R e c u e r d o s

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Noya seguía en el trabajo, mientras Asahi estaba revisando algunas facturas y cuentas. La tarde era fría y nublada, silenciosa y tranquila, algo que Asahi aunque no lo admita le disgustaba un poco.

Lo que sucedía era que normalmente si Noya estaba en la casa está no sería silenciosa, estaría llena de quejidos sobre el frío pero al mismo tiempo de risas alegres que hacían que el corazón del más alto lata fuertemente.

— Este apartamento es aburrido sin Noya...

Dijo Asahi muy desanimado, de pronto recibió un mensaje de su madre.

" Te parece si pasamos navidad juntos? Planeaba hacer una cena para toda la familia, trae también a tu novio ^^ "

Navidad? Es cierto que en un mes y un poco más iba a ser navidad, pero a su madre le gustaba planear todo con mucha anticipación.

Asahi aceptó la invitación, sabía que iba a ser ligeramente incómodo ya que su familia si celebraba la navidad por el supuesto nacimiento de Jesús, mientras él y su novio no tenían ninguna creencia. Pero sabía que Noya disfrutaría solo por el hecho de la comida y pues si él se pasaba bien entonces Asahi igual.

Lo de la cena le recordó cuando estaba en su último año de preparatoria.

Una tarde Noya le había insistido a Asahi si podía ir a la casa de este ya que Noya había tenido una pelea con sus padres y prefería no verlos por el momento, aunque no le iba a contar a Asahi el por qué la insistencia.

— ¡Por favor Asahi-san, te pido que me dejes quedarme en tu casa solo por esta tarde!

— ¡N-noya, d-dejame preguntarle a mi madre!

— ¡Está bien! — Noya hizo una reverencia forzada, algo que asustó a Asahi - ¡Juro que no seré una molestia!

— ¡N-noya, no tienes que hacer una reverencia!

— ¡Solo si me permites quedarme en tu casa solo por hoy por la tarde, lo juro!

— Mi madre ya me respondió, dice que te puedes quedar

— ¡Gracias Asahi-san!

Noya abrazó fuertemente a Asahi mientras el de más baja estatura no sabía como revolvía los sentimientos de Asahi.

Ambos caminaron juntos hasta la casa de Asahi, quién aunque no se le notará, estaba extremadamente feliz.

Para ese entonces Asahi ya tenía sentimientos por Noya, así que el hecho de poder juntos más allá del tiempo en la escuela le hacía feliz.

Al llegar a la casa de este los recibió la madre de Asahi muy alegremente con unas galletas, que Noya muy alegremente aceptó.

— ¿Q-quieres subir? — Dijo Asahi señalando las escaleras al segundo piso.

— ¡Claro! ¿Nos podemos llevar las galletas?

— ¡Adelante! — Dijo la madre de Asahi

Ambos subieron, la habitación de Asahi como era de esperar estaba ordenada y limpia. Noya animadamente se lanzó a la suave cama del otro, mientras Asahi nervioso estaba parado en la entrada de la habitación.

— ¿Vas a quedarte ahí parado toda la tarde?

— ¿Qué...? N-no, solo...

❥ Día a día - Asanoya Donde viven las historias. Descúbrelo ahora