Un gramo de coca.

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-Paula, está pasando ya no puedo más ,por favor ya está yo ya no puedo más.
Paula estaba con su novio, y no entendía nada.
-¿De que me hablas chica?
Ha pasado ,he visto a Diego, el espejo lo sabe y encontré el colgante ,su colgante.
-¿Cómo que has visto a Diego? ¿Has vuelto a beber? - mi amiga quería entender lo que pasaba.
-¿Por qué me llamas desde el fijo? Sofia...-
- Que te jodan - colgué de repente , no quería hacerlo, pero, cogí una botella y me emborrachè, me dediqué a beber, tenía una bolsa de maria y de coca debajo del colchón, me lo tomé y me lo fumè
Eduardo llamó a Paula y le explicó, ella se tuvo que despedir de Leo. Se dirigió hacia mi casa ,se dirigieron, más bien.
Yo ya empezaba a ver doble,a estar dormida.
Solo gritaba el nombre de Diego,hasta que me dormí.
Eduardo y Paula llegaron a casa, timbraron pero yo no respondía. Miraron por la ventana y me vieron tumbada en el suelo, Edu rompió la ventana y entró, abrió la puerta y entró Paula.
Estaba tirada en el suelo, se me entrecerraban los ojos, una espuma blanca salia de mi boca, estaba sudando , apenas oía y casi ya no veia.
-Le está dando una sobredosis,¿ qué hacemos ?- gritaba paula.
Eduardo se cogía del pelo, vio las bolsas y la botella encima de la mesa.
- ¿Sofía que has hecho joder ,que has hecho?
Yo no oía nada, solo estaba relajada, relajada de más.
-El único que puede controlar es Sergio... - añadía Paula.
-Sergio , es verdad - Sacó el teléfono y lo llamó. - Venga joder deja de hacer lo que estés haciendo.
Paula estaba a punto de llorar, Eduardo se estaba agobiando.
-¿Qué? - respondía una voz profunda detrás del teléfono.
- Sergio, te necesitamos estamos Paula ,Sofía y yo en casa de Sofía, le está dando un sobredosis, por favor ayúdanos.
-¿Cómo una sobredosis? ¿ De dónde sacó la droga? - preguntaba.
-No lo se tio, pero si sigues con preguntas no podremos preguntarle después.
-Supongo... No se que queréis que haga..- respondía seco.
-SERGIO LA PERDEMOS, AYÚDANOS DIOS MIO - gritaba paula desde el suelo sujetándome la cabeza.
-Bueno vale , teneis que inyectarle adrenalina.
- ¿Y de dónde la saco,del culo? Sergio eso ya lo se , tu tienes de eso ,estoy seguro- gritaba casi  dandole la ansiedad.
- Gracias por llamarme dorgadicto ,pero ya hace que no me drogo. Tiene que tener ella, al Diego ese le daban mierdas asi de tanto beber.
Paula cayó en la cuenta, abrió la nevera y vio un pequeño baúl en el fondo, lo abrió y allí estaban,solo quedaban tres.
-¡La tengo!- gritaba eufórica.
- La tenemos Sergio, ¿Qué hacemos? - preguntaba mientras miraba a Paula.
- Teneis que clavársela en el corazón.
-Yo no puedo hacer eso, no, no puedo - lloraba desconsolada.
Eduardo lo haría.
- Pero tenéis que apuntar bien, calcularlo tres veces y apurar sino la palma - decía relajado.
- Gracias Sergio, se ve que es amiga tuya- irónicamente comentaba Pau.
- Yo no soy el gilipollas que se ha drogado-afrimaba.
-Sergio ... - concluía Eduardo.
Con la inyección en la mano, contó tres veces, dirigiendo la aguja hacia dónde habia que clavarla. Sérgio habia dado mas detalles sobre la zona y sobre cuanto tiempo tendría que estar.
Eduardo conto hasta tres y la clavó, me desperté de golpe sin saber que habia pasado. Solo vi a mis amigos y una jeringilla  clavada en mi pecho.
-Venga chao - colgaba Sergio.
-¿Qué ha pasado? - preguntaba con un ligero dolor de cabeza.
- Eso queremos saber nosotros , Sofía- sostenía Eduardo.
Me saqué la aguja del pecho, al igual que saqué el colgante de mi bolsillo , observé la mesa, y dirigí mi mirada hacia mis amigos.
-Puedo explicarlo - me declaraba intentando antes relajarme un poco.
Les expliqué lo sucedido,tanto la escena del espejo como la del bosque y de donde habia sacado la droga. Que en verdad, era de Diego y sus trapicheos,no tenía nada más en casa.
-Sofía,no puedes seguir así- opinaba mi querido amigo.
- Edu, no seas fuerte, a lo mejor es verdad , los fantasmas existen - intentaba convercerle mi amiga.
-Pues claro que es verdad, nunca antes me habia pasado esto, Diego me quiere decir algo, no se que es :" Maya",ni lo que yo se , según el espejo, ni los arañazos ,ni las sombras ni las voces ... -  contaba asustada.
Eduardo me miro serio, el en el fondo sabia que decía la verdad , aun que fuera lo más loco posible.
- Bueno, mejor por hoy duerme, mañana hablaremos de ello. - Concluyó mi amigo.
Así fue ,se despidieron.
Quería coger el teléfono,pero nuevamente me acordé de lo sucedido,fui hasta la habitación pequeña donde se guardaban un par de teléfonos buenos que ya no se usaban ,lo preparé y ya me lo quede para mi.
Me quede mirando al suelo  de pie un buen rato , hasta que me metí en cama.

Serendipia  [En Proceso]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora