–¿Tae?
–Estoy aquí, Min.
Taehyung asomó la cabeza por la puerta de la cocina.
–¿Te podrías ocupar de Yeon? Estoy cansado...
Taehyung se preocupó al ver la cara de su hermano y lo llevó al sofá del salón.
–Siéntate, por favor... ¿Dónde está Yeon? Pensé que estaba con Wonwoo.
–Woo está trabajando. Ha surgido un problema en la delegación de Nueva York –respondió–. Yeon lleva toda la mañana con Jungkook.
–Pero si ya estuvo ayer con él...
–Ayer y el día anterior. Lo ha estado ayudando a arreglar el coche. Tendrías que haberla visto anoche... volvió a casa llena de grasa –declaró, sonriendo–. Sinceramente, pensé que Jungkook se cansaría de ella, pero creo que se ha alegrado cuando la ha visto otra vez esta mañana. De todas formas, será mejor que vayas a rescatarlo. Además, la comida de Yeon ya está preparada.
Taehyung se sintió entre la espada y la pared. Durante la semana anterior, había hecho todo lo posible por mantener las distancias con Jungkook; en gran medida porque, a la humillación de aquel beso, se sumaban ahora los besos que lo asaltaban todas las noches. Pero no se podía negar. La petición de Mingyu era tan sencilla como razonable.
–Está bien, iré dentro de un momento.
–¿Por qué no le preguntas si quiere cenar con nosotros esta noche? Últimamente rechaza mis invitaciones; vamos a hacer una barbacoa, y es posible que se sienta tentado por la carne –dijo.
Tae maldijo su suerte. Le disgustaba la idea de tener que cenar con él.
–Se lo preguntaré.
Al cabo de un par de minutos, salió de la casa y se dirigió al apartamento del garaje. Estaba intentando encontrar alguna excusa para no invitarlo a cenar cuando oyó la risa de Soyeon y una carcajada de lo más masculina.
Jungkook y la niña se habían metido debajo del coche averiado. De él, se veían sus largas y fuertes piernas; de ella, solo unas zapatillas de color rosa.
–Agárrame esto, Yeon.
Un segundo después, se oyó un sonido metálico.
–Lo siento, tío Kook... ¿Lo he roto?
–No –contestó con humor–. Pero ten cuidado y recuerda lo que te he dicho...
–Ah, sí... Que trate al coche con respeto para que el coche me trate con respeto a mí.
–Exactamente. ¿Quieres terminar tú?
–¿Puedo?
–Por supuesto que sí –declaró con su voz grave.
La niña hizo algo debajo del vehículo y él añadió:
–Muy bien. Si sigues así, serás una gran profesional de la mecánica. Pero, ¿por qué no sales ya? Yo te seguiré.
Soyeon salió de debajo del coche y, al ver a Taehyun, corrió hacia este.
–¡Tío Tae, tío Tae! ¡Acabo de arreglar el coche! Tío Kook me ha enseñado y ha dejado que lo haga yo.
–Eso es maravilloso –dijo Taehyung, intentando mostrar entusiasmo–. Pero estás muy sucia. Será mejor que te laves antes de comer.
–¿Tengo que ir? El tío Kook ha dicho que puedo quedarme en su casa y comer sándwiches.
Jungkook se levantó entonces del suelo.
–Hola, pelirrojo.
Taehyung se ruborizó.
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Enamorado del chico malo ~ kookv
عاطفيةSe había encaprichado de él. El oscuro, inquietante e increíblemente atractivo Jeon Jungkook podía estar con la persona que quisiera, pero no se comprometía con ninguna. En cuanto lo vio, Kim Taehyung supo que debía mantener las distancias con él. P...