—¿Estás nervioso? —investigó Tony, Peter sonrió. Sí lo estaba y mucho, socializar no era tan fácil como todos creían, los temas de conversión no le surgian como las palabras al momento de escribir una carta en el trabajo, su sentido del humor era un asco y a diferencia de Tony no tenía una risa pegajosa con la cual haría reír a medio restaurante.
—No. No tanto.
Con ayuda de su mano, trató de darse cuenta si su enjuague bucal había surtido efecto o debia regresar a cepillarse los dientes y quizá peinarse el cabello de otra forma menos informal.
—¿No te agrada esa chica? —las preguntas de Tony parecían hasta cierto punto tiernas.
—No, no es eso, es sólo que no soy el tipo de hombre conquistador. Ya sabes soy más un tipo común y corriente.
Miró su reloj y eran a penas las seis cincuenta.
Quizás debió llevar una chaqueta, el viento empezaba a soplar aire más frío o solo estaba nervioso. Quizá ambas.—Entonces, si te agrada será sencillo, déjala que hable, ponle atención y sigue la conversación sutilmente con una que otra broma, pero tampoco te hagas el payaso, no a todas le agrada eso —recomendó Tony.
Tony no sabía mucho acerca de mujeres y bueno, no se sentía tan fuera de lugar, ya qué al parecer ni los mismos hombres lo habían descubierto todavía, pero sabía como no echarlo a perder gracias a su larga experiencia leyendo novelas románticas.
Peter rió.
—¿Desde cuando sabes más que yo? —preguntó Peter sonriente, no era una pregunta grosera sino una simple duda.
Entonces ahí estaba en el restaurante.
—Desde que yo soy una inteligencia artificial —sentenció Tony sarcástico, ¿cómo era posible escuchar ese tipo de sarcasmo en una inteligencia artificial?
—No voy a discutir eso —admitió Peter—. Bien, ahí está, te hablo cuando está cita acabe —aclaró Peter.
—Bien, suerte —musitó Tony antes de que Peter quitara su auricular y lo guardara en su bolsillo.
Ahí estaba ella, y Peter estaba nervioso, era tan fácil dar media vuelta y regresar a casa a jugar videojuegos y comer comida china, pero tardó mucho pensándolo, qué cuando se percató Mary Jean ya estaba caminando hacia su dirección.
Estaba elegante, iba vestida casualmente, muy bella a decir verdad, ese vestido negro resaltaba a la perfección sus curvas y estaba sonriente. Joder.
—Peter Parker —saludó para luego darse un beso de mejilla a mejilla.
—¡Mary Jean, estás hermosa! —elogió Peter, y no mentía, se veía sensacional y radiante, le tomó de la cintura débilmente para entrar al restaurante.
—Permíteme —dijo Peter abriendo la puerta.
—Gracias, qué caballero —dijo ella con una sonrisa bien marcada en su rostro.
Entraron y de inmediato se colocaron en una pequeña mesa para dos personas.
—¿Y cómo has estado todo este tiempo? —preguntó Mary Jean mirando a Peter.
¿Era una buena idea contarle su vida a Mary Jean? O debía hacer una evasión y omitir eso de por vida, es decir, tampoco iba a contarle de su matrimonio fallido, ese tema no era de su total agrado.
—Pues muy bien, conseguí un buen departamento en un lugar maravilloso, y un trabajo que realmente me agrada, es... bueno —contó Peter a medias, si no contaba todo no se calificaba como mentir.
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You. (Starker)
FanfictionEra 2037 y el mundo parecía el mismo de antes, vidas insignificantes, rostros con más maquillaje que silicona, engaños, infidelidad. Y el pobre Peter se sentía infeliz, vacío y solitario, su divorcio estaba por concluir, pero no estaba realmente lis...