MI HABITACIÓN

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Después de pasear con Can por el sendero para relajarnos, fuimos a mi casa para descansar. Nos duchamos, nos pusimos el pijama, pedimos unas pizzas y nos encerramos en mi habitación para ver unas pelis.

-No crees que ya hemos comido suficiente? _dijo Can entre risas_

-Por que dices eso? Por unos trocitos de pizza, cola, chuches, palomitas y helado? _le dije mientras me sentaba encima de él con la tarrina de helado en mi mano_

-Que pretendes? _ya vuelve aparecer esa sonrisa de medio lado que tan loca me vuelve_

-Por que crees que pretendo algo?

-Por tu carita _puso sus manos en mi cintura_ por tu mirada _me decía mientras recorría con pequeños besos mi cuello_

-Recuerdas... Un vez se me cayó un poco de helado justo aquí _deslize un poco de helado en su abdomen por dejado se su ombligo_

-Eres muy cruel...

-Así? Ahora soy cruel? Pensaba quitarte el helado, pero como soy cruel... _ hago el intento de quitarme de encima de el_

-Donde crees que vas?

No pensó mucho, me quito la camiseta del pijama, cogió un poco de helado con sus dedos y lo untó sobre mis pezones que por el frío se pusieron duros casi al instante. Esto dio paso a su lengua sobre ellos, los chupaba con ansias con desesperación, al mismo tiempo decía que era la una de las mejores maneras de comer helado. Llegó mi turno. Lo levanté del suelo donde nos habíamos acomodado para ver las pelis con cojines y mantas y le hice creer que lo iba a llevar a cama.
Cuando estábamos de pie puse mis manos en su cuello y el en mis caderas, fui bajando dando besos por sus pectorales siguiendo por su abdomen, hasta que estaba tan baja que me arrodille delante de él, con mi mirada puesta en sus ojos me fui desprendiendo de su pantalón junto a su boxer liberando su creciente erección.

-No seas cruel por favor...

Sus ojos brillaban de deseo, y sus manos acariciaban mi pelo suelto. Lleve su miembro a mi boca, Can soltó un gruñido y con sus manos dirigía la intensidad con la que metía su masculinidad en mi boca. Deslizaba mi lengua, chupaba y besaba su miembro hasta que llegó al clímax. Me levantó del suelo, y fue él quien empezó a besar mi cuello, bajando por mis pechos hasta que fue él quien estaba de rodillas ante mi e hizo el mismo proceso que yo de quitarme el pantalón de mi pijama junto a mi tanga. Levantó una de mis piernas para que la apoyará en la cama, siguió jugando con sus dedos en mi.

-No seas cruel por favor...

-Solo un poco, igual que tú...

Sumergió su lengua en mi, como me gusta que haga eso, mientras chupaba mi centro metió un par de dedos dentro de mi, yo solo podía gemir, mis piernas temblaban por todo el placer que estaba recibiendo incluso Can lo notó, me tumbó sobre la cama y siguió con su tarea, mi respiración se agitaba, mi desespero iba a más, era tanto el placer que sentía que tenía el impulso de cerrar mis piernas o intentar separar la boca de Can de mi, pero era inútil, pese a mis intentos todavía me pegaba más a él, llegue al máximo placer en su boca como él había llegado minutos antes en la mía. Se separó de mí ara poder ponerse encima de muy cuando notó nuestro sexos juntos me penetro fuerte, nunca lo había sentido así, era como si nunca hubiéramos tenido sexo, como si fuera la primera vez, estábamos despertados por sentir la piel y el cuerpo de otro, notaba el calor de su aliento mientras gemía en mi cuello y yo hacía lo mismo con el, hasta que después de un largo y placentero sexo llegamos a corremos juntos.

Amanecimos como casi todas las mañana abrazados y desnudos.

-Buenos dias.

-Buenos días mi vida.

DÉJAME SABER QUIEN ERESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora