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Al otro día, Haechan volvió de cumplir su agenda cargando una guitarra acústica. No era cualquier guitarra, era la guitarra de Mark, la guitarra que su padre le había regalado y que todo NCT sabía que sólo dos miembros estaban autorizados a tocar: Mark y Haechan. Nana no pudo evitar sentirse un poco incomodo, pero aquello desapareció cuando Haechan le saludó con una gran sonrisa y le pidió que prepara un poco de comida mientras él se daba una ducha.

Luego de casi una hora, ambos estaban sentados en su cama, con la guitarra en el regazo de Haechan, mientras que la tocaba suavemente, intentado recordar algunos acordes. Definitivamente no era profesional, no como Mark, pero Nana admitía que había mejorado mucho. Haechan se mantuvo repitiendo la misma melodía un largo rato hasta que le llamó.

—¿Qué opinas sobre la melodía?

Era sencilla, suave y de cierta manera le hacía sentir un poco de nostalgia. Era perfecto para lo que quería decir.

—Me gusta.

—Bien, ahora escucha.

Nana cerró sus ojos y esperó que llegara a él la voz de su compañero. Efectivamente, Haechan supo transmitir aquello que le había dejado escrito la noche anterior.

Eres la pieza faltante de mi rompecabezas que finalmente fue encajada. Mi corazón estaba roto, pero estas heridas están siendo llenadas también— el cuerpo de Haechan se movía en la medida en que combinar las palabras con los acordes se le hacía un poco difícil. Jaemin le miraba con una pequeña tímida ¿sabría Haechan todas las sensaciones que le producía en el estomago?— De repente te has convertido en todo para mí.

Haechan pareció dudar en lo abrupto de cómo terminaba el párrafo y Nana no puedo evitar completar.

—La pieza faltante de mi rompecabezas.

Su compañero sonrió y repitió los acordes: — La pieza faltante de mi rompecabezas.

Quizás fue por la manera en que se miraron, pero Jaemin sintió que se enamoraba un poco más. Se acercó a su escritorio y comenzó a escribir.

—¿Ahora soy tu musa? — preguntó Haechan con sus ojos brillantes al notar que su compañero no le prestaba atención, apoyándose en la guitarra.

—Siempre lo eres, creo que tengo una atracción fatal por idiotas.

Y ambos rieron.

Jaemin le acercó su nueva nota, Haechan la leyó y luego le miró a los ojos unos segundos antes de negar e intentar poner aquellas palabras con la melodía

A través de ti aprendí que, en lugar de querer conseguir todo, no perder ni una sola cosa es más importante.


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