Me acerque a ella poco a poco, el baño era pequeño y ubicado en un rincón del hospital, casi nadie sabía de su existencia y quizá por eso lo escogió.
Estaba sentada en el único retrete que había con tapa abajo, a lado de ella estaba una bolsa... de las que suele usar las mujeres, no se de esas cosas en realidad, el silencio del baño se rompió por ella.-Arrodíllate ante mi.
Obedecí sin decir nada, mi corazón latía muy rápido, me daban escalofríos y comenzaba a tener una erección. Entonces tomó su bolsa y saco un collar de perro, tan solo verlo sabía que iba a hacer con el.
-E...espera, que vas a hacer con...?
Me jalo del cabello y me miró a los ojos.
-Lo que vaya a hacer lo voy a hacer, tu solo obedecerás y solo tienes permitido dar respuestas positivas. ¿Entendido?
Me colocó el collar y solo sentía la fuerza con la que me apretaba el cuello y como me sonrojaba.-Ponte en cuatro perrito y camina.-Me susurra al oído con un tono sensual pero dominante.
Entonces ella se levanta y conforme voy camino dentro del baño ella me tiene agarrado de la correa como si me estuviera paseando como a un perro de verdad, mi rostro detonaba una expresión de disgusto y humillación pero por dentro me llenaba de placer. En medio de mis pensamientos me jala de la correa en señal de que me detenga y acto seguido deje de moverme, me señaló el cubículo donde estaba sentada y me encamine en mi posición de perro y solo me quedé frente al retrete.
-Esto tal vez te vaya a doler, pero te va a gustar mi estimado putito.
De su bolsa volvió a sacar algo, está vez era una mordaza y me la colocó apretando fuerte detrás de mi cabeza, y después saco algo que parecía ser un artefacto con forma de supositorio, pero era un plug.
-Bajate los pantalones y la ropa interior, solo descubrete el trasero.-me ordenó acompañado de una nalgada que me hizo quejarme un poco.
Mientras yo obedecía ella tenía el plug en una mano y su teléfono en otro, tenía que estuviese tomándome fotos y enviándoselas a algún compañero, no podía preguntar aunque quisiera, después de unos 5 minutos saco de nuevo algo de su bolsa, ahora era una botella, la abrió y derramo algo del contenido en el plug y se me acercó.
-Abrete ese culo que tienes.-
Con mi rostro sonrojado lo hice y solo sentía como poco a poco iba introduciendo el plug dentro de mí, quería gritar del dolor aunque con la mordaza solo se oían quejidos míos. Cuando terminó de introducir esa cosa dentro de mí me ordenó subirme el boxer y el pantalón, no podía pensar en otra cosa más en querer quitarme esa cosa del culo pero no debía hacerlo.
En cuanto me acomode la ropa se sentó de nuevo en el retrete como si fuese su silla y me posicione frente a ella sin soltarme de la correa.
-Cómo dije al inicio, esto te va a doler pero te gustará.-Acto seguido enfocó su teléfono hacia mi, pensé que me iba a tomar una foto, pero comenzó a mover algo en el teléfono y sentí como el plug que tenía en el ano comenzaba a vibrar, me empecé a tambalear de la sensación y baje la mirada al piso.
La sensación era horrible pero apenas comenzaba, poco a poco la intensidad de las vibraciones aumentaba y me estaban dando espasmos y mis quejidos eran más constantes y mi respiración se aceleraba más, entonces ella jalo de la correa con rudeza y sentía como me ahorcaba lo que me provocaba dolor en el pene de la excitación que tenía.-Mírame, quiero ver cómo te encanta la sensación que te da el plug en tu culo de putito, de sumiso, quiero ver tu debilidad, ese placer.
Mi mente me daba vueltas, mis ojos se ponían en blanco, sentía dolor pero ese dolor se sentía tan bien, ya no aguantaba estar en cuatro asi que solo solté un gran quejido y perdí la fuerza en brazos y piernas y dejé de sostenerme. Entonces ví con visión borrosa como se acercaba ella y me quitaba la mordaza y el collar.
-Ni se te ocurra quitarte el plug, solo yo te ordenaré cuando sacartelo... Entendiste... Pedazo de...-Es lo último que recuerdo, quedé en el piso del baño y perdí el conocimiento.
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El esclavo de mi compañera de trabajo.
No Ficción-No! Espera... nos van a ver... y está mal... Ella me dió un rodillazo en los testículos. -Cállate, te haré lo que quiera cuando quiera! Exclamó masturbándome con rudeza.