Después de un ajetreado día moviendo cajas de un lado a otro, acomodando sus cosas e instalándose, Dong Sicheng, estaba agotado. Sus brazos y espalda dolían, la noche anterior había dormido apenas tres horas y los trámites para regresar a su antigua escuela estaban en proceso por lo que requerían de su atención.
Odiaba mudarse, todo lo que implicaba era exhaustivo y aburrido, largos viajes en avión que le causaban náuseas, cargar y empacar muchas pertenencias temiendo olvidar algo y sobre todo la persistente e incómoda sensación de abandonar la estabilidad construida con un sitio y eso no solo le pasó ahora, sino también la primera vez que se mudó de China a Corea. Ya se había instalado y había hecho excelentes amigos, los mejores de su vida y, de repente, de regreso a China.
Pero el drástico cambio solo por esta vez valía la pena, cuando volvía a Corea. Habían pasado dos años desde que a su padre lo habían transferido de regreso a su natal China para trabajar y a su familia no le quedó más opción que mudarse.
Se despidió de todos y cada uno de sus amigos, estuvo deprimido una temporada porque en serio los extrañaba; de vez en cuando hablaban por mensajes o videollamada pero no era lo mismo. Hacer tareas juntos en el departamento y desvelarse por distraerse tanto, salir a comer todas las tardes o ir a clubes los fines de semana, toda la experiencia universitaria era única y especial por estar con ellos.
No se quejaba de sus amigos de China, es solo que no era igual. De todas formas su opinión no contaba mucho, sus padres insistían en mantener unida a su familia a donde quiera que fueran, lo que le parecía un poco inconveniente siendo que él ya podía cuidarse solo, ser independiente y hasta trabajar si sus padres no podían mantenerlo a distancia pero siempre lo llevaban con él.
En fin, pensó que jamás regresaría con sus viejos y queridos amigos, con los que había pasado tanto tiempo, sobre todo porque se sentía impotente acerca de su futuro y sus decisiones, pues siempre dependía de sus padres. Cuando fuera mayor (como si tener 23 años no fuera lo suficientemente mayor) pensaría en hablar con ellos y por primera vez, decidir sobre su vida.
Estaba exhausto y tenía ganas de algo dulce pero refrescante, no era de comer snacks pero cuando el cuerpo lo pedía tenía que hacerlo, así que se dirigió a la tienda de conveniencia más cercana, la cual quedaba a poca distancia de su departamento. Mientras caminaba, pensaba en cómo debería decirles a sus amigos que había regresado, el periodo vacacional apenas comenzaba en las escuelas de Corea y sería perfecto para divertirse con ellos.
Así que en los últimos dos días no había contestado mensajes de nadie, esperaba que no estuvieran molestos y además quería que fuera una gran sorpresa.
Pero la sorpresa se la llevó él cuando, distraído, caminaba a la tienda y una linda perrita de raza beagle, se abalanzaba sobre él mientras le lamía las manos y la cara. La cachorra estaba realmente emocionada como si no lo hubiera visto en mucho tiempo; extrañado se levantó tomándola en sus brazos al tiempo que escuchaba a alguien gritando un nombre.
-¡Bella! ¡Bella no! Déjalo-
Un chico peliazul, usando una simple camisa negra con dos botones abiertos, un pantalón de mezclilla ajustado y un curioso collar, se acercaba corriendo. Hasta que estuvo lo suficientemente cerca, pudo notar los lentes sin armazón que llevaba y también se dio cuenta de que le resultaba vagamente familiar.
En ese momento algo hizo click en su cabeza, el nombre de la perrita, lo recordaba pero de hace mucho tiempo. Cuando era compañero de cuarto con algunos de sus amigos, adoptaron a una perrita, entre otras mascotas, y la llamaron Bella.
-Lo siento, es que todavía no está entrenada, aunque creeme que hemos tratado-
El chico le ofreció una mano para ayudarlo a levantarse mientras tomaba en sus brazos a Bella y WinWin lo reconoció.

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When I Come Around (NCT OT23)
FanfictionAl ver por la ventana, puedes imaginar lo que quieras sobre la vida de quién observas, sobre todo en una ciudad grande como Seoul. Nueve historias conectadas a través de una ventana en donde los chicos vivirán aventuras peculiares.