25. Un ángel llegó a mi vida -Mewgulf- Historia Corta -Terminada

Dos

Gulf llegó a casa y se tomó una pastilla de las que Krist le había recetado pero entonces le entró sueño así que se tumbó y tras pasar lo que le pareció ser tan solo unos minutos, unos fuertes ruidos lo despertaron.

El chico miró a su mesita y el reloj ya marcaba las tres de la mañana, entonces se levantó y fue a ver de que se trataba, despacio abrió la puerta de su habitación y vio que una gran luz procedente del piso de abajo iluminaba las escaleras.

Con mucho sigilo caminó escaleras abajo y entonces escuchó voces, asustado se pegó a la pared y al llegar a la puerta del salón alcanzó a ver algo extraordinario.

Dos seres mágicos con unas grandes alas blancas en sus espaldas, hablaban entre si, uno era rubio y con los ojos azules y el otro era alto y con su pelo negro.

Ese estaba de espaldas y el chico no podía verle la cara, entonces se frotó los ojos pensando que era otro sueño o alucinación pero no era así pues los seres siguieron allí ante él.

...—Bien Mew, estás haciendo muy buen trabajo pero debes estar alerta, los demonios están preparando algo grande... Quieren al chico sea como sea.

—Lo sé Win, no te preocupes amigo...Gulf será un ángel pronto, no dejaré que ellos no se lo lleven.

—¿Demonios?, ¿A-Ángeles?, ¿Q-Qué hacéis en mi casa?, ¿Quiénes sois vosotros?— preguntó el moreno saliendo de su escondite.

Los dos seres se giraron rápidamente y miraron hacía la puerta, de repente el rubio se desvaneció y Mew caminó hacia este mirándolo amenazante, con sus hermosos ojos clavados en él pero antes de alcanzarlo también se desvaneció.

Gulf volvió a su habitación pero no pudo volver a dormirse, los ojos de aquel extraño lo habían desvelado.

—¿Quiénes eras esos tipos?, ¿Qué hacían en casa?, ¿Por qué hablaban de mi?, ¿qué era​ eso de que los demonios me quieren? Y sobre todo, ¿Por qué las malditas pastillas del psicólogo, no me han hecho nada?.

Las ocho de la mañana llegaron sin apenas darse cuenta pues casi al amanecer era cuando se había dormido, entonces su tía lo llamó a desayunar cuando estaba dándose una ducha.

Le pareció raro pues ella nunca le preparaba el desayuno pero de todos modos bajó a comérselo, seguro sería mejor que los que él se preparaba a sí mismo.

Mientras bajaba las escaleras, este ka escuchó cantar muy contenta en la cocina, eso le pareció muy extraño también, ya que ella nunca cantaba mientras cocinaba o al menos él nunca la había escuchado.

—Hola cielo, toma tu desayuno, tienes que reponer fuerzas, pronto cumplirás los dieciocho y necesitarás mucha energía— le dijo muy sonriente.

—¿Tía Lay estás bien?, ¿Qué te pasa hoy?, estás muy rara esta mañana.

Ella se paró y lo miró tan fijamente, que provocó que la sangre del moreno se helase por un momento, nervioso se levantó pues se dio cuenta de que esa no era su tíade siempre.

"Quizás sea un ser de los de anoche "-pensó.

—No tengo hambre, emm... comeré algo en la cafetería—dijo finalmente.

—No digas tonterías, anda cuéntame eso hijo, ¿Acaso no te sientes bien?—habló la mujer agarrándole del brazo.

—¡Suéltame, me haces daño!, ¿estás loca?.

—¿A esto le llamas daño?, ¡Yo si que te haré daño si no me dices ahora mismo que poderes manifiestas!.

Gulf no entendía nada de los poderes que hablaba su tía.

—¿Poderes?, ¿Yo no tengo poderes?.—preguntó asustado.

Entonces esta lo soltó y pegó un grito terrible y tras una nube de humo apareció un tipo con la mirada malévola, un porte engreído y temible.

—¿Qué le has hecho a mi tía?, ¿Quién demonios eres?—preguntó el chico.

—Eso mismo soy muchacho...mi nombre es Singto y soy el demonio al que estás agotando la paciencia y no te lo aconsejo que lo hagas.

Gulf entonces giró la cabeza y vio a su tía en el suelo tras la encimera y rápidamente se agachó a socorrerla.

—¿La has matado?, ¿Qué le pasa?.

—Tranquilo, solo la he poseído por un momento, se despertará con dolor de cabeza nada más... Contéstame de una vez, ¿cómo vas con los poderes?.

El joven moreno lo miró extrañado.

—¡Yo no tengo poderes, maldita sea!¡vete de mi casa!—le gritó furioso sintiendo una inmensa rabia que lo dominaba.

Una monumental furia se apoderó del moreno el cual apretaba los puños con fuerza.

—Eso muchacho, deja que salga, lo tienes dentro de ti y no puedes evitarlo.

De repente los ojos de Gulf se tornaron negros y el demonio alzó los brazos eufórico, ya que las paredes de la casa empezaron a temblar, las cosas se cayeron de las estanterías, todo el suelo comenzó a agrietarse y de un empujón este lanzó al demonio contra la puerta, la cual se rompió en mil pedazos.

—¡Maravilloso, fantástico!.... A esto me refería...Serás uno de nosotros, solo tienes que dejar salir el mal que hay en ti—dijo Singto levantándose orgulloso.

De pronto, Gulf vio aparecer al ser con alas y de ojos hermosos que había visto en la cocina la noche anterior.

—Tranquilo, cálmate, tú eres bueno... No dejes que el mal te domine... Tú no quieres hacer esto, no le hagas caso a este demonio—le habló.

—Olvídate ángel... No podrás impedirlo, el chico será uno de los nuestros y tú y ejército de plumas, no podréis hacer nada—dijo entonces el demonio riéndose para luego desvanecerse.

Gulf miró al ser con alas blancas y hermosos ojos de nuevo y se tranquilizó, entonces los suyos volvieron a tornarse normales y las paredes cesaron de moverse, Lyn gimió y este se agachó para ayudarla pero cuando se levantó, ya él ángel se había ido también.