𝘆𝗼𝘂'𝗿𝗲 𝘀𝗼 𝗴𝗼𝗹𝗱𝗲𝗻.

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soft.
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Es maravilloso cuando abro los ojos, es maravilloso.

Removiéndose entre sábanas de seda, tan cómoda entre cálidos cuerpos que le protegían del frío y mantenían sus alientos cerca de su magullada piel.

Conway despertó al amanecer, pequeños rayos de sol impactando en su vista y dejándolo ciego unos segundos, pero aunque no pudiera presenciarlo al instante...

Pudo sentir al azabache abrazado a su cintura y algunos de sus mechones oscuros acariciando su barbilla, su cabeza bien puesta en su pecho. Mientras tanto, otros brazos más pálidos lo rodeaban desde atrás y sentía el ligero peso de su cabeza en su omóplato, los suspiros tranquilos brotando de los dos chicos que parecían no tener ánimos de despertar aún. Aunque gracias a que tenían el sueño pesado, tuvo el placer de observar de reojo al ruso con un semblante lleno de paz, algunos pelillos plateados pegados a su frente y esas pestañas largas que se mantenían quietas.

Acarició con suavidad la espalda del moreno, sonriendo de medio lado al sentir el estremecimiento que recorrió la piel tostada del más pequeño. Parecía un sueño, tan tranquilo y sosegado, esos últimos meses había sido capaz de captar el sonido de las aves cantando en la mañana cuando antes le importaba poco y nada aquellas canciones naturales, ahora las disfrutaba más que nunca y la compañía decía mucho.

No se arrepentía de tomar esa relación con los dos hombres que ahora descansaban a su lado, aferrándose a su cuerpo como si fuera una esperanza y sabía que era de todo menos eso, era consciente que tenía una maldición encima pero ya no se negaba el ser feliz de nuevo y las sensaciones poco a poco volvían a ser bienvenidas en su mente.

Cerró unos momentos sus ojos al sentir ligeros besos quedar en sus hombros, parecía ser que uno había despertado luego de la larga noche donde llegó deshecho a casa luego del turno en comisaría que logró consumirlo casi en su totalidad pero en brazos del mayor y ese búlgaro malhablado le traían siempre a la vida.

⎯⎯ ¿Qué haremos con este? El subnormal no se levanta a no ser que le lancemos una cubeta de agua... Joder.

Se quejó con fingida molestia, murmurando esas palabras con la voz rasposa ya que su garganta se encontraba seca. Fue relajándose más bajo el toque del ruso, esas caricias en su cintura lograban quitarle el malhumor de encima en sólo segundos.

⎯⎯ Jack, es domingo... Deja al niño dormir más.

Dijo con cierta gracia en su voz, pasando una mano por los mechones oscuros de su otra pareja y acariciando estos con sumo cuidado, como si fuera un cristal a punto de romperse. Ambos observaron como el menor se acomodaba mejor en el pecho de Conway, sin evitarlos quedaron con una pequeña sonrisa tierna por la escena, Alexander era la luz que los alejaba de la oscuridad y no había día donde no agradecieran su existencia.

⎯⎯ Es que sois unos vagos, no sabéis lo que es madrugar.

Tan exagerado como lo era siempre, Volkov solamente rió por lo bajo para volver a acomodarse y dormir un poco más, estirando su brazo para abrazar al mayor y a su vez, tomar al búlgaro. Agradecía que tuviera las extremidades largas para ese tipo de cosas.

Conway se sintió en casa y no pensaba en su departamento como su hogar, aquellos comunistas que decía odiar lo eran... Podría simplemente estar observando a ambos hacer de payasos y sería feliz en silencio.

Aunque no les expresara lo mucho que los amaba, lo hacia y protegería a esos gilipollas más que a su vida.

Amarlos era el antídoto para sus males.

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mis niños. 😫💛

•   𝒉𝒐𝒍𝒅𝒊𝒏𝒈 𝒐𝒏 𝒕𝒐 𝒚𝒐𝒖   .  /  ivalkonway.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora