𝐶𝑎𝑝𝑖𝑡𝑢𝑙𝑜 𝐼: 𝐸𝑛𝑡𝑟𝑒 𝐿𝑎 𝐹𝑟𝑖𝑎 𝑁𝑖𝑒𝑣𝑒

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El invierno era sobresaliente. Había una pequeña lluvia de nieve por lo cual era recomendable ponerse seguros en sus hogares y eso es lo que el peliceleste haría.

Khun Agüero Agnis; un deseado empresario se encontraba en un viaje de negocios. Anteriormente estaba leyendo y firmando uno que otro permiso o contrato por lo que ahora solo quería llegar a su casa y dormir.

Su vida no era la más emocionante de todas aunque muchos lo creyeran.

Su esposa era una mujer hermosa que apenas y le prestaba atención pero lo entendía, ella tuvo que abandonar todos sus sueños de enamorarse y casarse porque fueron comprometidos a los 18 años. Eran unidos por la existencia de su hijo, Ran Khun; era muy parecido físicamente a Agüero con tan solo cinco años de edad.


Tenía puesto un hermoso traje de color negro fuerte y de base una camisa blanca de mangas largas, corbata negra, un abrigo para el invierno gris azulado, reloj plateado y zapatos serios negros. Tenía sus cabellos recogido en una coleta y acomodado el frente con un cepillo. Todo iva de maravilla hasta que una figura despertó su interés.

Estaba en medio de la nieve y se le veía un poco perdido. Al principio se asustó pensando que era algún acto paranormal pero luego le ordeno a su chófer que aparcara el auto, se bajo de este y camino hacia aquella figura.

- ¿Hola? - le hablo con un poco de desconfianza, el hombre que estaba ahí se giró para verlo a los ojos y no sabía que era lo que había experimentado pero no cabe duda de que era como si su interior hubiese explotado en mil colores.

- ¿ho... hola? - pregunto en el mismo tono que lo hizo el zarco.

- ¿qué haces en la nieve?, ¿porque no estas en casa? - se acercó aún más y vio como sus dedos ya pálidos se aferraban a su cuerpo en un pésimo  intento de calor

- yo no tengo casa - apenas y se le podia entender entre tanto que tiritaba. Aguero en un impulso se quitó su abrigo para cubrir el cuerpo helado de ese chico al cual no le ponía más de 17 años.

- entonces ven conmigo - lo tomo entre sus brazos ayudándolo a caminar hasta su coche donde lo subió y cinco minutos después de encender la calefacción el joven cayó en sueños.

[... ]

Después de que el auto llegara a la casa de campo del empresario este rápidamente puso la calefacción en un nivel un poco alto y luego se dirigió a preparar una taza de chocolate caliente. Al llegar a la sala lo vio ya un poco mejor y se sintió aliviado.

— que bueno que te encuentras mejor  - sonrió el más alto. Mientras le daba la taza.

— Si muchas gracias... eh - una incógnita se género en la cabeza del más joven bebiendo de este sin saber que esa sería su nueva adicción

— ¡oh, claro!- dijo con gracia mientras se daba un golpe suave en la frente - me llamo Khun Agüero Agnis, pero puedes decirme Khun -

— Perfecto Señor Khun yo soy Bam; Vigésimo Quinto Bam -

Luego, Khun se fue a cambiar por una ropa más cómoda para poder dormir a gusto. Esta constaba de una camisa ceñida al cuerpo gris y un pantalón olgado azul rey. Al salir tomó una almohada y un edredón del clóset.

— ¿qué hace señor Khun? - pregunto con una titubeante voz.

— voy a dormir en el sofá, tu dormirás aquí - ordeno mientras que sacaba un libro y sus lentes de su mesa de noche.

— pero yo no quiero dormir solo - dijo mientras abrazaba sus piernas sobre la cama - me da miedo - hablo con un adorable puchero en sus labios.

— no tienes porque, no voy a estar lejos - comento dejando el libro en la cama y caminando al baño a lavarse los dientes.

— déjeme dormir abajo con usted, ¿sí? - pregunto con un hermoso brillo en sus ojos esperanzado de un "si".

— bam, sería mucho más fácil que yo me quedara a dormir aquí contigo - dijo después de enjuagar su boca.

— entonces quédese, le prometo que no me movere mucho, enserio tengo miedo - suplico bajándose de cama y llegando hasta el hombre de veinticinco años.

— ¿crees que sería correcto que tu y yo compartamos la misma cama? - pregunto con un tono de reproche.

— no lo sé, solo no quiero volver a sentirme solo, es horrible — el tono de voz desanimado logró doblegar algo dentro de Khun y romper la barrera de dureza que habia creado.

— bam... me acabas de conocer ¿sabes que podría hacerte daño? — pregunto con voz cansina.

— ¡eso es imposible, usted ha sido muy bueno conmigo! — dijo en un intento de parecer enojado.

— lo sé, pero no debes confiar en que todos vayan a tratarte igual que yo, ¿está bien? — acariciaba su cabello como si fuera un niño pequeño y es que ante los ojos de Khun, bam era aun muy joven. Lo que le hacia preguntarse, ¿como acabo en medio de la nieve?. Bam, agendo a los pensamientos de su acompañante solo asintió al reclamo. — ok ahora a dormir — ordeno comenzando a arreglar la gran cama — por cierto bam, cuantos años tienes? — pregunto cuando su cuerpo ya descansaba entre las sabanas.

El castaño corrió hacia el y también entro entre ellas poniendo su cabeza sobre el fornido pecho.

— tengo 21 — comento casi en un susurro comenzando a caer en la ensoñación. Khun se había sorprendido en demasía, el le ponía unos 16 o 17 años.

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Nada de pedofilia en mi casa >:^

¿Que les pareció la mejora?. ¿Es de su agrado?, espero que .

𝐴𝑚𝑎𝑛𝑡𝑒𝑠 [𝑲𝒉𝒖𝒏•𝑩𝒂𝒎]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora