• Acosador • {Rosekook }

IV

Por otro lado...
Un chico de cabellera castaña salía de su ensayo un poco pensativo, su sueño al ser Trainee era debutar, pero una vez que lo hizo, no estaba seguro de si realmente lo deseaba.
Tenía miedo de equivocarse y tener que disculparse públicamente frente a miles de personas, como varios de sus compañeros de la industria ya lo habían hecho, el incluso tenia miedo de enamorarse y decepcionar a sus fans, le dolía saber que no tuvo una adolescencia común y para terminar esta conversación tenia que lidiar con fans locas todo el tiempo.

Quería seguir pensando en las cosas negativas de ser Idol, hasta que observó a sus amigos, ellos y Army eran las únicas cosas que a él le importaba, no quería que una decisión apresurada  arruinara el sueño de sus amigos,  a leguas se nota que ellos lo disfrutan, algo dentro de él admitía que él también lo disfruta quitando todas las cosas negativas.

-Jungkook- llegaron juntos mientras saludaban al chico.
-Hola chicos- Este solo se dedicó a sonreír.
Los chicos sonrieron al ver sus dientes, pero después recordaron que iban con él para dejarle el trabajo que él CEO les había dejado a ellos, eran buenos amigos pero siempre se aprovechaban de su pequeño Maknae, era eso o tener que terminar agotados ellos mismos.

- Bang te quiere ver- dijo el mayor de todos mientras trataba de ocultar su risa.
- ¿A mi? - el Maknae pensó un
rato -No he hecho nada malo-.
-De hecho, se veía feliz- Recalcó Taehyung para convencerlo.
-Esta bien- dijo Jungkook un poco dudoso, salió del lugar para dirigirse con su CEO.

Tiempo después...

-No puedo creer que volvieran a hacerme lo mismo.
-Ahora tengo que llevar estos malditos papeles a YG.

Todos esos pensamientos se esfumaron cuando escucho una voz bastante similar. Decidió ignorarlo y fue con el guardia a esperar ser atendido.

-¿En serio me crees inútil?- Pregunto el guardia -miles de personas se hacen pasar por los padres de los Idols diariamente, de hecho, Rosé nunca ha hablado de su padre y mucho menos me avisó que vendría, así que no puedo dejarlo pasar-.
-Usted esta equivocado- empezó a insultarlo en voz baja -Esa maldita asquerosa ya no me recuerda solo por ser famosa- Recalco -Si no fuera por mi, ella no estaría aquí y estaría siendo una maldita mantenida- el señor de baja estatura rió, De seguro esta de provocativa con los chicos y por eso aun no regresa, esa niña malcriada debe de estar con algún famoso que la encontró en la esquina.

Jungkook al escuchar eso deseaba dejarle su puño tatuado en su rostro, esto no era principalmente por Rosé, sino, por la forma de referirse a una chica, se quedó un buen tiempo pensando en porqué recordaba su voz, hasta que...lo recordó, él era el tipo que vendió a su hija aquel día en el restaurante, aunque había pasado hace bastante tiempo, seguía recordando la forma asquerosa en la que él tocaba la pierna de su hija para hacer que lo obedeciera.
Lo pensó más y cayó en la conclusión de que Rosé tal vez ni siquiera quería ser Idol y su propio padre la obligó, se sintió tan culpable de no poder hacer nada aquel día en el restaurante solo porque iba de malas.

En un momento a otro, él reaccionó a causa de la mano del guardia que pasaba una y otra vez  para llamar su atención.
-¿Qué pasa Jungkook? ¿Vienes a entregar algo? -lo observó.

-Maldición, ya se fue.

-Vengó a entregar esto - extendió unos papeles para que el guardia los tomará, y así fue.

Después de esperar un tiempo volvio a tomar el camino para su empresa, ya había oscurecido.

A lo lejos pudo observar como tres chicas bajaban de una camioneta negra junto a ventanas polarizadas, mientras trataban de bajar a su amiga que estaba dormida y parecía que estaba ebria, la vio bien y era Rosé, por lo cual, no pudo evitar pensar en que hubiera pasado si ella hubiera llegado más temprano y se hubiera encontrado con su padre, las chicas dieron una reverencia, por lo cual, el chico las imitó, para después ver qué se metieron a su empresa, con esto él se pudo ir tranquilo.

-¿Debería avisarle a sus amigas?- El chico se lleno de dudas en su cabeza, mientras volvía a su empresa.