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El cabello de Haechan está tan esponjado como cada vez que sale de la ducha y se niega a usar el secador de pelo. El aspecto de sus ojos cansados detrás de sus gafas le hace parecer un poco mayor, pero ahí estaba la pequeña sonrisa reconfortante que ponía cada vez que hacía su trabajo. Haechan está sentado en la silla de Jaemin, Jeno en la suya, ambos cerca del escritorio, mientras que Nana está en la cama, con las piernas hacia arriba, apoyadas en una de las paredes, uno de sus tobillos se ha hinchado un poco y Jeno le ha remendando mantener esa posición. Jeno y Haechan hablan y discuten sobre algunas ideas, Jaemin no había encontrado ninguna que destacase lo suficiente como para opinar, así que se prefiere quedarse en silencio mientras los observa.

Hay algo hermoso en ver a Haechan vestido sólo con una hoodie y pantaloncillos cortos, incluso cuando desde su perspectiva los ve a ambos al revés. Nana no sabe bien qué es, pero verlo cubrirse con una manta sus piernas mientras una de sus piernas se mueve casi en un tic nervioso cuando lee una y otra vez las ideas sueltas que han escrito, le hace sentir lindo. Pero quizás no sean ni sus piernas, ni sus anteojos, ni la sonrisa cansada o la forma sarcástica en la que descarta ideas que parecen demasiado clichés, quizás es sólo Haechan quien lo hace sentir algo lindo.

Haechan no está convencido que entre todo ese revoltijo de ideas hayan conseguido una metáfora satisfactoria y su ceño se frunce significativamente. Deja caer contra su espalda contra el respaldo de la silla y se mece un par de veces, mirando el techo. Jeno sigue jugando con su lápiz, intentado buscar algo que les parezca bien a los tres.

—¿Y si habláramos de pájaros? — propone Haechan en un tono que da por sentado que él mismo ha descartado aquella idea, pero que se siente cansado de tanto pensar.

—¿Pájaros? — Jeno no hace ni el menor esfuerzo en ocultar su desacuerdo con aquella idea, Haechan definitivamente era una buena influencia para aprender a rechazar las ideas que no les gustaban.

—Sí, ya sabes. Un amor libre, sin barreras— aclaró moviendo sus manos en grandes ademanes, como si aquello pudiera hacerlo ganar la discusión o dar más seguridad a sus palabras.

Jeno negó: —No es una idea que venda que lo queremos decir.

—¿Qué es lo que piensas cuando piensas en Renjun?

La pregunta toma de sorpresa a Jeno. La relación entre los dos miembros de la línea '00 era un secreto a voces, uno del cual nadie hablaba pero todos sabían. El tono que utiliza Haechan es serio, pero curioso y cálido, como si realmente quisiera intentar comprenderlos. Siendo Jeno el único de los tres que está en una relación a Haechan le raro que no pueda ser él quien, como enamorado, no pueda ser quien de las metáforas más cursis, pero claro, no todos eran tan cursis como él cuando estaban de pareja.

—Cuando finalmente aceptamos nuestros sentimientos pude sentir que todo estaba bien, como si todas las dudas que tuve hubieran desaparecido— Jeno sonríe y juega con el lápiz que tiene en sus manos—. Sentí como si ese dolor que sentía cada vez que le sentía lejos desapareciera, al punto que si tengo que tenerlo a miles de kilómetros de distancia me daría lo mismo, porque nos queremos y ya no hay lugar para desconfiar del otro.

>>Es raro, porque de todas las veces que creía enamorarme nunca llegué a sentirme así. No es como si alguna vez haya sentido que este mundo no fuera para mí, pero con Renjunnie a mi lado todo parece más brillante, más hermoso, más claro. Él me hace desear amarle tanto como pueda, incluso cuando sepa que puede llegar a herirme como el resto de mis parejas. Cada vez que lo veo y me sonríe, y sus ojos se hacen pequeños y se arrugan en los lados, algo en mi pecho me dice que envíe todo al demonio y que sólo nos deje ser, porque nunca volveré a sentir algo tan hermoso como cuando él me dice que me ama—Jeno hace una pausa y su rostro está completamente sonrojado, pero en ningún momento puede quitar aquella sonrisa de su rostro—. Puedo hablar de amor, porque Renjunnie me hace sentir la confianza para poner mis sentimientos en palabras, no tengo miedo de decirlo, porque ya se ha hecho realidad.

Haechan toma una de sus manos y le da un pequeño apretón, Jeno levanta su mirada de sus dedos y le sonríe a Haechan, mostrándole sus ojos de sonrisa. Jaemin los observa a ambos con una gesto sereno en el rostro.

—Como una pieza perdida de un rompecabezas— susurra Jaemin—. Esa última pieza que nadie nota, pero cuando está allí hace que todo tenga sentido y todo sean aún más bonito.

Tanto Haechan como Jeno parecen escucharle, porque le miran un momento antes volver a mirarse entre sí. Ambos sonríen.

—Exacto— concuerda Jeno—. Puedo vivir sin él, lo sé ¿pero porqué hacerlo si tengo la opción de conocer el mundo a su lado?


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