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ʜᴏᴡ ᴅᴇᴇᴘ ɪꜱ ʏᴏᴜʀ ʟᴏᴠᴇ.

Narra Hades.

Débora se quedó dormida en el asiento del copiloto.

Ya no tendría distracciones, al menos por un rato.

Mí celular comenzó a vibrar en mí bolsillo, lo tomé rápidamente al saber de quién se trataba.

-Hola, padre.

-¿Cómo te encuentras, Treeveus?

-Funciona, todo está en marcha, tal y como pidieron.

-Me alegra escuchar esas palabras, espero que no haya ningún inconveniente.

-No lo hay, todo está fríamente calculado.

-¿Ya sabes lo que pasa si cometes un error, cierto?

Me removí en el asiento, podía sentir mí cuerpo quemarse desde adentro, ése olor, esas agujas.

No.

No podía cometer un error.

-Así es, padre.

-Buen chico -y colgó.

Me recosté del volante del auto, eran muchas emociones. Ira, tristeza, frustración. Y no podía hacer nada.

Tenía que hacer lo que me habían pedido al pie de la letra, sin espacio para equivocaciones.

Puse el proyecto en marcha.

Seguí manejando, ésta vez en círculos, esperando que en la pantalla de mí celular aparecieran las coordenadas que necesitaba.

Una vez aparecieron, miré a Débora. Me sentí algo mal, pero era cuestión de supervivencia.

Intenté dirigir toda mí atención a la canción que estaba sonando en la radio, la música siempre ayudaba a disipar mis pensamientos.

Respiré hondo y puse las coordenadas en el GPS, nos dirigí a nuestro destino.

Ya no había vuelta atrás.

. . .

-Winden, despierta.

Le muevo un poco el hombro para despertarla.

Abre los ojos aún soñolienta, echa hacia atrás su largo cabello castaño e intenta desenredarlo un poco con sus dedos. Da un bostezo que acto seguido, se me pega a mí.

-¿Hemos llegado?

-Así es, andando.

Me bajé del auto y le abrí la puerta del copiloto, luego miramos a nuestro alrededor.

Eran alrededor de las ocho de la noche, el cielo estaba repleto de estrellas y estaba haciendo mucho frío.

Nos encontrábamos en un club nocturno, ya había escuchado hablar de él, gracias a Julian. Quedaba casi a las afueras de la ciudad, nos hemos tardado varias horas en llegar.

El club Disturbia habría sus puertas para un concierto de una de las bandas locales esta noche, con suerte tenía dinero para comprar los boletos.

Nos apróximamos a la cabina para comprar nuestros boletos, no había tanta fila como pensé.

-¿Tienes dinero?

-Siempre estoy preparado.

Débora pasó sus palmas por sus brazos en un intento por calentarlos un poco.

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⏰ Última actualización: Jan 15, 2022 ⏰

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