Capítulo 4| Sensaciones

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Tanaka suspiró, el mayordomo frente a si le miró a reojo mientras leía un libro que traía entre manos bastante concentrado hasta escuchar el suave sonido salir del de sangre azul—¿Sucede algo, majestad?

—Fuera de la torre llámame Tanaka.—gruñó cerrando los ojos y dejando caer su cabeza a la mano que tenía descansando en el posa brazos.

—Joven amo ¿está usted bien? —Claude se rehusó a tal falta de respeto ante el príncipe. Tanaka le ignoró al menos en este punto, apretando sus dientes—Joven Tanaka.

—Sólo tengo sueño.

—Los vampiros no necesitan dormir—argumentó.

—Yo no soy un vampiro.

—Pero su pa-...

—¡Sólo cállate!—gritó el menor exaltado, sintiendo su corazón latir desenfrenado por aquello que no comprendía.—Yo sólo-... yo-... agh, no sé que me pasa sólo eso. Por favor discúlpame.

Claude acomodó sus gafas en total silencio manteniendo su expresión neutral, en el fondo, sorprendido por el arrebato del siempre imperturbable príncipe—Un príncipe jamás debe pedir disculpas.

—Lo que digas.

El automóvil privado se mantuvo en silencio durante varios segundos más hasta que de reojo Tanaka miró por la ventanilla de la puerta las construcciones de la ciudad y con ello, todo el tráfico y ruido además del fétido aroma a caucho quemado y detestables humanos—Odio aquí.

—No hemos llegado aún, amo—Claude dijo ya por fin dejando el libro de lado mientras que con un chasquido de dedos el sonido desaparecía nuevamente del auto además de los olores que mareaban el sensible olfato del azabache—Todavía faltan algunos kilómetros más.

Tanaka se mantuvo en silencio nuevamente, sin querer iniciar ningún tipo de pelea o enfrentamiento con el que era su siervo, ya había sido suficiente gasto de energía por hoy, sólo quería dormir.

Y así se cumplió.

(...)

Por otra parte, a unos metros por detrás del automóvil principal, viajaba Yuki aquel que venía cuidando de las pertenencias del joven príncipe y quién además veía con afán la ciudad que se presentaba ante sus ojos color rubí.

—Tan espléndido—murmuró maravillado, aquellas las vistas eran algo no se imaginó algún día lograr observar; los autos, las personas caminando libremente, los niños, los aromas, todo.—Te hubiera encantado de mirar, mamá.

Probablemente, o en realidad no, su madre sólo amaría aquel lugar en compañía de sus majestades de lo contrario estaría tan vacía como él.

Sus brillantes ojos bajaron de tonalidad a una más oscura, Yuki más que nadie podría entenderla, él era ella.

La ciudad era linda, sí, pero quizá era linda sólo porque viene en compañía de su príncipe de lo contrario ¿qué sentido tendría?

(...)

—Joven amo, llegamos.—Tanaka despertó luego de unos segundos, asintiendo con pereza mientras veía a Sir Claude salir y abrir una sombrilla junto a la puerta para así cubrirlos de la lluvia—El clima parece extraño, normalmente es soleado por aquí.

—Uhm—se alzó de hombros también saliendo del auto y viendo la gran construcción presentándose a sus ojos; un estilo barroco y oscuro rodeando la fachada de esta, aceptable.

—Deberiamos entrar—sugirió el mayor, impulsando al joven a caminar junto a él dentro de la sombrilla hasta entrar a la casa, Tanaka le inspeccionó, una casa grande con estilo gótico por dentro y fuera ¿su padre no era demasiado idiota?

—Es esto muy extravagante.

—Fue la vivienda anterior de un familiar de su majestad Karlheinz, cosas de realeza oscura.

—¿Le conozco?

—Probablemente no y ahora es suya, no debería importarle.

—Supongo.

Claude sacudió la sombrilla antes de guardar esta en su estuche y dejarla por ahí, tanaka no puso atención en ello a decir verdad, luego guío al más bajo hasta la que era su habitación y le dejó ahí dejando promesas sobre que más tarde llegarían sus cosas y él se encargaría de acomodar todo sin molestar al príncipe así que podía descansar tanto quisiera.

Tanaka como el gran perezoso que es simplemente asintió dejándose caer en el la cama, la suavidad queriendo comer su cuerpo completo.

(...)

—¿Me está diciendo que acepte a alguien a mitad de curso?—Aizawa incrédulo cuestionó—Eso es ridículo.

—Es realmente importante, profesor Aizawa—Nezu dijo, en realidad había olvidado comentarle antes que el príncipe más joven del clan de los vampiros iría a estudiar con ellos y él de verdad no podría rechazar nada teniendo en cuenta el contrato que mantenía con el rey.—Es hijo de Karlheinz.

El profesor se quedó quieto unos segundos, procesando la información y entendiendo el contexto de esto.

—Ahora qué trato hizo, director.

—Uno que beneficiará a la institución.

—Siento que podría arrepentirse.—Dijo él, no es que pudiera detenerlo el trato ya estaba más que hecho.—¿Cuál es su nombre?

—Tanaka Sakamaki, el hijo escondido del rey de los vampiros y la emperatriz de las hadas.—Nezu suspiró, este año escolar sería sin duda difícil.

tanaka sakamaki -bnha Donde viven las historias. Descúbrelo ahora