| Extraño |

195 19 1
                                    


—¿Y como era el cazador, mamá?

—Mhmhm, ¿cómo piensas que podría ser?

—Ehhhhh, hip... Oh... Ya sé! Alto, alto... Porque es más alto, que la cervatilla... De cabellos oscuros para ocultarse al cazar, también... Hip, unos lindos ojos celestes así medio claros... Cómo reflejos de luna!— su progenitora ríe, acariciando sus cabellos— ¿Fue muy exagerado? ¡Hip! No quise incomodarte mamá, tal vez no es así y y-yo...

—No digas eso, hija mía— besando su frente, acompañada de una mirada llena de amor— seguramente encontrarás a alguien así de hermoso interna y externamente, amigos, muchos amigos— aclaro alegre, tomándola en brazos— pero por ahora, el reloj indica ir a descansar...

















































—¡Neeko verte muy hermosa!— expreso su amiga, abrazándola por los hombros, orgullosa de ella—

Era la primera, pero PRIMERA vez que iría a un bar, específicamente a una reunión con gente... GENTE QUE NO CONOCÍA, Neeko dijo que se entendería muy bien con todos, en especial con Nami, siendo una buena oportunidad para dejar atrás la timidez y parrandear hasta desmayarse

—¡Hip! ¡Yo no quiero desmayarme! ¿Y si se burlan de mí? ¿Los incómodo? Que tal si digo alguna palabra mal en japonés!?!?

—Neeko pensar que te estás poniendo muy paranoica

—¡¿Enserio!? ¡Hip! ¡Lo lamento! ¡Perdóname Neek-

—¡Lillia tener que relajarse, Neeko asegurarte de que todo saldrá de maravilla!— interrumpió sin malas intenciones, sabía lo extremadamente tímida que llegaba a ser su amiga, muchas veces intentaba sacarla (a patadas) para ir a pasear o salir del departamento, sin éxito (no sabía cómo tenía tanta fuerza), había pedido ayuda a su novia y ella fue la que dio la brillante idea, así que se cumpliría sí o sí, quitarle a Lillia su timidez (al menos un poco, lo suficiente para hablarle a alguien sin disculparse)—

Luego de la pequeña charla y tratar de que Lillia soltara la puerta, ambas fueron al lugar acordado, no era muy tarde, pero pronto iba a anochecer, menos mal era un viernes, Lillia solo tenía que ir los domingos para dejar todo ordenado para comenzar la semana, no había problema, justamente estaba hecha un manojo de nervios, Neeko ya hasta tenía agregado el número del hospital por si le llegaba a dar un ataque cardíaco, pero en realidad solo estaba repasando mentalmente una y otra vez, palabras adecuadas, para no trabarse

—¡Uhhhhhh puro lujo!— encantada, Neeko bajo del taxi, pasando de largo, casi ignorando al encargado de recibir y guiar a los comensales, ya que era un establecimiento amplio, jalando a Lillia que también quedó encantada, ella acostumbrada a la simpleza, era estar en un palacio— ¡Nami!— alzando su mano y subiendo un poco su voz, llamo la atención—

—¡Neeko!— prácticamente le brillaron los ojos, sin tardar fue a su encuentro, abrazándose amistosamente— Que gusto verte

—Neeko también encantada de verte, uhm... Ella es la amiga con quién comparto departamento, ella ser Lillia— presentó, acercando a la mencionada—

—Un gusto— dijo haciendo una reverencia, su rostro ya estaba sonrojado ligeramente, dándole un aspecto tan tierno—

—Igualmente— Nami con tranquila sonrisa, hizo lo mismo— vengan...

¿𝐅𝐀𝐌𝐈𝐋𝐈𝐀 𝐅𝐄𝐋𝐈𝐙? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora