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JAYMA
-Bienvenida a tu nuevo hogar-Dice Melody sonriendo
Salgo del taxi y observo alrededor, esta casa seguramente cuesta millones, es una mansión, suelto la maleta de golpe y un gemido de enojo sale desde el interior de mi pecho.
-Mel, dije que no quería nada de esto
Se acerca a pasos lentos y cuidadosos, me toma suavemente de los hombros y sonríe
-Cuando llegué te dije que te daría lo mejor, y esto-dice mostrando la gran mansión-es lo mejor
Bufé y levanté mi maleta, no me malinterpreten, cualquier chica de orfanato se emocionaría por llegar a una mansión y formar la familia feliz y perfecta que todos sueñan, peroyo no soy cualquier chica, en realidad esta familia no me adoptó solo me asesorarán hasta que cumpla dieciocho años y poder manejarme por mi cuenta, hasta que el FBI decida lo contrario.
Melody mi trabajadora social, demasiado entusiasta para mi gusto pero creo que va mejorando con el tiempo, ha buscado familias para mantenerme lejos de ellos, con ellos me refiero a mi familia, y con mi familia me refiero a mi madre y su vida.
Voy por un camino de pequeñas piedritas rodeado por arbustos hasta llegar a una pileta con un ángel señalando al cielo, niego con la cabeza y empiezo a subir las cincuenta gradas para llegar a las puertas más grandes que he visto en mi vida, mi boca está completamente abierta pero por suerte Melody la golpea y esta enseguida se cierra.
-¿Lista niñita?
La miro sin poco entusiasmo
-¿Enserio no puedo volver al orfanato de las madres rencorosas?
Rueda los ojos y me abraza suavemente,
-Son Madres Dolorosas cielo, no rencorosas.
Me encojo de hombros
-Da igual, las viejas brujas me odiaban
Ríe entre dientes
-Aun lo hacen, aun lo hacen-sonríe-la Madre Dolores aun recuerda la vez en la que pusiste un ratón muerto en su almohada-niega con la cabeza divertida-esa nochetuve que salir corriendo de casa para escuchar el sermón que te dio la Reverenda Cristina-recuerda mientras sus ojos se llenan de lagrimas
-Oh diablos Mel no llores
Desde que era pequeña varios trabajadores sociales y psicólogos han intentado ayudar en mi caso, pero la mayoría se rendía, excepto Mel, recuerdo verla entrar a la sala vestida con un vestido blanco hasta las rodillas, la sonrisa de autosatisfacción que contrastaba con su piel mulata, al principio como todos no se los puse fácil, pero con el tiempo ella se convirtió en mi confidente y me sentía segura junto a ella, era mi cómplice.
Mel estaba a punto de decir algo cuando la puerta fue abierta y una mujer de cabello rubio, ojos azules, nariz respingada, que llevaba un vestido marrón entallado sonreía con amabilidad
-Usted debe ser Melody Rutherford ¿verdad?
-Si-dice Mel mientras se limpia discretamente las lágrimas-un gusto Señora Marshall -extiende la mano y la estrecha con la de la mujer- ella es Jayma
Ella me mira por un momento mientras aún mantiene la sonrisa en su rostro, me escrudiña y me da un beso en la mejilla, un poco incomoda por la situación le regalo un sonrisa tensa.
Mel al notar la incomodidad del momento, pide amablemente que nos de un recorrido por la casa, la Señora Marshall acepta gustosa y nos invita a ingresar, en cuanto doy mi primer paso puedo darme cuenta de que todo es sofisticado, desde el piso hasta los sillones y las lámparas y las puertas.
Después de ver el primer piso donde habían las 2 salas, la piscina y la cocina, que debo agregar que es más grande que la de Top Chef y nos dirigimos al segundo piso, caminamos casi una avenida completa de habitaciones, un gimnasio, una biblioteca, donde supuse que todo era de lo mejor, fue entonces que caí en cuentaella no vive sola
-Y esta es la sala de juegos-señala las pantallas y los demás juegos- puedes usar los que quieras
Le sonrío suavemente y algo apenada le respondo
-No se usarlos
Me mira comprensiva y sonríe
-No te preocupes cariño-aprieta levemente mi hombro-mi hijo Ashton puede ayudarte, a él le encantan estos aparatos
Su hijo Ashton ¿dijo hijo?
Le sonrío y nos indica que la sigamos nuevamente, hacia donde será mi habitación
-¿Cómo que hijo?-le digo a Mel en un grito susurro, ella me codea y me pide que me calle, solo el señor sabe que cuando hace eso es mejor obedecer.
La Señora Marshall abre la puerta y en cuanto lo veo casi suelto una maldición de felicidad, es preciosa y es enorme, el guardarropa es como de película y el baño ni se diga, en la cama cabrían hasta 5 personas y junto a este hay un velador con una lamparita preciosa, un escritorio que se encuentra situado frente a un ventanal donde puedes observar casi toda la ciudad.
-Espero te haya gustado. Dice la Señora Marshall sacándome de mi estupefacción
Simplemente asiento y le sonrío
Mel se acerca un me sonríe mientras aprieta levemente si brazo, se lo que significa y parte de mí se niega a aceptarlo.
-Creo que mejor les daré un espacio para ustedes-dice mirando hacia Mel la cual sonríe agradecida-Cielo es una enorme felicidad tenerte aquí, estaré abajo por si necesitas algo
Asiento y miro como sale y cierra la puerta
-Mel .
Siento que mis ojos de llenan de lágrimas y los de ella también
-Cariño-sonríe suavemente- esta era la vida que merecías desde un principio, sé que será difícil, pero dicen que el más fuerte sobrevive-besa mi frente- y yo sé que tú lo eres-acaricia mi mejilla-y recuerda que siempre estaré aquí
Asiento lentamente
-Odio las despedidas. Digo mientras limpio mis lágrimas
-Si, son unas perras- Sonríe con tristeza-no te preocupes que estaré pendiente de ti-saca una caja de su cartera y me lo extiende -te compré un teléfono, ya está grabado mi número por si me necesitas. Estaré pendiente de ti. Te lo prometo
Besa mi mejilla por última vez y se marcha no sin antes enviarme un beso volado.
Suspiro y giro a mí alrededor... ¿Qué voy hacer ahora?
Primer capitulo aquí <3 la verdad estoy muy emocionada editando este libro, me encanta, me fascina, el segundo capítulo llega en nada, espero sus comentarios.
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REBEL
RomanceJayma no era cualquier chica, era "La chica", no era la mejor especificación ni tampoco el mejor nombre pero si su mejor historia, para el FBI era especial pero ¿Lo era para alguien más?A lo largo de toda su vida ha viajado por todo el país, de casa...