Señales I

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Irene

La noche empieza y estoy frente al espejo de mi habitación, me veo una y otra vez analizando mi figura y mi vestimenta; opté por una blusa sin mangas, una chaqueta de piel, unos jeans y una botas negras. 

Estoy feliz no lo puedo negar, me emociona salir con Rizha y divertirme, pero sobre todo voy decidida a aclarar mis sentimientos y a averiguar los de Rizha.

Estoy llegando al bar y hay demasiada gente, me abruma un poco el hecho de imaginar que algunos reflectores se pudiesen posar sobre mi. El tema con la prensa es algo que después os platicaré.

Veo a Rizha que levanta la mano para que la ubique entre la multitud y me hace una seña para que me acerque a ella, está acompañada de su amigo Chesko y de otra chica que no conozco.

—Hola -Saludo con dos besos a Rizha
—Hola guapa, me alegra que decidieras venir -dice Rizha con una enorme sonrisaEl es Chesko, bueno creo que ya lo conocéis.
—Si claro, qué tal?
—Hola Irene que privilegió tenerte entre nosotros
—Ya, a veces me gusta convivir con los mortales -digo a modo de broma y solo Rizha suelta una carcajada pero al parecer ni a Chesko ni a la otra chica que les acompaña les causó gracia
Che, ella es Laura amiga de Chesko y ahora también amiga mía -Me presenta Rizha a Laura y la saludo de igual forma con dos besos en la mejilla

Nos adentramos al bar y nos reciben con chupitos de jagger, vaya! Empezamos intensos. No puedo evitar dejar de mirar a Rizha se ve tan bien, trae un vestido negro que define su figura, una chaqueta de mezclilla y una botas, sin ponernos de acuerdo  hemos combinado un poco.

Estas bien? -pregunta
—Si
Creo que ha notado mi intensa mirada porque se empiezan a dibujar coloretes en sus mejillas, estará nerviosa como yo? O será que solo tiene calor?

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Llevamos ya un par de horas en el bar en el que han pasado varias cositas de las cuales destacó que he conocido a la dueña del bar una mujer muy sencilla y simpática llamada Noemí Galera, la cual se ha portado súper amable con nosotrxs y ha hablado con Rizha sobre una posible presentación en el bar e inevitablemente me he emocionado al escuchar eso, sentimiento que me duró bastante poco al ver a la tal
Laura abrazar a Rizha muy efusivamente. Se Han pasado la noche entre risas, miradas y toqueteos de mano "sin intención" o al menos es lo que dice Laura cada que toca la mano de Rizha.

Me empiezo a sentir algo incómoda porque aunque no estoy excluida puesto que Rizha no deja de hacerme platica, siento esa incomodidad  al ver a Laura pegada como lapa a Rizha.

Creo que es momento de actuar, así que me arriesgo e invito a Rizha a bailar. Al principio no quiere ceder porque según ella tiene dos pies izquierdo pero al final acepta y nos encaminamos al centro de la pista. Comenzamos bailando a dos metros de distancia la una de la otra  y me causa risa que Rizha solo mueve el pie derecho y la cabeza  —Lo estoy haciendo fatal ah qué si? -dice Rizha bastante apenadaQue va tía, te mueves como toda una profesional.

La verdad es que si se le da fatal. Y entonces empieza a sonar reggaetón de ese que hace que te pares a bailar involuntariamente, que quieras sacar tus mejores pasos, que te incita a pegarte a alguien y disfrutar a tope de un buen perreo. Sin pensarlo y motivada por la euforia que genera el ambiente, me acerco a Rizha y poso mis manos en su cintura y sorpresivamente Rizha responde girándose y dándome la espalda, esta tan cerca de mí que siento el meneo de sus caderas, percibo el aroma de su cabello y mi corazón comienza a acelerarse. Maldita Rizha! Me mintió la cabronaza, se mueve bastante bien.

No olvidarme de olvidarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora