જ 𝗁. 爱 ✦𝗐𝗼𝗻𝗴 ! 🌬️◠
"Solo un valiente tiene las agallas de confesar que tiene miedo..."
🌧️
«Bakugo Katsuki no es demasiado guapo, ni demasiado alto, ni gracioso en verdad, pero era la persona con más ganas de ser feliz que he conocido nunca.»
—Psicóloga Ukeyama.La madrugada del cinco de ese mes cayó una tormenta perfecta. Katsuki miro por la ventana después de entrenar un poco en su habitación, escuchaba desde lejos los gritos de sus "amigos" en el cuarto de quien sabe quién, preguntándose si era su conciencia quien los oía más felices sin el, estaba entre el si y el no. Bueno, en realidad una parte de el deseaba que fuera el "No".
Aquella no era la primera vez que Bakugo escuchaba a sus amigos de esa manera ni la primera pregunta que se hacía debido a ello, hacia lo que le daba la gana; de hecho, el hace muy poco lo que se debe hacer. Cerro sus ojos y respiro, abrió su ventana lo más que podía y sintió la gotas de la lluvia resbalar por su rostro, mezclándose con las lágrimas que comenzaban a salir de sus ojos debido al dolor que provocaba la estaca en su corazón. De pronto recordó la voz de su padre, Masaru.
—Llora a gusto, Katsuki — le dijo aquel hombre con lentes.
Bakugo cogió una aguja de libertad que colocó en las orillas de sus miedos. Empezó a coser, pasando por toda su boca y con cada lágrima deshacía un nudo. Pidió nuevamente a la luna, una vez más rogó y suplico con los pies bañados en sangre prejuiciosa. Deseo ser libre y con ganas de volverse especial para todos junto a la lluvia que los acompañaba en su triste noche, descosió sus labios. Quito cada hilo de su boca, sin poder ver a otro lugar o cosa que no fuera la brillante luna. Con vergüenza. Sin ser capaz de dejar de llorar, con las piernas temblando y con voz de cachorro susurró pequeño.
— Tengo miedo...
El no comprendía por qué el mundo no veía con buenos ojos su comportamiento agresivo y fuerte ahora, si antes cuando era solo un niño con ganas de ser consolado, lo corregían duramente de manera cruel.
Y de pronto, cayó en su cama y cerro os ojos por un momento, se abrazo a si mismo pero no pudo evitar otro ataque. Todo permanecía oscuro. Oyó como cuerdas de mimbre atadas a una silla de madera se destensaban muy lentamente, una figura esbelta que se había incorporado al fondo de la semioscuridad. Entonces Katsuki abrió los ojos, de golpe, como en un acto involuntario. Sus pupilas navegaron lentamente la habitación como si fuese un lugar desconocido. Dirigió su mirada rápidamente a la silueta. Se acercaba poco a poco mientras los latidos de su órgano vital del muchacho se aceleraban.
El rubio no se pudo mover, estaba adherido a la cama. Intento gritar pero fue en vano. Nacieron el miedo y la agonía. Murieron el valor y la esperanza. La silueta llegó al borde de la cama y cuando levantó su brazo, el muchacho se desvaneció lentamente en un cerrar de ojos...El murmullo del bosque y los vientos de la presa rompían el silencio en los dormitorios de la U.A. No había personas, no habían carros. Nada de sociedad inhumana. El cielo azul destacaba, parecía pintado y la naturaleza, con sus pastos y flores silvestres, intentaban imponerse sobre el empedrado.
Bakugo despertaba con pesadez, sin ganas de respirar y llenar sus pulmones de oxígeno. Noto que todo estaba en su lugar, nadie lo había venido a ver o preguntar si estaba bien. Antes tal vez ocurría unas dos noches por semana ya sea por Kirishima o Mina, quien si no bajaba a cenar siquiera, le traían su plato con mucho picante y se quedaban con el hablando de tonterías.
Quizás entonces Bakugo fue feliz. Aunque con la insolencia de su juventud, siempre creyó que sus mejores momentos estaban por venir.Bajo las escaleras y noto que ya la mayoría estaban desayunando para ir a la escuela. Se sentó en una de las sillas y espero paciente su plato pero nada. Momo sin miedo, habló.
—bKatsuki, debes hacer tu propia comida como siempre, si no cocinas bien para nosotros no debemos por qué hacerlo por ti — explico de manera dura.
El rubio respiro profundo y se levanto, logro ocultar su expresión de tristeza y subió su cuarto para ir por sus cosas, miro sus manos. Según el. Era un excelente cocinero gracias a su madre, hacia comidas deliciosas para todos cuando le daba la gana y cuando no. Pero. Ahora se sentía inútil ¿Ni eso podía hacer bien? ¿Tan patético era que apenas le decían que su comida era un mierda?
Y tuvo más miedo, desde que tenía memoria en su niñez y parte de su pubertad de 10 años recordaba a su madre regañarle por no hacer bien una sopa o siquiera un jugo natural y desde ahí comenzaba a exigirse más, pensando que todo estaba mal con el y por eso no podía hacer bien las cosas. Cambio sus juguetes por libros de cocina o de escuela. A su padre le obligó que dejará de sacarlo a pasear para poder concentrarse más. Simplemente... Dejo de ser un niño.
El alma de Katsuki comenzó a arrugarse como la mano de una anciana. Fruncía el ceño constantemente desde sus 7 años. Su mirada aguada recordaba a las mujeres viendo pasar los días sentadas en un portal. Y la tristeza se dibujo en su rostro con marcas invisibles.
- Te odio tanto, Bakugo Katsuki... - dijo en un murmuro... Katsuki.
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16.11.20
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، 𖧧࣪ - 𝘩𝘰𝘯𝘯𝘦!
أدب الهواةજ 等 𓂃 Quien quiera enseñarnos una verdad que no nos la diga: que nos sitúe de tal modo que la podamos descubrir nosotros mismos. (𝐽𝑜𝑠𝑒́ 𝑂𝑟𝑡𝑒𝑔𝑎 𝑌 𝐺𝑎𝑠𝑠𝑒𝑡) ⸙ - Mención del TodoBaku ⸙ - Sad!Angst ⸙ - Se tocan temas delicados. ⸙...