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A pesar de la agitación de su corazón al saber que su alma gemela está en la mansión Malfoy, tomando el té de la tarde, Harry intenta mantener la calma. Lee un capítulo entero sobre las diferencias entre la magia blanca y la magia de la luz en su nuevo libro y, cuando ya no soporta el movimiento constante de sus pies inquietos contra la madera, sale de su habitación y pasea por los pasillos.

Sabiendo muy bien lo que hace, toma el camino a la biblioteca que pasa frente al despacho de Lord Malfoy y, entonces, lo escucha: ¡Crucio!

Siguen los gritos.

Harry permanece estancado en su sitio, boquiabierto e incapaz de moverse. Una gota de sudor frío se desliza por su eslpada cubierta y solo sale de su estupor cuando los alaridos de dolor cesan y la puerta se abre de golpe por un tembloroso Lucius Malfoy.

Detrás de él, sosteniendo un libro, elegantes y largas piernas cruzadas debajo de la mesa de lectura al otro lado de la habitación, está Lord Voldemort.

Lord Malfoy mira a Harry con un terror puro que en otra ocasión le resultaría cómico.

—Creo—dice Lord Voldemort con una especie de indiferencia casual que hace al patriarca Malfoy estremecerse aún más—, que me gustaría hablar con Harry, ¿puedo, Lucius?

A pesar de que las palabras pedían permiso, en la voz del Señor Oscuro son una orden que no permite discusiones. Lord Malfoy da una reverencia temblorosa y aprieta el hombro de Harry al salir.

Voldemort se ve como una versión mayor de Tom en el diario, con su cabello rizado oscuro, piel cremosa y rostro que parece tallado por ángeles. Pero, mientras el horrocrux tiene ojos como el cielo durante una tormenta, los ojos de Lord Voldemort relucen manchados del color de la sangre a la luz de las velas.

—Parece que la piedra hizo un buen trabajo, eh—bromea Harry, conteniéndose de salir corriendo como un cobarde. Eres un león, Potter, sé valiente.

—Mmm—Los ojos, un mar carmesí brillante, se posan sobre Harry y le dan un barrido lento antes de volver a su propio libro con indiferencia—. Escuché un rumor bastante preocupante sobre ti... ¿Algo sobre destruir mi regalo anterior?

—El profesor Dumbledore cree que lo hice—explica, y su voz sale tan neutral que se da palmaditas en la espalda mentales por no enloquecer—. El diario abrió la Cámara de los Secretos y soltó al basilisco, por lo que tuve que torcer la verdad un poco para que el director no intentara destruirlo. Fue...er, lamentablemente fácil lo rápido que se creyó la mentira.

La sonrisa de Voldemort se abre lo suficiente como para dar pesadillas a cualquier persona cuerda y sus ojos van de Harry al sillón a su lado. Solo entonces Potter nota que ha estado parado como un idiota en la entrada todo el tiempo.

Harry siente un cosquilleo en su magia y algo lo impulsa a contarle lo sucedido en segundo año a Voldemort, tal vez sean los sentimientos de seguridad que mantiene del tiempo que el hombre fue su mentor tras el turbante de Quirrell, o puede que sea el hecho de que este es Tom Marvolo Riddle versión original y su alma gemela. ¿...O es otra cosa?

—Maté al basilisco—continua, y sube la manga de su brazo para mostrar la cicatriz hecha por el colmillo de la criatura—. Fawkes me salvó con sus lágrimas. Todos creían que yo había sido el que abrió la Cámara de los Secretos.

—¿Qué les hizo creer qué habrías sido tú, de todas las personas?—Voldemort pasa una página de su libro.

Hablo pársel—admite y los ojos de Voldemort se detienen por un segundo demasiado largo antes de continuar su lectura—. Los Hufflepuff estaban convencidos de que me levantaría como un mago oscuro sediento de sangre de tejón—él hace una mueca ante el pensamiento—. Hubieron muchos petrificados y supongo que Dumbledore trató de mantener en secreto todo el asunto de la Cámara de los Secretos o ya todo el mundo mágico sabría de eso.

Soulmates - |TOMARRY|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora