Gulf Kanawut es un guapo y moreno adolescente en apariencia frágil, tímido y retraído, más su destino es ser un poderoso ángel y proteger a otros mortales pero para ello tendrá que aprender a confiar en sí mismo y en sus poderes.
Para lograr ese fin...
…— Muy bien soldados, otra misión cumplida...sin duda sois los mejores— dijo el jefe de los ángeles soldado.
—Muchas gracias señor, como siempre es un placer hacer el bien otra vez— dijo Mew muy satisfecho.
—Sí señor pero el peor de los demonios se nos ha vuelto a escapar—dijo Gulf molesto.
—No te preocupes....Singto cada vez tiene menos lacayos, el mal está en crisis... algún día llegará el momento en el que cometa un error y ese será su fin.
—Sii... s-señor—volvió a hablar el moreno sonriendo y mirando a Mew.
Este le hizo un guiño, mientras su jefe de espaldas a ellos, buscaba el expediente de su nueva misión.
Mientras, en en el inframundo, Singto estaba más que furioso pues lo sucedido con el último de los posibles candidatos a demonio había sido un fracaso.
Este entró en el salón donde estaban el resto de los demonios y se sentó tras soltar un gran bufido.
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—¡Malditos ángeles!, ¡otra vez me han jodido!, ¡ese maldito mortal tenía muchas posibilidades!.
—Tranquilo jefe, ya conseguiremos al siguiente, hay que admitir que Mew y Gulf hacen un equipo duro de roer—dijo uno de los lacayos.
—Deja de decir gilipolleces Can, solo tienen suerte y yo solo tengo ineptos a mi servicio, eso es todo lo que ocurre.
Este echó a todos fuera de su gran salón, quería estar solo, necesitaba encontrar algo que le ayudase a conseguir a nuevos lacayos a su servicio.
Tras unos momentos llamaron a las puertas.
—¡He dicho que fuera!—gritó.
—S-Señor...ya sé que d-dijo que no lo interrumpiesemos pero hay no-noticias... los ángeles Mew y Gulf están siguiendo ya a un nu-nuevo sujeto.
—¿Y eso no puede esperar, maldito idiota?
—Si bue-bueno pero pensé que le interesaría saberlo...pue-puede que lo sorprenda—dijo Lee temblando.
—A mi ya nada me sorprende—dijo muy seguro el demonio—...Está bien, habla maldita sea, ¿quién es?.
Singto cogió la hoja donde estaba la foto y los datos del mortal y se quedó boquiabierto.
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