IV

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Dylan

Los ojos me ardían debido al brillo del monitor, eran las 2 de la mañana y seguía trabajando, era lo que mejor sabía hacer.

El sueño me había abandonado desde hace 8 meses atrás, y lo único que podía hacer era concentrarme en el trabajo. Después del desfalco que sufrió la constructora debido a las amenazas de Ethan Coux hace unos meses, decidí separarme de la misma en cuanto Ethan Coux regresó el dinero.

Solo lo había hecho por joder.

Y lo había hecho perfectamente, jodió todo.

Incluyendo mi vida

Decidí empezar de cero con mi vida, en todos lados. Me mudé, inicié mi propia constructora y trataba en dejar de pensar en ella. La mujer que causaba un nudo en mi garganta cada vez que pensaba en ella.

Inhale el cigarrillo que tenía en mi mano izquierda, observe mi mano temblar mientras descendía para colocar la ceniza en el cenicero que se encontraba sobre la mesa. La única iluminación en toda la casa era la del monitor, todo estaba sumido en oscuridad, así como yo.

Un golpe en la puerta me hizo suspirar, creí que ya había dejado de escuchar esos golpes imaginarios, que me hacían correr a la puerta, esperando a encontrar a la diminuta mujer del otro lado.

Nunca pasaba eso

El golpe volvió a resonar y dirigí la mirada con el ceño fruncido. ¿Quién tocaría a esta hora?

Decidí que lo mejor era ignorar, pero volvieron a tocar y ahora de una forma incesante. Suspire pesadamente molesto, apague el cigarro sobre el cenicero y me levante a abrir.

Si era algún tipo de broma, lo mejor era que no supiera quien fue, porque voy a joderlo a puños.

Me asomó por la mirilla y no puedo ver nada, al parecer al gracioso del otro lado de la puerta no quería que viera quien era.

Que se joda, entonces.

Me di la vuelta dispuesto a irme, pero el golpe en la puerta me detuvo, Inhale profundamente y regresé a abrir.

No imaginé encontrarme a esta persona del otro lado de la puerta.

—Dylan— Soltó en tono divertido— ¿Puedo pasar?

El hombre de pie frente a mí traía consigo una maleta y una caja en las manos. No lo quería aquí, su presencia me hacía recordar cosas que quería olvidar.

—NO— Solté molesto, me dirigió una mirada con el ceño fruncido— ¿Qué haces aquí?

—Vine a traerte algunas cosas— Sacude la caja entre sus manos— Bueno, a Emma

Le dirijo una mirada seria, él sin embargo nunca desvía la suya, una sonrisa adorna su rostro y yo pongo los ojos en blanco. Me aparto de la puerta dejándolo pasar, y el me da una sonrisa triunfante

—¿Por qué vienes a esta hora?— Coloca su maleta a un lado del sofá y arruga la nariz

—Apesta este lugar— Enciende la lámpara del mesón observándome— ¿Te volviste un vampiro? O porque carajos no hay luz

Se pone a buscar interruptores hasta que enciende las luces necesarias, abre la ventana logrando que el aire del exterior inunde la habitación.

—Te hice una pregunta, Darrell

—Mi vuelo se atrasó y terminé llegando a esta hora— Se encoge de hombros— Te llamé, pero que sorpresa me di cuando me di cuenta que ese número ya no existía

—Lo cambie— Bufa poniendo los ojos en blanco

—Pudiste avisarme ¿Qué no éramos amigos?

—Nunca fuimos amigos— Suelta un jadeo de exclamación y frunce el ceño— ¿Por qué traes las cosas de Emma?

Emma || Placeres Prohibidos #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora