────────────────❮●
Gabriel
La mañana había empezado favorable para el diseñador de modas; pero en un solo y mísero minuto ,todo ese buen animo se iba a ir por la borda.
Su patrocinador acabó informándole de una nueva propuesta/demanda del departamento de producción: debía presentar un producto nuevo para la edición de primavera.
Sobaba su entrecejo con cansancio, mirando de tanto en tanto el mural de su esposa al estilo del Retrato de Adele Bloch-Bauer I. Como en todas las otras ocasiones que se había detenido a admirarlo, pensó que su esposa Emilie le hacia más justicia al estilo y técnica implicado ,que la pintura original en sí.
Nadie podría culparlo; Emilie Graham de Vaniliè era una musa para los artistas en toda Europa, y una de las mujeres más bellas en la misma. Además de la más gentil , inteligente ,y amorosa.
Cada vez que sus fuerzas para continuar con su trabajo flaqueaban, le bastaba con observar aquellas brillantes y preciosas esmeraldas para renovarse con más fuerza que antes. Solo ella era capaz de inducir esa poderosa energía en él, porque el deseo de volver a tenerla a su lado era muchísimo más fuerte que cualquier penuria que él pudiera sufrir.
Como prueba de que ,es un hecho, que el paso del tiempo es ante todo inexorable; la gran puerta de su oficina emitió un bien conocido "toc - toc"
- Pase - concedió, desganado y nuevamente irritado.
Una cabellera ,entrañablemente rubia y brillante, se asomó dubitativa por el costado de la pared. Se trataba de su hijo.
Su entrecejo se relajó nuevamente, y su irritación mermó de forma considerable.
- Adrien, ¿Que necesitas?
El joven cambió su peso de un pie al otro. Aquél comportamiento activó sus instintos paternales y previno al hombre de la situación : estaba por pedirle algo.
- Hola padre... venía para plantearte una situación de la que acabo de enterarme.
- Muy bien, cuentame más.
- Mis amigos querían que asistiera a una reunión informal en el parque para modelar un conjunto que mi amiga Marinette acaba de diseñar - relató -, y quería saber si me concederías el permiso para asistir.
- ¿Y que hay de tus clases de esgrima? - arqueó una ceja.
- Ah sí ,sobre eso, el profesor D'Argencourt nos informó que algunos artículos habían estado desapareciendo de los casilleros estos días, y cree que no es sensato que asistamos hasta que se encuentre al culpable.
- Ya veo - se agarró la barbilla -, Y quieres aprovechar para juntarte con ellos ¿No es así?
El chico sonrió con algo de timidez.- Así es padre ... ¿Crees que podría ir? -aventuró, levantando la cabeza y perforando su fuerza autoritaria con ojos brillantes de ese entrañable verde manzana - Por favor, prometo que vendré antes de las ocho.
Gabriel Agreste suspiró resignado. No tenía ningún motivo para decirle al adolescente que no fuese. Y francamente, necesitaba algo de tiempo para estar y sentirse mucho más cerca de su amada. Sin mencionar que Nathalie aún estaba muy delicada como para velar por Adrien mientras él monitoreaba la ciudad siendo Hawkmoth.
- Está bien.
- ¿De verdad?!! - exclamó el rubio, visiblemente rebosante de emoción. Y en un parpadeo, el de cabello entrecano se vió atrapado por un brusco abrazo de oso - ¡Muchas gracias padre, ésto significa mucho para mí!
ESTÁS LEYENDO
𝕯𝚘𝚜 𝚐𝚘𝚝𝚊𝚜 𝚍𝚎 𝚝𝚒𝚗𝚝𝚊.
Fanfiction• ────── ✾ ────── • 𝐘 𝐬𝐢𝐧 𝐝𝐚𝐫𝐬𝐞 𝐜𝐮𝐞𝐧𝐭𝐚 𝐝𝐞 𝐞𝐥𝐥𝐨, 𝐭𝐞𝐫𝐦𝐢𝐧ó 𝐞𝐬𝐜𝐫𝐢𝐛𝐢𝐞𝐧𝐝𝐨 𝐡𝐢𝐬𝐭𝐨𝐫𝐢𝐚𝐬 𝐞𝐧 𝐥𝐚𝐬 𝐪𝐮𝐞 𝐲𝐚𝐜í𝐚𝐧 𝐩𝐥𝐚𝐬𝐦𝐚𝐝𝐚𝐬 𝐬𝐮𝐬 𝐦á𝐬 𝐩𝐫𝐨𝐟𝐮𝐧𝐝𝐚𝐬 𝐚ñ𝐨𝐫𝐚𝐧𝐳𝐚𝐬. 𝐉𝐮𝐬𝐭𝐨 𝐜𝐨𝐦𝐨 𝐛�...