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Dedicado :@Oldddirtyshirt

<<capítulo 2>>

Confirmé que soy todo lo odiado del mundo ó estoy en el top cinco. Aún no podía creerlo, Dante Leatherwood estaba con una sonrisa burlona dibujada en su rostro acompañado de una mirada pícara dirigida a Heaven y a mí.

—Entonces ¿De qué sabor lo quieres? Hay de chocolate, fresa, menta...—su voz sé colocaba más seductora al nombrar los tipos de sabores—. Tú solo pide un sabor y te lo daré— sé mordió levemente el labio.

Coloqué cara de asco.

Dante se inclinó y dejo reposar sus codos en el stand justo al lado de la caja. Sin apartar la mirada de ambos.

Heaven pasó su mano por mi espalda y me dió unas palmaditas, debió adivinar que en ése momento estaba al borde del desmayo por tener semejante obra de arte al frente.

Pero obvio, debía mantener cara de culo.

—Me parece un excelente servicio— dijo Heaven con voz temblorosa—. Circe, presenta no seas así.

—Si Circe, presenta.

Jodercito. ¿Cómo le presento a mi mejor amigo a la persona que me consumió, hizo qué perdiera estabilidad emocional y para completar fue el que me llevo al camino de la lujuria? yo era una santa hasta que ése hombre apareció en mi vida. Osea santa, santa no, pero si podía entrar en un convento.

Dante colocó sus brazos sobre su pecho y tomo una posición desafiante, en sus ojos pude ver algún brillo extraño, ¿Celos quizás? Bueno no, ya ando alucinando.

—Heaven te presento al diablo, diablo te presento a mí mejor amigo —dije señalando a cada quién y haciendo énfasis al momento de nombrar a mi amigo.

—Dante —dijo estrechando su mano con la de Heaven.

—Heaven, aúnque claramente abandonaría el cielo por tí— ambos soltamos una carcajada, Dante emitió un sonido.

—Un placer conocerte ¿Llevarán algo?

La puerta sé abrió, una campanita sonó y unos chicos entraron al lugar.

—¿Llevarás él lubricante?—inquirió Heaven.

—Ella no lo necesita —Dijo Dante sin apartir la mirada de mí.

—Bueno, éso es todo, adiós —Tome a mí mejor amigo del brazo y lo arrastre conmigo hacia la salida, realmente lo único qué necesitaba en
ese momento era beber cianuro y despedirme de mi papá.

—Y Circe, te veo luego —escuché justo a mi espaldas antes de salir del establecimiento.

¿Qué hacía Dante en ese lugar? ¿Trabajando? ¿Dante? ¿En un lugar donde quizás el sueldo sea pupú? ¿Él trabajando aunque no lo necesite?

Salí casi trotando del lugar con camino al estacionamiento. Me acosté al lado del auto en la carrera decretando mi derrota.

—¿Qué se supone qué haces ahora?

—¿Acaso no es obvio? Espero que un auto se estacione arriba de mi—hice un puchero—. Adiós mundo cruel.

—Oh vamos, ven —me tomó de los brazos y me impulso hacia arriba haciendo equilibrio sobre mis pies.

Mire hacia la tienda de nuevo y pude ver a los chicos atráves del vidrio que se encontraban en el mostrador pero no lograba divisar a Dante.

¿Qué hacía él aquí?

¿Por qué rayos estaba aquí?

Esperen un momento ¿¡QUÉ HACÍA ÉL EN ESTÉ PAÍS, ESTÁ CIUDAD,EN LA ESCUELA?!

¡Callate, Dante!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora