Capítulo 6

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Cuando despierto apenas son las 8 de la mañana, no ha sido de mis mejores noches, creo que será hasta tomar costumbre, decido levantarme y estirar un poco mi cuerpo, algo parecido como un gato, costumbre extraña, lo sé, pero que se le puede hacer.

Miro dentro del armario y me doy cuenta que casi no tengo ropa, no solía tomar en cuenta este tipo de cosas en el orfanato, hasta ahora, solíamos usar largas faldas grises con un suéter gris que realzaba el cuello de la camisa blanca perfectamente abotonada hasta la barbilla, pero al menos podía decir que tenía un par de jeans decentes, 3 o 4 camisetas y dos suéteres.

Me visto lo mejor que puedo, y con eso me refiero a un jean, un suéter gris y mis converse blancos, lo básico para alguien como yo, trenzo mi cabello, cepillo mis dientes, lavo mi cara y me dispongo a salir, pero antes de hacerlo, el sonido del celular me retiene.

Un mensaje de Mel

M: Buenos días Pastelito, espero que estés despierta, ¿Qué tal tu primera noche?

J: Hola por ahí, estuvo bien, como todas las noches 😊

M: Te hubiera creído, pero fallaste, la carita feliz te delató

Enarco una ceja, ¿Qué tienen las personas por las caritas felices?

J: Mel lo digo enserio, no estuvo nada mal

M: Leí un articulo donde decía que los adolescentes enviaban una carita feliz como símbolo de sarcasmo

A veces me pregunto que come por las mañanas

J: Es solo una carita feliz....¿que hay de malo en ello?

M: Nada 😊

Suelto una risita

J: ¿Estas siendo sarcástica?

M: Solo bromeaba cariño, pero en unas horas te llamaré, quiero saberlo todo, ¿está bien?

J: Perfecto

Dejo el teléfono en la mesita de noche y me apresuro hacia el comedor, mi estomago lleva mas de un león dentro, mientras bajo las escaleras me percato de que la única en la mesa es Kora, come tranquila, pero puedo sentir desde lejos que se siente más que sola.

Empiezo a caminar hacia ella y en cuanto me ve sonríe

-Buenos días-le digo con una media sonrisa

Me devuelve la sonrisa y señala una de las sillas

-Buenos días cariño, toma asiento 

Hago lo que me dice y enseguida llama a alguien llamada Margarita

-¿Si señora? Pregunta

Es una persona mayor, rellenita y con varias canas, tiene el rostro de la típica abuelita dulce

-Margarita, ella es Jayma-acaricia mi brazo-vivirá con nosotros un tiempo, asegúrate que esté cómoda por favor-Margarita asiente -¿puedes traerle el desayuno por favor?. Pide con amabilidad

Margarita asiente, da media vuelta y se marcha

En cuanto nos quedamos solas la Señora Marshall entabla conversación conmigo

-¿Cómo estuvo tu primera noche aquí? Sonríe cálidamente

Me gusta

-Estuvo perfecta, gracias.

Asiente

-Me alegra mucho escuchar eso, ahora dame un momento-se levanta y desaparece dos minutos del salón, enseguida vuelve a entrar, viene con una caja y me la entrega

La miro extrañada y me pide que la abra, mientras inspecciono lo que hay dentro ella habla

-Lucas me pidió que te la entregara, dijo que habría cosas que necesitarías.

Asiento y lo primero que saco de ahí es una tarjeta de crédito

-Puedes hacer uso de ella como te plazca. Dice al mirar mi rostro atónito

Niego y trato de entregarle la tarjeta de vuelta

-No puedo aceptar esto, ya tienen suficiente dándome un lugar donde vivir

Niega y me dice seriamente

-Confío en que sabrás dar un buen uso de ella

-Pero yo...

-No, por favor acéptala

Me doy por vencida y vuelvo a introducir la tarjeta en la caja, seguido de eso encuentro otra tarjeta, pero es para boutique, en el fondo encuentro unos audífonos, un pase ilimitado para un cine, y algunas otras cosas parecidas, pero algo al final de la caja llama mi atención, es otra pequeña caja de color lacre, es preciosa, tomo la caja y la abro y lo hay dentro me deja sin palabras.

Es un collar del árbol de la vida tallado en un material parecido al de la madera y en el centro de este se encuentra un pequeño punto brillante, un...diamante.

Miro rápidamente a Kora, el collar es precioso, pero debe costar una fortuna, niego y lo guardo en la caja.

Me quedo callada por un momento hasta que decido hablar

-Es demasiado Señora Marshall-jugueteo con mis manos nerviosamente-nunca podría pagarle la mitad de lo que usted me está ofreciendo.

Toma mi mano por encima de la mesa y dice suavemente

-Primero, te he dicho que me llames Kora querida y segundo, no es demasiado, tu estarás aquí un largo tiempo y todo lo que queremos es hacerte sentir cómoda.

Considero que todo esto es una exageración, no llevo aquí ni 24h y ya tengo miles de dólares a mi cargo, Mel alucinará cuando se lo cuente, me lo pienso por un momento, no es como que vaya a desperdiciarlo, pero tampoco a ocuparlo como loca.

-Gracias.

Acaricia mi mano amablemente

-No hay de que cielo. Me guiña el ojo y vuelve a su comida

Minutos después llega Margarita con una bandeja llena de comida, mi estomago ruge y escucho a Kora soltar una risita, le sonrío disculpándome, en pocos minutos devoro casi toda la comida.

Estoy saboreando lo último que queda de mi sándwich cuando Kora dice

-La próxima semana empezarás en el  instituto-sonríe feliz- es el mismo en que Ashton se graduó.

No me había dado cuenta que había dejado de masticar, hasta que Kora golpea suavemente mi barbilla para que siga consumiendo mi comida.

Trago grueso

-¿Tan pronto?

Bueno sabía que debía ir a un instituto, pero no tan pronto, al menos esperaba adaptarme primero.

-Bueno-se encoge de hombros-es casi mitad de año, es el último para ti y queda poco para que puedas disfrutarlo.

Asiento sin mucha emoción y trato de acabarlo todo para poder retirarme

¡Jesús santo, en que me he metido!

REBELDonde viven las historias. Descúbrelo ahora