"Chico Malo" (Abraham Mateo)

Día 7

Otra vez. Maldito despertador. Me levanto en pijama me adentro al baño y veo que está Abraham en cuero. Había olvidado por completo su presencia.

- Lo siento Abraham, debo acostumbrarme. - dije sonriendo y saliendo del baño.

- No es nada, tranquila. Y Buenos Días Mía.

- Buenos Días Abraham - dije cerrando la puerta del baño.

Claramente deberíamos ponerle traba a ambas puerta así ninguno entra al baño cuando está el otro.

Tomé mí ropa para ir a la UNI, me la puse, tomé mis converse, les pase un trapito y me las coloque. Arme mí mochila y toque la puerta del baño.

Nada del otro lado, así que entre, me lave los dientes, la cara y salí.

Fui a la cocina y me encontré a todos en la mesa desayunando, ya listos.

- Buenos Días! - dije sonriente.

- Buenos Días Mía - dijo mí hermano dándome un beso en la frente.

Me acerque a Tony y Abraham y les di un beso en la mejilla.

- Buenos Días Mía - Dijeron juntos, así que les sonreí y miré a mí hermano.

- Lu, tenemos que poner trabas en las puertas del baño que comunica la habitación de Abraham y la mia. Para no cometer errores hasta que nos acostumbremos - dije sonriendo.

- Bueno, hoy cuando salgo de trabajar paso por la ferretería y compro 2.  - dijo para seguir tomando su café.

Luego de eso, pasamos el desayuno en silencio.

- Vamos? - pregunto Lucas.

- Si, ya vamos - dije levantandome y tomando la mochila.

- Lucas si querés yo llevo a Mia con el auto. Así vas directo a tu trabajo.

- Buenísimo, Mía te parece bien?

- Si, claro - dije mirando a Abraham.

Lucas se fue al trabajo y luego nos subimos al auto Abraham y yo.

- Abraham, estás seguro? Antes dijiste que no querías que nos relacionen...

- Tranquila Mía, después de lo de Bred todos sabrán que vivimos juntos, así que no es raro llegar juntos. Solo hay que explicar que somos dos personas totalmente distintas que nos mudamos juntos por seguridad y porque ningún tiene padres.

- Bueno, como gustes, solo dilo si te preguntan. No quiero que todos sepan lo de nuestros padres.

- Bueno Mía, como gustes.

Pasamos el camino a la UNI cantando y riendo, llegamos y todos nos miraban, en especial Bred. Nos bajamos del auto y comenzamos a caminar a la UNI, Abraham se adelantó y entro antes que yo.

Veo como Bred se comienza a acercar y me veo hundida, Abraham no estaba para salvarme esta vez, y Bred estaría muy enojado.

- Hola Mía, cómo estás? - dijo caminando a mí lado.

- Hola Bred, bien y tu? - dije sin mirarlo-

- Y, la verdad, luego de la discusión con Abraham quedé muy disgustado, pero eso es algo que se arregla.

- Pues me alegro que puedas arreglar tu problema - digo abriendo la puerta de la UNI, mientras él me seguía.

- En realidad, tu puedes arreglarlo. - dijo tomándome la mano.

- Yo creo que no - dije soltando mí mano fuerte.

- Oh vamos Mía, no seas así, me debes una.