Capítulo 3: Balance

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Bueno... dije que volvía con todo y aquí estoy...

Cinco votos y actualizo

-¿Te ha resultado útil la clase con Boun?

Prem levantó la cabeza de la cena.  Tragó y asintió.

-No hemos hecho demasiado.  Me ha mostrado un cuadro suyo que está en proceso y me ha enseñado a visualizar lo que hay detrás de las imágenes.  Le costó un rato hacerme verlo, pero lo logramos.  Dijo que empezaríamos con las prácticas el próximo día.

-Si, me dio una lista de materiales.

-Es muy callado.  Apenas me habló más que de pintura.

-Se quedó huérfano muy joven, y estuvo bajo la tutoría de un tío suyo hasta que pudo acceder a todos sus bienes.  Ya entonces pintaba.  Solía decir que le ayudaba a no pensar.

Prem vio que la mente de su padre se trasladaba a un lugar lejano en el tiempo.

-¿Eras muy amigo de sus padres?

-Me confiaron la herencia de su hijo.  Creo que eso es una respuesta.  Sus padres eran muy buena gente.  Y su accidente muy inesperado.

-Cariño, todo eso quedó claro hace años...

Su madre trató de intervenir, pero su padre estaba desatado en sus recuerdos.

-No puedo culpar a aquellos que dijeron que podía haber sido un atentado.  El padre de Boun era juez y había recibido amenazas, y se trataba de un vuelo privado.

-La investigación se cerró como un accidente.

-Claro.

Silencio.  Prem comió un bocado más.

-Bueno... eso explica que sea callado, supongo.

-Cuando apruebes la asignatura creeré que estás implicado.

No podía juzgar a su padre.  Era habitual en el perder el interés en las cosas.

-Voy a mi cuarto a estudiar.  Tengo examen.

-Y tarea del profesor de arte.  Me ha llamado para avisarme de que tienes que hacer un retrato para la semana que viene.

-Iba a hacerlo.

-Se lo he dicho a tu tutor, y Boun pasará el fin de semana con nosotros para que te de tiempo a terminarlo.

-¿El fin de semana?

-Sí.  Así que cancela cualquier plan que tuvieras.

Prem subió a su cuarto molesto.  Había pensado ir a un evento de arte virtual ese fin de semana. 

Se sentó a estudiar pero no podía dejar de pensar en Boun y lo que su padre le había contado.  También estaba lo guapo que era.

Tenía que hablar de ello, pero su mejor amigo ya estaría dormido.

"Es guapísimo, te pierdes en sus ojos y tiene una voz que te da escalofríos" no era una conversación que estuviera listo para comenzar con sus padres, que aún confiaban en que encontrara esposa algún día.

Boun terminó de lavarse las manos.  Con uno de esos palitos de manicura quito meticulosamente la pintura en las uñas.  Una vez metió la ropa de trabajo en una cesta para la lavandería, se metió en la ducha.

Había sido interesante conocer a ese chico.  Desde que había comenzado a despuntar como joven talento y ganado sus primeros concursos hasta el momento actual en el que era un artista consagrado, se había sentido inhibido siempre a la hora de compartir con alguien más su espacio de trabajo.  Sabía que muchos lo consideraban un capricho de niño rico, igual que decían que podía hacer esos cuadros porque sus padres habían dejado suficiente dinero y activos para que viviese sin hacer nada.

Ese momento en el que compartía su personalidad en el lienzo era el único en el que se sentía seguro y a salvo. 

Olvidaba que su madre estuvo a punto de quedarse, olvidaba que él se despidió enfadado de sus padres porque no le dejaban ir.

Era la primera vez que compartía su conocimiento y era difícil para el socializar, pero algo en su alumno había hecho todo más fácil.

El Tutor ||BounPrem||Editada||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora