(La Mafía: me estoy enamorando)
Me gusta él porque es diferente,
me gusta él por su manera de ser,
me gusta él por esa forma tan linda en la que se pone cuando está nervioso, me gusta él por su forma de caminar como loco cuando está feliz, me gusta él cuando va caminando y de la nada empieza a reir, me gusta él y su forma en la que me mira, me gusta él y su voz, me gusta él y sus lindos ojos, me gusta él y su cabello, me gusta él y quiero gritarlo a los vientos sino estuviera siempre en problemas con decir que es un criminal.POV Jeannine
El sonido de la lluvia golpeando contra el cristal era lo único que rompía el silencio en mi apartamento. Bruselas siempre tenía esa atmósfera sombría, y aunque ya había pasado años en esta ciudad, aún no me acostumbraba a las noches largas y oscuras, especialmente cuando parecía que todo lo que me rodeaba estaba al borde de un colapso. Me encontraba mirando por la ventana, tratando de poner mis pensamientos en orden, pero la sensación de inquietud se negaba a abandonarme. Algo estaba mal. Lo había sentido durante días, como una sombra que me seguía a todas partes.
Me obligué a apartar la mirada de la ventana y volví mi atención a los papeles que cubrían mi escritorio. Expedientes de casos, informes, notas dispersas. Mi trabajo como jueza era lo único que me mantenía centrada, pero últimamente, incluso eso parecía desmoronarse. Desde que inicié la investigación contra algunas de las organizaciones criminales más poderosas de Europa, había sentido una creciente presión. Mis decisiones estaban siendo cuestionadas, la prensa me observaba con lupa, y algunos colegas comenzaban a distanciarse de mí. No era paranoia, era un hecho.
Sin embargo, lo que más me preocupaba era la sensación de que alguien, en algún lugar, me estaba vigilando. No era solo el narcotráfico o los traficantes de armas los que querían verme caer. Sentía que algo más grande, más oscuro, se cernía sobre mí.
La alarma de mi teléfono vibró en la mesa, sacándome de mis pensamientos. La pantalla mostraba un recordatorio de la reunión del día siguiente con el fiscal. El caso contra una de las mayores redes de tráfico de diamantes estaba llegando a su fase final, y yo sabía que mi sentencia sería crucial. Había trabajado durante meses para armar el caso, para asegurarme de que no hubiera ningún cabo suelto. Pero el precio de estar en el centro de este tipo de investigaciones era alto. Muy alto.
Me aparté del escritorio y caminé hacia la pequeña cocina para prepararme un café. Necesitaba algo que me ayudara a despejar la mente. Mientras vertía el agua caliente en la taza, escuché unos golpes en la puerta. Me quedé inmóvil por un segundo. No esperaba a nadie, y a estas horas, las visitas eran algo inusual.
Con cautela, caminé hacia la puerta y miré por la mirilla. Al otro lado estaba Pierre, uno de los fiscales con los que había trabajado en varios casos. Me relajé un poco, pero algo en su expresión me hizo sentir una punzada de ansiedad. Abrí la puerta.
—Pierre, ¿qué haces aquí? —pregunté, tratando de ocultar mi sorpresa.
—Jeannine, tenemos que hablar —dijo, entrando al apartamento sin esperar una invitación.
Cerré la puerta tras él y me crucé de brazos, esperando que me explicara a qué se debía su repentina visita. No era del tipo que aparecía sin motivo.
—¿Qué está pasando? —le pregunté, mientras él se pasaba una mano por el cabello, claramente incómodo.
—Hay algo que necesitas saber —comenzó, sin mirarme directamente a los ojos. Eso no era una buena señal. —He escuchado rumores... de que te están investigando.
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Obsesión Belga©(Completa✓)
RomanceEden Ceulemans, es un temible jefe del crimen organizado conderado por Europa el jefe de jefes de los sindicatos Belgas en el mundo. Dirige el más grande imperio criminal siendo descrito como "El anticristo", sin dejar de mencionar que acostumbra a...