Capítulo 3| El destino

2.5K 413 25
                                    

No es que Tanaka fuera excelentemente empático con la gente que le rodeaba, es más, a decir verdad se sentía bastante alejado de las personas que hacían de su servidumbre, incluso de aquel rubio de ojos rosas que definitivamente recuerda haber visto en otro lugar y siempre estaba detrás de él tímidamente, pero, de cierta manera comprendía el hecho de que todos y cada uno de ellos se vieran afectados con su partida.

Quizá por quedarse sin amo protector o porque su señor, el príncipe híbrido mayor buscado de todos los tiempos los fuera a dejar sin él y su poder, Tanaka no comprendía pero era inteligente y no era ciego, su gente era su gente, no los amaba y los veía más como a pequeñas flores pero definitivamente eran lo bastantemente importantes como para dejar con ellos la protección de el totem de su madre.

—¿Crees que podrán sin mi?—preguntó al mayor, Claude el servidor del emperador.

Claude asintió elegantemente mientras veía de lejos como dos hombres se encargaban de acercarse con el totem en sus manos hacia ellos—Las flores bajo su poder fueron entrenadas para ser las mejores de su clase.

—Mamá es poderosa—murmuró por lo bajo, tras sentir el tótem en su manos y el infinito poder que escupía de este.

—La emperatriz era lo suficientemente inteligente y fuerte para tener lo mejor de lo mejor.—Dijo tirando directamente sus palabras al joven quien ignoró ello con perfecta simetría.

Tanaka era lo mejor de lo mejor.

—Quiero llevarme al rubio.

—¿El hijo de la difunta bailarina?—cuestinó.

—El mismo.

—Entonces lo tendrá—Claude asintió una última vez para luego desaparecer, dejando al joven chico con el totem en la mano mientras lo colocaba en el pilar rodeando lo torre de magia protectora.

(...)

—Su majestad ha escogido al rubio tonto.—Yuki no paró, las manos temblorosas mientras guardaba en la maleta sus pertenencias, libros, ropa y decoraciones—Dios mío, el príncipe de verdad lo escogió.

Yuki no paró mucho menos ante las críticas,  Sir Claude le había informado que partían al anochecer, necesitaba estar listo para la hora.—El príncipe de verdad amaba a esa bailarina ¿qué es lo que les da sorpresa ? el rubio es su hijo después de todo.

Yuki no paró porque no tenía tiempo, tenía que estar perfecto, tenía que ser perfecto ya que fue acogido, él entre todos.

—Bueno, por eso la emperatriz la asesino ¿quién dice que nuestro amado príncipe no seguirá los pasos de nuestra majestad?

Yuki paró, Yuki paró una sola vez mientras sonreía porque a pesar de que aquellas musas no podrían verlo estaba sonriendo.

¿Que sabían ellas? ¿qué pensaban ellas? ¿era envidia? ¿envidia por no ser lo suficientemente importantes como para perecer ante las manos del príncipe. Si Tanaka deseaba asesinarlo entonces él estaría mas que dispuesto a aceptarlo, como un mandato divino, Tanaka era su dios y él un siervo que estaba enamorado de morir entre las manos de su alteza.

Él quería ser de su alteza asi si debería estar muerto para ello como su madre con la emperatriz, era el destino.

tanaka sakamaki -bnha Donde viven las historias. Descúbrelo ahora