¡MÍA!

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Llegaron por la tarde al pequeño pueblo, las personas parecían ocultarse al verlos llegar, los conocían y perfectamente eran identificados, causantes de destrucción y agonías, así eran ellos, los ahora ex miembros de Akatsuki, —Escuchame Hyuga, ir...

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Llegaron por la tarde al pequeño pueblo, las personas parecían ocultarse al verlos llegar, los conocían y perfectamente eran identificados, causantes de destrucción y agonías, así eran ellos, los ahora ex miembros de Akatsuki, —Escuchame Hyuga, iras a esa posada y pedirás una
habitación— le ordenó el Uchiha luego de comprarle algunas prendas de vestir.

—Y ustedes donde van a...— la ojiperla no quería entrar sola.

—No te interesa donde nos quedaremos nosotros, solo obedece— Itachi se dio la media vuelta y la dejó sola, —¿Ustedes que esperan?, déjela sola—  Los tres hombres siguieron al Uchiha, volteaban de vez en cuando para mirar a la ojiperla que parecía confundida.

Hidan corrió y camino junto a Itachi, —¿La piensas abandonar aquí, sola?— El pelinegro sólo guardo silencio, —Si no quieres cuidarla yo puedo hacerlo Itachi— Uchiha se detuvo y miro frío a su compañero.

—No la pienso abandonar, es solo que nosotros podemos dormir en cualquier lugar pero ella no y no vamos a gastar dinero para quedarnos cómodamente en una posada, no es nuestro
estilo— Siguieron caminando, hasta llegar a unos campos cercanos.

Mientras tanto Hinata se encontraba en la recepción, —Buenas tardes, quisiera una habitación, por favor— la recepcionista después de pedirle algunos datos le entregó una llave,
—Gracias— La ojiperla llamaba la atención de las personas con las que se encontraba mientras avanzaba  podía sentir las miradas y esque sus ojos no pasaban nunca desapercibidos.

—Buenas noches señorita— Dijo un hombre alto con cabello castaño, bien parecido y se miraba amable, —¿Esta sola?—  Ella negó con la cabeza y siguió su camino, pero el hombre parecía seguirla, —¡Espere!— La tomó repentinamente por el brazo y está se soltó bruscamente.

—No me toque— Apresuró su paso y cuando abrió la puerta, el hombre la tomó por la cintura y se encerró con ella, —Suelteme, salga de aquí— El rápidamente la sostuvo por las muñecas, impidiendo que usará sus manos con algún ataque ya que al ver sus ojos obviamente se dio cuenta que se trataba de una Hyuga.

—Siempre he pensado que las mujeres de tu clan son exóticas y sensuales, te voy hacer mía y luego robare tus ojos, estoy segura que los venderé a un muy buen precio— La tumbo en la cama y abrió la capa que llevaba puesta, luego metió la mano  por debajo de la bata de hospital, mientras con la otra sostenía sus muñecas sujetadas por arriba de su cabeza  —Estas muy bien formada mi amor—

—¡Suelteme, déjeme!— Hinata gritaba pero nadie parecía escuchar, —Porfavor— cerró los ojos y en un segundo ese hombre quedó inmóvil sobre ella, un kunai clavado en su cuello es lo que pudo notar y al girar la cabeza a la ventana se encontró con Itachi observándola, —¡Me salvaste!— Hinata  se quito de encima el cuerpo inmóvil y corrió hacia el Uchiha mientras lloraba, lo abrazó por el cuello,
—Uchiha-San—

—Solo vine a ver como estabas, ahora debo irme— Cuando iba a salir Hinata lo tomó por el brazo para impedirlo, —¿Que quieres?—

—Quedese conmigo, yo tengo miedo o lleveme con usted— El se giro a verla e instintivamente la envolvió en un abrazo, —Uchiha-San, ¿que hace?—

—¿Hyuga tu... me... me necesitas?— Preguntó sin dejar de apretarla contra su pecho, —Responde—

—Yo te necesito Itachi— Contestó con media sonrisa la ojiperla, —Me siento protegida cuando estas a mi lado—

El hombre abrió un portal y envío el cuerpo del que I tentó dañarla a otra dimensión, —Vámonos de aquí Hyuga— ella asintió, pero antes tomó un baño rápido y se vistió con un vestido negro a la rodilla y manga larga.

—Estoy lista, vamonos—

—Espera Hyuga— La detuvo tomándola por una mano y se acercó a ella, —¿Que hay con Kakashi?—

Hinata colocó sus manos sobre su pecho —Pues el dijo que vendría por mí, me lo prometió—

—¿Te irás con el?—

—¿Hay alguna razón para no hacerlo Itachi?— Ella clavo su mirada en la de  él, —¿Quieres que me quede?—

La tomó por la cintura y la pego nuevamente a él, logrando quedar tan solo a unos milímetros de su rostro, —Yo necesito que te vayas con el, porque si no lo haces jamás te dejaré ir, me estás enloqueciendo Hyuga—

—Itachi, si tu me lo pides, yo...—

—Cuándo ese momento llegue, vete lejos Hyuga, yo no merezco sentir esto por nadie, mi vida está maldita y no...— Hinata no le dejo terminar cuando junto sus labios a los suyos, siendo correspondida de inmediato, Itachi sentía que no podía detenerse así que caminó con ella hasta la cama y se acomodó sobre su delgada figura, —Esto  no está bien—

—Lo sé, pero...— Ahora fue el quien la interrumpió a besarla de nuevo, pero esta vez con más intensidad, ella dejó escapar algunos gemidos mientras este recorría con su lengüa toda su boca, ella se aferraba a su espalda mientras esté recorría su cintura con las manos.

—Si no te detienes ahora, no voy a poder hacerlo despues— después de volver a besarse este le saco el vestido y el sostén para comenzar a jugar con sus  dos grandes atributos, ambos ya se encontraban fuera de sí, no había marcha atrás, —Hinata— El dijo su nombre pudiendo algún tipo de aprobación y la ojiperla asintió, después de quitar su ropa se preparo para acomodarse entre sus piernas y sin dejar de verla a los ojos el entró en ella, Hinata hizo una mueca por el dolor pero no lo hizo detenerse, pudo percatarse como un hilo de sangre comenzaba a emanar, —Soy el primero— Ella asintió sonrojada, —Y seré el único— luego de decirlo comenzó a moverse dentro de ella, empezó lento para después comenzar con un ritmo más rápido que hacían más fuerte cada embestida, ella se aferraba a su espalda mientras el dejaba marcas en sus pechos, los gemidos hicieron presa a la habitación, el se giro logrando que ella quedara sobre el y tomándola por las caderas la hizo moverse sobre su miembro, minutos después el se vacío por completo dentro de ella, cayó agotada sobre su torso y el no dejó de abrazarla, —Ahora eres mía— El la apretaba contra su pecho y aspiraba el olor de su cabello, —No te voy a dejar ir nunca y te voy a proteger—

Mientras en la cabeza de Hinata había un mar de confusión, se entregó a un hombre al cual no ama, ¿Ahora que iba a pasar?, —Itachi, esto no está bien, no te puedo mentir, yo no te amo— Al menos eso creía en ese momento.

El la soltó de entre sus brazos y se sentó sobre la cama, —Ya lo se, pero eso no quita el hecho de que ya eres mía y que no soy alguien con quien solo puedas divertirte así que no voy a dejar que Kakashi o Sasuke pongan sus manos sobre ti, tu cuerpo ahora me pertenece— El se levantó y comenzó a vestirse,
—Te voy a tomar las veces que quiera, desde ahora eres mi mujer—

Hinata estaba confundida, ahora se daba cuenta de lo que decían de los Uchiha, que eran muy posesivos, —Yo volveré a Konoha— Hinata sintió temor al escucharlo hablar como su dueño, —No soy tuya, no soy de nadie—

—Vístete, iremos con los demas— Dijo con una burlona sonrisa, al llegar los tres hombre estaban al rededor de una fogata.

—Por fin llegas y trajiste a la princesa— Dijo Hidan que miraba de una manera lasiva a la ojiperla que seguía algo despeinada,—Te ves diferente Hinata— Ella tomó lugar a lado de deidara quien le ofreció malvaviscos.

—Escuchen, si ven que Kakashi viene alguna vez por ella, lo vamos a matar, no importa lo que pase después, pero Hinata no se irá con el— La ojiperla solo dejaba caer lágrimas que empapaban su rostro y deidara la abrazaba, —Deja de llorar Hyuga, yo te lo advertí, te dije que no ibas a poder detenerme— Caminó hasta ella y la levantó por los brazos y subieron a un árbol, el la acomodó entre sus brazos mientras se recostó sobre una rama.

—Este maldito ya lo hizo— Dijo Hidan molesto,
—Por eso tardó tanto en volver—

—Itachi enloqueció, la pobre niña está aterrada— Deidara también estaba molesto pero por diferente razón que Hidan.

Kisame solo negó con la cabeza, —Itachi, te acabas de meter en el peor problema de toda tu miserable vida— Dijo en voz baja.



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