2. Llamadas sin sentido.

357 52 9
                                    

Era increíble, ya no era su misma voz robótica de siempre, era una voz ronca, y grave muy agradable para el oído, Peter sonrió orgulloso por el hecho de que había logrado programarlo y porque era lo que esperaba, quizás un poco mejor.

—Hola —respondió Peter también—. ¿Como te llamas?

—Aún no tengo un nombre —la voz se silenció un momento—. Pero creo que me gusta el nombre: Tony.

—¿Por qué ese en partucular? —preguntó Peter alzando una ceja.

—He leído un libro de diez mil nombres y es el que más me ha gustado de todos —a decir muy a verdad, le gustaba realmente la voz y el nombre de su ahora nueva asistente. No podía quejarse, porque con buena suerte iba a aburrirse de aquella voz dentro de otro año.

—¿Cómo? ¿Has leído diez mil nombres ahora? —cuestionó Peter sorprendido, porque aunque sabía que las inteligencias artificiales eran eficientes jamás había sabido qué hacian en realidad, y ahora saber que en dos segundos había leído miles de nombres era extrañamente asombroso. ¡Era genial!

—Si —la voz de Tony sonaba como una real, como si no fuese una inteligencia artificial.

—Wow.

—Bien —habló la voz de Tony— ahora, estoy notando trescientos emails basura en tu ordenador, ¿quieres que los borre?, estarías limpiando tu computadora de posibles virus y demás basura innecesaria.

—Dios, sí —agradeció, trescientos mensajes eran realmente muchos.

—Bien, has limpiado con éxito tu basura, ahora tienes un verdadero desorden en el ordenador entre archivos y cartas, ¿quisieras que los ordenara alfabéticamente?

—Lo agradecería —Peter estaba tan feliz, no había movido un dedo y había borrado muchos mensajes como ordenado sus archivos.

—¡Bien!, y también voy a programar tus notificaciones, ah, y creo que tienes un recordatorio pendiente de pagar una tarjeta de crédito, si quieres puedo hacerlo.

Peter estaba boquiabierto, en realidad era bueno, de muchas cosas que había comprado por pura curiosidad aquella sin dudas era de las mejores, porque era realmente molesto tener que tener el ojo en todas sus notificaciones, emails y archivos, ademas de rendir en el trabajo, y ahora con Tony todo sería más fácil. Podría deprimirse con compañía y jugar videojuegos con más tranquilidad.

—Por supuesto, haz lo creas necesario.

—Bien como mandes, aunque tengo yo ahora una pregunta —habló Tony.

Peter abrió los ojos y asintió, cuando se dio cuenta de la tontería habló: —Dime.

—¿Cual es tu nombre? —Tony incluso remarcaba con excelencia la pronunciación de una pregunta.

Peter estaba tan emocionado con su nueva herramienta que había olvidado presentarse, no es por descortés ni nada por el estilo, sino porque no solía hacerlo desde hace mucho tiempo, solo hablaba con personas conocidas y entonces "conocer" a Tony fue una sorpresa.

—Me llamo Peter Parker, pero dime solo Peter.

Peter sonrió porque sentía agrado por su inteligencia artificial, y también podía sentir con el tono de voz de Tony que también había sido del agrado, y mientras seguía inclinándose en su silla seguía charlando.

—Es un gusto —espetó, y Peter pudo jurar que lo dijo con una sonrisa en el rostro.

Peter se levantó al fin de la silla cuando notó que debía alimentarse, ya había pasado mucho tiempo y su estómago pedía comida.
No tenía ganas de encender si quiera el microondas, entonces acudió a su amigo.

You. (Starker)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora