{el primer gran problema}

238 28 15
                                    

⚠️AVISO⚠️

Este capítulo contiene escenas explícitas, si eres menor léelo bajo tú propia responsabilidad. La escena estará marcada con dos 🔞 para aquellos que no quieran leerla, no afecta en el transcurso de la historia. Después del segundo 🔞 no es tan explícito y si es importante leerlo para siguientes capítulos.


Doyoung Pov.

Habían pasado unos sería días desde que Yuta se trajo al niño humano al pueblo. Todos los niños, tanto vampiros cómo lobos, no paraban de preguntarle cosas, pero Shotaro no respondía, no por no querer responderles, si no por qué no podía.

Según nos contó Seungsik cuando Taeyong entró en una pequeña crisis existencial al ver al niño en la plaza del pueblo junto al desaparecido Yuta, Shotaro y Yeosang eran amigos desde hace años. Resultaba que ni Yeosang ni Shotaro sabían a qué especie pertenecía el peligris. Lo bueno era que el chamán de los lobos se había ofrecido a hacerle pruebas al niño para saber a qué especie pertenecía.

Aunque yo no me juntaba mucho con él, me hacía feliz que el niño pudiese al menos tener una alegría... sabía lo que era perder a tus padres de un momento a otro sin previo aviso, la sensación de estar perdido sin rumbo alguno... y encima con la incógnita de su propia especie, no quería ni imaginar la confusión del pequeño japonés.

La verdad era que de los jóvenes solo me juntaba con Jeno y Renjun... y bueno, Jaemin, estos tres eran ya un pack. Con los vampiros... cada vez me juntaba menos. Yuta y Taeyong estaban todavía algo... seguían teniendo sus diferencias, dejémoslo así. WinWin intentaba mediar entre esos dos, pero era algo difícil cuando Yuta se pasaba el día con Shotaro, ayudándolo con lo que sea que el chamán necesitase.

Por mi parte... no estaba muy de acuerdo con la decisión de Tae... pero era su vida y no podía intervenir más allá de darle mi opinión.

Pero alguien con quien sí pasaba gran parte del día, cierto lobo-vampiro de dorados cabellos y preciosos ojos bicolor.

Jungwoo y yo con el paso de los meses nos hicimos especialmente cercanos, incluso más cercanos de lo que nunca fui con alguno de mis compañeros de clan. Después de las "clases" él y yo nos íbamos a un sitio que según Jungwoo solo él conocía, a dónde llegábamos ambos en nuestra forma de murciélago.

El lugar era una especie de mirador en lo alto de una montaña cercana al pueblo de la manada, este estaba escondido por estar rodeado de plantas. Jungwoo y yo habíamos montado un columpio donde nos sentábamos a tomar algo de comer de vez en cuando, pero nuestro sitio favorito era una especie de colchón donde nos acostábamos a descansar después de un largo día.

Cuando estábamos allí hablábamos de cosas en general, a él le encantaba preguntarme cosas sobre el clan, y a mi me encantaba ver su sonrisita cuando le respondía con todo lujo de detalles. Incluso gracias a sus "ejercicios de aceptación lobuna" era capaz de jugar con él en su forma de lobo.

Justo en ese momento tenía al gran lobo negro acurrucado en mi pecho mientras yo acariciaba su cabeza tarareando una canción distraídamente, sabiendo que al chico en mis brazos le encantaba escucharme cantar, sobre todo porque él sabía que era el único quién me podía escuchar cantar, ya que sólo me atrevía a hacerlo con él.

Gracias a mi canción y a lo bonito del lugar el aura era íntima y relajada. La cola del lobo se movía de lado a lado, acariciando mis piernas expuestas por mis pantalones cortos y el aire que salía de su hocico golpeaba mi rostro con delicadeza. Mis manos se perdían entre su pelaje y yo solo podía desear que ese momento no se acabara nunca.

Pude sentir como el peso encima de mí cambió de posición pero no abrí los ojos pensando que Jungwoo simplemente se había movido, por lo que seguí acariciándole con delicadeza. Al principio no lo sentí, simplemente seguía acariciándolo con los ojos cerrados cantando los agudos de la canción con sentimiento, pero al mover mis manos me percaté de que mis manos ya no acariciaban el suave y delicado pelaje del lobo ni su cola me acariciaba las piernas.

[赤月] [적월] {Red Moon}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora