«Donatella, eres mi mundo»

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Un año atrás:

Aquella mañana lo primero que hice fue revisar mis correos electrónicos, tenía que apresurar en los tribunales unos casos antes del fin de semana. Pero había uno de alguien que no conocía dirigido a D.C.S., siempre use mi segundo nombre en mis actividades cotidianas; pero para mi trabajo y toda actividad legal era Daniel Cesar S., pensé que mi dirección electrónica era muy similar, así que lógicamente se equivocaron de persona. Tecleé el nombre Donatella C.S. y le escribí este mensaje: «Buenos días Donatella, este e–mail me llegó a mi en vez de a ti. Vivo en Santa Cruz – Bolivia». Y estampé esta firma: «Daniel C.S., abogado instituciónalista, más conocido por mi segundo nombre Cesar. P.D. ¿Como está el clima en Buenos Aires?». Porque vi que estabas en Argentina. Al instante ella me contestó: «Buenos días Cesar, gracias por reenviarme el mensaje. El clima aquí es cálido y es la mejor época para visitar Buenos Aires. Gracias Donatella».

Así empezó un ir y venir de mensajes. Personalmente te imaginaba una mujer madura, tal vez de sesenta años, rechoncha y que pierde el pelo, quizás abogada como yo o empresaria. Entonces moví el cursor sobre tu nombre y apareció una foto. ¡Es hermosa! pensé y aunque no había manera de agrandar la imagen,se me quedó grabado a fuego en la mente, rubia como el sol, ojos negros y grandes, rostro angular y de una exquisita piel blanca, mas esos labios rojos y carnosos; además llevabas puesta una gafa de marco negro que te daba un aire intelectual, misterioso,seductor y ambicioso, ese instante te convertiste en mi mundo.

Desde ese momento toda nuestras conversaciones fueron muy espontáneas. Yo fui sincero contigo y te conté quien era, mi trabajo, la cosas buenas y las cosas malas. Fui un libro abierto para vos, como a los tres meses prácticamente nos amanecíamos en la computadora. Mucho después me dijiste que llegué a tu vida en un momento crucial, ya que estabas recuperándote del rompimiento con tu ex novio brasileño, pero lo pensaste mejor y te sentiste lista para afrontar lo que venga, además me aclaraste que no pensaste en mi en un sentido romántico sino hasta los tres meses. En cambio yo, mi amor, mi adorada Donatella pensé en ti románticamente desde que vi tu foto.

Entonces te envíe unas flores con una tarjeta que decía: «Donatella, gracias por existir, gracias por lo que haces y gracias por esta hermosa amistad. Cesar».

Después te pedí que vinieras a Bolivia y contestaste que si venías.

¡Jamás creí que fueras a aceptar!

Amor en tiempo de zombies (español) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora