Prem odiaba la idea de las clases particulares. Siempre se había vanagloriado frente a sus compañeros de ser capaz de pasar las asignaturas con holgura sin esforzarse demasiado.
Se sentía de vuelta a la secundaria. De hecho, se preguntó porqué seguía viviendo en casa de sus padres. De acuerdo, en coche no tardaba más de veinte minutos a la Universidad, pero casi todos sus conocidos habían dado el paso de alquilar un condominio.
Bajó las escaleras. Para demostrar lo profundamente ofendido que estaba no había salido de su cuarto en toda la tarde. La verdad había esperado que alguien golpease la puerta preguntándole si estaba bien.
Había olvidado que su padre sólo haría eso si se excedía en los gastos de su tarjeta mensual.
-El señor Noppanut ha llegado -su madre se acercó a él – ha traído material propio y lo he instalado en la antigua aula de música.
-¿Y qué has hecho con el piano?
Prem recordó fugazmente que cuando tenía trece años y después de un viaje con sus padres a Corea había decidido que quería ser idol de kpop. Sus padres le habían acondicionado un aula, pagado un profesor...
El problema era que los profesores le decían que para todo eso tenía que aprender primero música básica y su madre soñaba con un hijo pianista.
Se había aburrido a los tres meses. Era malísimo.
Su mente volvió al presente con las palabras de su madre.
-Doné el piano hace tres meses a una subasta benéfica. Además ese aula está insonorizada. No os molestará nadie. Por favor, se amable con el profesor Noppanut.
Prem hizo gestos con la cara mientras su madre le ajustaba la ropa y le abrochaba la corbata.
Esperaba ver a otra clase de persona en el aula de música. Gafas de concha, chaqueta de tweed o al menos algo que indicase que era un tutor.
Pero claro, él era un artista.
-Señor Noppanut...
-Con P'Boun basta -No quito los ojos del lienzo -eso y puntualidad. Valoro mucho mi tiempo.
-Lamento el retraso.
El chico, que no era mas qué unos pocos años mayor que el, le miró y señaló un taburete a su lado. Llevaba el cabello teñido, piercings y tatuajes. Debía ser muy bueno para que su padre tolerase la presencia de alguien con esa clase de estética en su casa.
Se sentó donde le había señalado. El lienzo parecía a simple vista una amalgama de colores pastel azulados sin orden alguno.
-¿Lo ves?
-¿Qué tengo que ver?
-Lo sabrás cuando lo veas.
Prem fijó la mirada en el cuadro.
-Hay... esas manchas blancas. Hay un barco. Y los tonos azules.. es un barco saliendo de una tormenta.
-Has tardado diez minutos.
Prem se sonrojó.
-No importa, para eso me paga tu padre. Aprenderás a hacer esto con las manos -Boun le sujeto el brazo y le coloco la palma sobre el lienzo. Prem sintió la viscosidad de la pintura entre sus dedos.
Boun le apartó la mano.
-Mira. El barco ahora ha sucumbido a la tormenta. El blanco ahora son la espuma que ha tragado el pecio y los azules se han mezclado hasta casi ser negros.
Prem fijó su mirada en la de Boun y luego en su mano sucia.
Sorprendido. Incluso un poco ofendido. Pero sobre todo, admirado.
Y aún más cuando se perdió en esos ojos.
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El Tutor ||BounPrem||Editada||
FanfictionPrem quiere graduarse en arte. Y es un genio en el arte digital. Pero arte sobre lienzo... es otra historia. Lo mejor, según sus padres, es un tutor Y su padre puede permitirse al mejor