، 𖧧࣪ - 𝘩𝘰𝘯𝘯𝘦!

𑁍- Un final.

જ 𝗁. 爱 ✦𝗐𝗼𝗻𝗴 ！ 🌬️◠

🌨️

Escuchar es una de las cosas más difíciles del mundo
Faltan clases de aprender a escuchar y nos sobras las horas de Matemáticas.

La señora Naru no tiene idea de trigonometría pero da vida. Por qué sabe escuchar. Y gracias al cielo lo sabe, por qué sin ella Bakugo no hubiera podido aprender a cargar con sus penas.
Ella es voluntaria. Y maneja voluntad. Bakugo decía que podrían encontrarla cuando querían adelgazar o aprobar un examen.
Naru, para Bakugo, fue es abuela que todos necesitábamos, aún si era un curandera y de pensamientos algo turbios.

Para Naru, Bakugo era un gran chico, alguien que fue fuerte por mucho tiempo, con un corazón blando protegido por metal. Era solo un chiquillo que por las palabras que le confiaban, quería vivir por lo máximo. Soñaba por viajar y hacerse dar a conocer por todo el mundo como el mejor héroe, le gustaba lo dulce y el picante, lo primero es una secretillo.

Naru le dijo la última vez que se vieron a Bakugo que la mejor medicina es una silla y escuchar al enfermo. Que es lo que ella hace. Dolores que la anestesia no cambian. Pero una sonrisa sí. Esa alcanza a todas partes.

Bakugo cuando se retiró la anciana entristeció, por qué le había agarrado tanto cariño, Katsuki era como una flor exótica, que tenía que ser cuidado o se extinguiría. Maldijo en secreto a todas esas personas que no lo hicieron.
De pronto, de la puerta se dejó ver a su hija, con bolsas llenas de comida.

— ¿Quien era el madre? — pregunto la señora.

— Un héroe... — dijo tomando un poco de té.

— Oh ¿Apenas va a debutar?

La señora Naru soltó una risa y negó.

— Los grandes héroes son los que arreglan el mundo mientras el mundo no está mirando... Los que te hacen sonreír aún teniendo una vida mala y cruel...

Su hija no había entendido pero decidió dejarlo de lado, Naru miro el humo que sobresalía del té por lo caliente que estaba. Este se movió de un lado a otro y salió un pequeño corazón.

— espero que el universo habrá las puertas de su reino para que sea feliz por fin... — murmuró para comer junto a su hija, orgullosa de Katsuki.

🌨️

Bakugo llego a los dormitorios, el cielo estaba nublado y no quería mojarse de nuevo después de un fuerte resfriado.
Al entrar, noto a sus compañeros unidos como siempre en la sala, los ignoro y pretendía seguir su camino si no fuera por la voz de Mina.

— ¡Katsuki, siéntate aquí estamos cantando, ven, quiero escucharte! — dijo como siempre, animada.

Bakugo chisto y negó con su cabeza.