Uno

1.5K 222 22
                                    


En algún lugar del inmenso cielo azul.

...—Te felicito de nuevo Mew pero siento estropearte tú más que merecido descanso.... este asunto es muy urgente y por ello te he mandado llamar...te necesitamos porque tú eres nuestro mejor soldado—dijo el jefe de los ángeles.

—Gracias señor, estoy a su disposición—dijo este conforme.

—Muy bien, no esperaba menos de ti...emm... pues verás, está vez se trata de un chico que es medio ángel y que necesita nuestra ayuda... Ya ha empezado a mostrar sus poderes y los demonios lo quieren...Al parecer su parte humana tiene rasgos malvados, de lo que todos sabemos que se alimentan esos seres... Su antiguo protector, aunque lo intentó, no consiguió grandes resultados... Mew, este chico es bastante peligroso e inestable y necesita al mejor o sea a ti... Serás enviado a la tierra y tú te encargadas de que elija el lado correcto y use sus poderes para hacer el bien, ¿entendido? ... toma, necesitarás esto—dijo su jefe entregándole el expediente del próximo protegido.

——————————————————

GULF KANAWUT, 17 años

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

GULF KANAWUT, 17 años.

Madre: mortal

Padre: ángel soldado muerto en misión a la tierra.

Características: Introvertido, poco sociable, desconfiado, incapacidad para controlar sus poderes.

Nivel de peligrosidad: muy alto.

——————————————————

—Bien señor, partiré enseguida!— dijo el soldado ángel mientras ojeaba el expediente del chico, que por cierto le pareció terriblemente hermoso.

(...)

…—Hola Gulf, hacía mucho tiempo que no te veía, ¿Ha pasado algo?.

-Faltan cinco días para mi dieciocho cumpleaños y tengo el presentimiento que algo malo se acerca, creo que ese día moriré-dijo este temblando.

-Bien, tranquilo respira, túmbate ahí, relajate y cuéntamelo todo-dijo su psicólogo.

-De-Desde hace dos semanas me vengo encontrando muy extraño pero no es sólo eso...a mi alrededor ocurren cosas que no logro entender y no sabía a quién contárselo.

-Está bien, sigue contándomelo e intentaré ayudarte- dijo Krist Perawat, que era el psicólogo al que este había acudido un año atrás tras la repentina muerte de su madre.

-Desde hace unas semanas también tengo unos sueños muy raros—Habló este nuevamente—…en ellos vuelo por el cielo y una gran brecha se abre ante mi, partiendo la tierra en dos y me quiere succionar para llevarme a una franja de lava... Además de eso, hace unos días, venía caminando por el callejón que hay antes de llegar a mi casa y un tipo me abordó, tenía muy mala pinta y una navaja en su mano, quería mi dinero, mi reloj y mi móvil, yo estaba muy asustado y empecé a llorar por el pánico....de repente el tipo se puso muy nervioso y empezó a gritarme "dámelas, dame tus cosas maldita sea", yo estaba cogiéndolas de mi mochila cuando sin razón alguna, este empezó a tambalearse y de un momento a otro cayó al suelo inconsciente... Luego escuché que alguien que me gritó "huye, vete de aquí" pero miré y no había nadie, aún así, hice caso y eché a correr.

-Ya veo, emm... no te preocupes, puede ser que ese tipo tan solo sufriera un ataque de epilepsia o un ataque al corazón y la persona que te dijo eso, bueno...seguro estaría oculto o un poco distanciado y por eso tú no lo viste por el pánico que sentías, Gulf.

-¡No!, ¡lo sentí en mi oído!, ¡alguien o algo estaba a mi lado!, ¡tenía una voz profunda que incluso me estremeció todo entero!.-gritó el moreno nervioso.

-Está bien, tranquilo, sigueme contando, ¿qué más te ocurrió?-dijo Perawat mientras anotaba algo en su cuaderno.

-El o-otro día, estaba en clase y el profesor nos puso un examen sorpresa, yo no había estudiado nada y me puse muy nervioso, mi corazón empezó a latir cada vez más y más fuerte, noté que mi cuerpo quemaba, entonces cogí el examen y este comenzó a arder, luego, el profesor me llevó al despacho del director diciendo que estaba jugando con un mechero y había quemado mi examen y no era cierto, ¡yo no tenía ningún mechero!.... El di-director iba a expulsarme por pirómano pero extrañamente cuando iba a hacerlo, este se quedó como en trance unos minutos y cuando reaccionó me trató amablemente y era como si nada hubiese pasado...me dijo que volviese a clase y cuando regresé, allí tampoco recordaban nada, ¡creo que me estoy volviendo loco!-dijo el más joven con sus manos agarrando su cabeza.

-Vaya eso si que es extraño, ¿seguro que no estabas jugando con fuego?, quizás no lo recuerdes, recuerdo que me contaste que de niño solías tener episodios de amnesia sin explicación aparente, quizás...

-¡No!, ¿no me estas escuchando?, el fuego salió de mi... mi cuerpo lo creó-dijo el moreno levantándose desesperado.

El psicólogo lo miró muy serio, ya que por lo visto el muchacho era un claro caso de paranoia, con episodios maníaco depresivos y al parecer el tratamiento le había recetado con anterioridad, este era insuficiente o el chico no se lo estaba tomando.

-Gulf, ¿ cuanto hace que no te tomas la medicación?—preguntó finalmente.

El moreno bufó.

-No la necesito, esas pastillas solo me dan sueño, mi me las ha estado dando pero en las últimas semanas las tiro y no me las tomo desde entonces.

Perawat suspiró.

-Muchacho, si quieres que esas voces y esas alucinaciones cesen, debes tomarte la medicina o irán a peor, tu mente no está bien.

El moreno se levantó y miró asustado hacia todos lados.

-Odio las pastillas...sé que alguien me observa todo el tiempo Krist y cuando duermo siento su respiración sobre mi, como si estuviese esperando algo... No estoy alucinando, esto que me pasa es muy real-dijo recorriendo la consulta como buscando algo.

El psicólogo extendió una nueva receta y se la dio.

-Tómate estas pastillas, son más suaves pero ayudarán a tu mente a mantenerse despejada, pruébalas unos días, no pierdes nada y verás que todo eso desaparecerá sin más.

-Está bien, las tomaré, quiero que esto pare, gracias... ya te contaré como me va.

Ambos se dieron un fuerte apretón de manos y el muchacho entonces salió de la consulta y ya en la calle, otra vez siguió sintiendo la extraña sensación de que alguien seguía sus pasos pero como siempre al girarse, no vio a nadie.

Ambos se dieron un fuerte apretón de manos y el muchacho entonces salió de la consulta y ya en la calle, otra vez siguió sintiendo la extraña sensación de que alguien seguía sus pasos pero como siempre al girarse, no vio a nadie

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
25. Un ángel llegó a mi vida -Mewgulf- Historia Corta -TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora