Un día más ... y una impertinente

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       Marc

       Era un particular día en el Colegio Françoise Dupont. Todas las escuelas en el mundo se encontraban transitando una semana especial : la semana del CSE (Comprehensive Sex Education ; o ESI: "Educación Sexual Integral", en Latinoamérica ) lo que conllevaba a un agradable transcurso de 7 días sin ver temas propios del programa anual de enseñanza.

       Lo que más se quería destacar eran las cuestiones psicoemocionales de los estudiantes; que compartieran algo de su personalidad, principios, puntos de vista en cuanto a determinados temas de común interés o cultura general, y gustos personales entre ellos.

     La parte más atrayente del proyecto era que...  si él o la profesora estaba de acuerdo, también podían participar ellos para compartir anécdotas y sus propias vivencias, acerca de su personalidad y vida fuera del trabajo.

       En cuanto a las cuestiones más ... directamente relacionadas con lo físico, la escuela siempre prioriza la voluntad individual de cada alumno. Estás clases ,en específico, son optativas; y de presentarse alguna que no sea del agrado de un alumno, el mismo es total y absolutamente libre de saltearselas y retirarse al sitio común de recreación.

      En fin ...eso era lo que se plasmaba en los afiches informativos de las paredes ,y también lo que de verdad se hacía en esa dichosa semana. 

     Sin mencionar el pequeño detalle de que ,en esta ocasión, invitaron a una famosa escritora de novelas juveniles : Agnes Moreau.

     No obstante, eso no ayudaba a mejorar los ánimos de cierta persona. Lo que más le molestaba a Marc de todo eso de la semana CSE... era el mero y simple hecho de que esa semana existiera. Punto. Fin. 'Tatá!'

    ¿Porqué? Por la realidad de tener que compartir sobre tí mismo con el resto de tus compañeros. No era como si uno pudiera ir y elegir un par de amigos para charlar con éstos en específico, no. Tenías que compartirlo con toda la clase.

    Y ahora que eran dos los cursos allí presentes la presión era el doble.

    Lo peor de todo era que ,de negarse , de igual forma sería probable y previsible que terminara cediendo por la presión colectiva ,y por la poco eludible y contagiosa curiosidad ajena que poseía cada adolescente. Un chisme era algo difícil de ocultar ¿En la secundaria? Ni hablar.

    No era cuestión de no querer hablar sobre tí ,sólo por negarse a hacerlo ...o por incomodidad al respecto. La negativa que defendía con fervor se debía a algo más puntual que esos motivos.

    La verdad era que ... tenía cierta inseguridad respecto a sí mismo cuando se trataba de hablar sobre esos temas. Y lo sientes mucho más agobiante si eres el reservado, pusilánime e introvertido de la clase. Las miradas las sientes como dagas heladas en tu fuerza de voluntad.

    Una de las más certeras cualidades de su día a día, eran las caras desaprobatorias con las que debía lidiar a veces. Lamentablemente ,todavía había mucha apatía hacía la diversidad en el mundo.

    "¿Eres hombre?" le había preguntado una anonadada chica que atendía en una tienda, portando un ceño fruncido y amusgando su vista. Esto sucedió por qué cuando entró en el lugar, la joven le atendió con un común " Buenas tardes señorita, ¿en qué le puedo ayudar? ".

    Era tan incómodo el momento en el que debes aclarar que te confundieron de sexo. Malditos estereotipos de virilidad y femineidad.

  Pero lo que más bochornoso le resultaba de su fobia a mostrarse ante el mundo... eran sus auto-reflejos, y las acciones impulsivas que manifestaba al sentirse en una crisis nerviosa: El miedo a actuar como imbécil frente a alguien ,ese defecto le impedía mostrarse tal cual era, en toda la letra.

𝕯𝚘𝚜 𝚐𝚘𝚝𝚊𝚜 𝚍𝚎 𝚝𝚒𝚗𝚝𝚊.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora