CAPÍTULO 18

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Estamos en el sillón abrazados, nos estamos recuperando de la reciente actividad sexual que tuvimos.

—Vamos a tomar una ducha amor —me avisa Dan, hago el intento de levantarme para subir a la habitación, pero él me carga en brazos y sube conmigo a la habitación.

Cuando ya estamos aquí me sienta a los pies de la cama y se dirige a el baño, pone algunas esencias en la tina y la comienza a llenar de lo que parece agua tibía.

No puedo evitar mirarlo y comerlo con la mirada, con cada movimiento los musculos de su cuerpo se tensan y se ve demasiado sexy.

Pasados unos minutos vuelve a donde me encuentro.

—¿Te gusta lo que vez nena? —me interroga entre risas.

—Para que voy a mentir, me encanta lo que veo.

Su respuesta es sonreír y volver a subirme a sus brazos.

—Creo que me puedo acostumbrar rápido a que me cargues desnuda a todos lados —bromeo mientras me río.

—No me costaría hacerlo, claro siempre y cuando nadie a parte de mi te vea —lo miro y sonrío mientras él me deposita en la tina y entra conmigo, como era de esperarse un poco de agua cae, pero eso es lo de menos.

Nos acomodamos y yo quedo con la espalda recostada en su pecho, nos quedamos en silencio por unos minutos disfrutando el romántico momento.

—Que raro que ahora no quieras que nadie me vea desnuda, recuerdo que aquella noche que hicimos el trío con Matt no te importo mucho —le recuerdo.

—Es diferente amor, en el club es diferente, él es un dominante al igual que yo y se que jamás se pasaría de listo contigo.

—Puede que tengas razón —respondo —Dan —llamo su atención.

—Dime amor —responde mientras me da un delicioso masaje en los hombros.

—Creo que lo que dijiste es verdad —planteo.

—Dije muchas cosas mi amor —se ríe —¿A qué te refieres exactamente?

—Me refiero al sexo, nos estamos convirtiendo en unos amargados sin sexo y como lo acabas de decir sabes que sos dominante en ese tema y que no puedes vivir sin sexo, no quisiera que te aburrieras de mi.

—Ay amor, primero que nada es imposible que me aburra de ti porque te amo y si puede que sea algo dominante, pero recuerda que cuando me conociste yo ya había dejado ese papel de amo, lo retome solo por y para ti —la verdad es que sus palabras me calman bastante —de todas formas ¿Qué propones para cambiar la situación?

Me quedo en silencio por unos segundos pensando en cual puede ser la situación para nuestro problema.

—Debemos tomar y usar mas de nuestros tiempo para estar juntos y tal vez volver a ir juntos al club —me giro un poco para conectar su mirada con la mía —ya sabes para salir de la rutina —sonrío pícara.

—Me gusta esa idea, así que ¿Volverás a ser mi sumisa?

—Si señor, pero solo en el club.

—Demás está esa aclaración, en el club serás mi sumisa y fuera del club mi mujer —habla de forma sexy.

—Me parece un excelente trato.

—Ambos somos buenos con los negocios.

—Así es —apoyo.

—Sabes ya que arreglamos eso, hoy podemos ir al club —dice en mi oído —ya sabes para jugar un rato más.

—Mmm me parece una estupenda idea —apoyo.

¿Yo, tu sumisa? Sí, Tú Y YoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora