✈Capítulo 1

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Ahí estaba yo, dentro de ese maldito avión, yendo a ese maldito pueblo de Texas

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Ahí estaba yo, dentro de ese maldito avión, yendo a ese maldito pueblo de Texas. Ya era bastante malo que mi madre estuviera enferma y tuviera que ir a tratamientos en países europeos, pero dejarme en casa de mi padre fué aún peor. Me había abandonado cuando tenía cuatro años y nunca volvió a verme, era como si fuera un completo extraño para mí. Por supuesto, el hecho de que yo pudiera estar con mi madre ,paseando por Europa mientras ella hace sus tratamientos contribuye a mi revuelta,de todos modos, yo no quería ir a Colleyville, una ciudad cerca de veinte mil habitantes tan palurdos que sólo la idea de que tendría que convivir con ellos por unos meses me daba náuseas. No iba a sobrevivir.

Ah, y por supuesto no podemos olvidar el hermoso instituto público en la que mi padre había insistido en que mi madre me inscribiera. Tenía miedo de incluso pasar frente a los institutos públicos de Nueva York, y ahora comenzaría a asistir a una en menos de una semana. Sin mis amigos, la gente que solía tirar de mi bolso, ¡Sin nada! Estaría completamente sola en este infierno. Cualquier cosa sería mejor que esto.

El avión aterrizó en Dallas, lo que significaba; una hora a solas con papá hasta Colleyville. Salí perezosamente del avión con demasiado equipaje, estaba pensando en cómo posponer el momento incómodo que sería cuando al fin volviera a ver a mi padre. No sabía que hacer. Correr y saltar para abrazarlo, decir cuánto le extrañaba obviamente no era una de las opciones que estaba considerando, y cuando finalmente atravesé las puertas de llegada, cargando torpemente todas mis cosas, ahí estaba el, sonriendo. Era un milagro que me acordase de mi padre. Ví como mi padre venia hacia mi corriendo para darme un abrazo. Me había tomado por sorpresa, pero no dije nada.

-¡Dios mío princesa, como creciste!- prácticamente gritó. Cuando me soltó arreglé mi pelinegro cabello, y resoplé.

-Ahórrate este cliché de las malas películas de Hollywood. Obviamente crecí, ¿o esperabas que me quedara con cuatro años para siempre?-puse los ojos en blanco y miré alrededor gente abrazándose efusivamente. Cuando me giré a ver a mi padre, me miraba con tristeza, como si le hubiera roto su corazoncito. Apenas sabía que era sólo el comienzo. - ¿Podemos salir de aquí? Estoy cansada y realmente espero que tu casa sea menos sucia que este lugar. - Puse cara de asco, y mi padre me agarró las maletas con fuerza, y me quitó el resto de las manos.

-Claro. - Me llamó, todavía un poco molesto por mi pequeño show.

Caminamos hasta el estacionamiento del aeropuerto en silencio y así quedamos por buena parte del viaje, pero mi padre era de ese tipo de persona que no mantiene la boca cerrada por mucho tiempo, entonces rompió el silencio que era casi palpable dentro de esa camioneta oxidada.

-Ahm...- Se puso como algo incómodo, y me llamó la atención que en ese momento estaba mirando por la ventana. Era de noche, y todo lo que había en los rincones de la carretera era maleza, maleza y más maleza, lo que realmente me estaba entrando en pánico. ¿Estaba yendo a una granja o entrando en el mejor de una selva? - ¿Cómo está tu madre? - Mi padre preguntó y yo lo miré, incrédula. Elevó las cejas, alternando su mirada confusa entre la carretera y yo.

- ¿En serio? - le pregunté, pero ni siquiera le di tiempo para responder- Ella se va a Europa porque los tratamientos que existen en Estados Unidos no le están ayudando una mierda, contra esa mierda de cáncer. Y tú,¿me preguntas qué cómo está?

-Dices mucho ''mierda'', ¿no cariño?- se rió nerviosamente, intentando de nuevo acabar con el ambiente tenso , pero nuevamente fracasa.- Lo siento, debes estar muy triste- Sus ojos se posaron en mí más de lo necesario, por lo que me sentí en la obligación de quitar la vista de la ventanilla del coche y devolverle la mirada.- De hecho, no sabía nada.- me dice mi padre fijando de nuevo la vista hacia la carretera. Yo solo quería hundirme en la depresión que sentía cada vez que nos acercábamos a la pequeña ciudad.

-Ella lo superará- me encogí de hombros, luego suspiré para intentar alejar la sensación que provocaba ese escalofrío que siempre sacudía mi cuerpo cuando tocaban ese tema.

Tenía miedo. Estaba demasiado asustada en realidad. Mi madre no era exactamente la más presente, todo lo que le importaba a ella era su marido y el dinero que él tenía, pero aun siendo una persona detestable , ella aún era mi madre, y yo simplemente no soportaba la idea de perderla.

-Yo sé que tú no querías estar aquí- oí a mi padre decir bajito después de un rato- Pero sabes, tu abuela siempre decía que, a veces, las cosas realmente son mejores de lo que parecen, depende de como tú elijas verlas.

-- Bueno, si elijo ver las cosas como un hotel de cinco estrellas en París, ¿cambiará algo? - Le pregunté, deseando secretamente que la respuesta fuera sí.

-En realidad, no. - Se rió, negando con la cabeza. - pero ¿quién necesita un hotel de cinco estrellas cuando tienes a tu familia cerca y un cielo estrellado que seguramente París no tiene? - Preguntó, mirando al cielo afuera y volviendo a mirarme con una sonrisa en la cara. Le sonreí de lado, intentando no demostrar el pánico que estaba sintiendo, mientras todo dentro de mí gritaba:

¡¡CORRE!!

¡¡CORRE!!

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Cambio de Aires | LizkookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora