó algún tipo de decisión impulsiva, pero hoy le pareció natural. Le tendió la mano.

—¿Tienes alguna de esas barras para alimentarte?

KyungSoo parpadeó ante la incongruencia.

—¿Perdón?

JongIn se encogió de hombros.

—Estaba pensando que si es suficiente una barra para mantenerte alimentado por un tiempo, podrías ir a dar un paseo conmigo.

Safe and Sound - KaiSoo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora