Enamorado del chico malo ~ kookv

Capítulo 9

Jungkook estaba atrapado entre la ira y el deseo, en el oleaje de emociones contradictorias que lo azotaban desde que Wonwoo le había dado su regalo de cumpleaños. Y, por encima de aquellas emociones, destacaba una: la culpabilidad.

Había llevado una vida de nómada desde que salió de prisión. Se acostaba con personas que luego seguían su camino y entablaba amistades que duraban poco. Pero le gustaba, y no buscaba otra cosa. Hasta que su hermano le dio aquel paquete envuelto en papel brillante y despertó la antigua necesidad de sentirse parte de algo.

En ese momento, se dio cuenta de que Wonwoo, Mingyu, Soyeon y, sobre todo, Taehyung lo habían aceptado en sus vidas y en sus corazones. Y también se dio cuenta de que lo deseaba. Pero estaba convencido de que no lo merecía. Jungkook no se creía una buena persona. Se creía un manipulador, un hombre que usaba a la gente y que después seguía adelante porque solo se quería a sí mismo.

En su desesperación, había regresado al apartamento y se había puesto a pintar como un loco. Pero aquellas emociones no dejaron de torturarlo. Y cuando Taehyung apareció en la puerta, pensó que debía huir a toda prisa antes de quitarle algo que no le podría devolver. Era un hombre precioso, apasionado, impulsivo y sincero. Era todas las cosas que él no era.

-¿Cómo es posible que nunca te hicieran un regalo de cumpleaños? -preguntó el otro con suavidad.

Él volvió a mirar por la ventana. No se sentía capaz de mirarlo a los ojos y mentir.

-Yo hago lo que quiero y cuando quiero -dijo-. No tengo familia. No la necesito. No quiero establecer lazos con nadie. Me gusta mi vida así.

Taehyung notó la rabia y la desesperación en sus palabras y pensó que había acertado con sus suposiciones. Se sentía solo y tenía miedo. Ahora entendía su reacción. El regalo de Wonwoo contenía cosas que Jungkook no entendía: amor, confianza y afecto. Cosas que no había tenido nunca; cosas que ansiaba, aunque fingiera estar por encima de ellas. Pero Taehyung estaba lleno de amor, y más que dispuesto a dárselo. Poco a poco, sin darse cuenta, se había enamorado de él. Y ahora entendía el motivo. Jeon Jungkook era el hombre que había estado esperando. Era todo lo que quería. Tan atractivo, tan vulnerable, tan confundido. Solo tenía que dar el primer paso. El resto se solucionaría con el tiempo.

-Todo el mundo necesita una familia, Jungkook.

El nombrado clavó la vista en él.

-Maldita sea... ¿Es que no lo entiendes? Te he utilizado. Vi algo que quería e hice lo posible por tenerlo. Ya has oído lo que he dicho antes, cuando te he tumbado en el suelo y te he besado. Lo había planeado. Me he ganado tu confianza y tu amistad sin más intención que acostarme contigo.

Tae soltó una carcajada.

-Pues si ese era el plan lo estás estropeando un poco.

Él se quedó boquiabierto.

-¿Cómo?

Taehyung dio un paso adelante y le puso las manos en el cuello. Los duros y tensos músculos del pecho de Jungkook temblaron ligeramente contra su propio pecho.

Por primera vez, él tenía el poder.

-Gracias, Jungkook -dijo con un ronroneo de gato-. Te agradezco que hayas hecho todo el trabajo hasta ahora. Ha sido un detalle.

Le acarició la nuca y él se estremeció.

-Pero, a partir de este momento -siguió hablando-, yo llevaré las riendas.

Jungkook lo tomó entre sus brazos y se apretó contra él.

-Estás jugando con dinamita, pelirrojo. No soy un santo. Si sigues por ese camino, tendrás que afrontar las consecuencias.