𝘀𝗶𝗰𝗸.

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soft.
.  .  .  .  .  .  .  .  .

Oía en la lejanía un sonido chispeante, podía percibir que era el aceite descontrolado al fritarse en este algún alimento pro lo que pensó que era Ivanov preparando el desayuno como todas las mañanas.

Mientras tanto, Viktor venía llegando nuevamente a la habitación que compartía con los otros dos luego de una ducha relajante que alivió sus músculos estresados. Desde su posición vio al major despertando, notando al instante como se veía más pálido que de costumbre y una fina capa de sudor cubriendo su frente.

Enseguida se acercó a su lado, sentándose a su lado con el ceño fruncido pero aún si decir nada, aunque sospechaba que el hombre estaría enfermo.

⎯⎯ Joder. ⎯⎯ Escuchó que se quejó por lo bajo el de canas, este ahora notando la presencia del ruso y el cual miró justamente como el otro lo estaba haciendo, estaba un tanto confundido por su mirada ⎯⎯ ¿Qué pasa? ¿Tengo algo en la cara o qué?

Su buen humor mañanero se hizo notar, haciendo que el más alto rodará sus ojos y sin mediar palabra, colocó su pálida mano sobre la frente del moreno para tomar su temperatura.

⎯⎯ Jack, tienes fiebre. ⎯⎯ Dijo con una suave mueca, volviendo a su semblante preocupado de antes.

⎯⎯ ¿Y? Eso no es nada, coño... Un ibuprofeno y se me pasa. ⎯⎯ Respondió como si nada, aunque a la hora de enderezarse en la cama lo hizo con pesar ya que la fiebre le traía un pequeño mareo ⎯⎯ Ah, vaya mierda... Y no pienses que faltaré hoy por una puta gripe de estas.

La terquedad que manejaba el mayor ya era algo habitual que aguantar para él y para su otra pareja, la cual entró al ver que estaban tardando mucho.

⎯⎯ ¿Qué ha pasao'? Se me van a enfriar los huevos y no venís. ⎯⎯ Comentó asomando su cabeza a la habitación y entró por completo al notar el semblante de su ruso.

⎯⎯ Jack está enfermo y pretende ir a trabajar así... Venga, dile algo, Alex. ⎯⎯ Apuntó acusatorio al mayor que nada más se dedicaba a mirarlos, nadie le iba a detener de ir a comisaría. Sorbió suavemente su nariz, sin querer llamar la atención de ellos, esa sería otra excusa para faltar y no.

⎯⎯ ¡Nuuu! Se nos muere el vieyo. ⎯⎯ Saltó sobre la cama el de cabello azabache, quedando a un lado de Conway y mirándolo con un suave mohín ⎯⎯ El rusky cree que deberías quedarte a descansar, ¿por qué no le haces caso? ¿Acaso te gusta andar de rebelde aunque tengas setenta?

Soltó una pequeña risita socarrona de las suyas y molestando al pobre enfermo de Conway, que le fulminó con la mirada nada más terminó de escuchar la vacilada del más pequeño.

⎯⎯ No voy a faltar al puto trabajo por una gripe que se cura en media hora. Ahora me voy, tengo que duch—¡Achú!

Su sentencia a quedarse en casa, el ruso y el búlgaro se miraron, con solamente ese intercambio se comunicaron lo que debían hacer y en eso, Ivanov se postró sobre el mayor y abrazándose a él sin ganas de soltarle.

⎯⎯ ¡Ay! ¿Qué coño haces, subnormal? Me estas aplastando, quítate.

Ya entendía que pensaban hacer, planeaban mantenerle encerrado hasta que se le pasara y ese no era un plan que le gustaba mucho.

⎯⎯ Te quedas aquí.

⎯⎯ Yo voy a preparar un té y una sopa, ahora vuelvo.

Ivanov seguía aferrado a la cintura del mayor y el ruso se dirigió ahora a la cocina, quedando el menor de todos con el viejo gruñón.

⎯⎯ Quédate... ¿Si? Que yo te cuido, te vamos a dar sopita como si fueras un señor mayor. No muy alejado de la realidad, eh.

Le sonrió desde abajo, una de esas sonrisas que el de canas no podía rechazar ya que estaba más que pillado por ella y no podía simplemente negarlo, era imposible.

⎯⎯ Puto crío. ⎯⎯ Murmuró, desviando la mirada para no ver ese mohín que ahora mantenía el azabache ya que terminaría por aceptar completamente lo que le estaba ofreciendo ⎯⎯ Un día, por hoy me quedo aquí. Mañana temprano vuelvo, que la comisaría se vuelve un puto circo si no estoy yo...

Sumando que también ahora los comisarios se quedarían pegados a su costado todo el día, tampoco les importaba mucho contagiarse ya que eran casi inmunes a cualquier enfermedad, agradecían sus genes.

Con la confirmación del mayor, no pudo hacer más que acercarse a repartir algunos besos por las mejillas pálidas de él para ver si lograba animarlo más, notando como este gruñía por lo bajo pero sabía de sobra que le gustaban esas muestras de cariño en la intimidad.

Mientras Ivanov seguía repartiendo los besitos en el contrario, llegó nuevamente el ruso con una bandeja, en ella venían el té caliente más la sopa que se veía humeaba por el calor. Se sentó con tranquilidad a un lado de Conway, notando como una mirada café y otra grisácea se posaban en él, sin más, tomó una servilleta y acercó una cuchara cargada de sofá a los labios resecos del Superintendente.

⎯⎯ ¿Crees que soy un puto bebé o qué?

Preguntó con el ceño fruncido, aunque la mirada gélida que le dedicó el ruso le bastó para entreabrir sus labios con pesar y permitir que le diera de comer, aguantan lanzar uno que otro insulto.

Alexander miraba divertido la escena, apoyado en el otro costado del mayor y postrado a su lado en la cama, sonriendo levemente y mirando como en el rostro del ruso aparecía una similar al ver que Conway comía sin rechistar tanto.

Y esa tarde paso de ese modo, ambos dedicándose completamente a Conway y cuidando de él, escuchando una que otra tos escapándose de entre sus labios pero aún así atentos a cualquier cosa.

Llenándolo de mimos y cuidados, así terminaron durmiéndose con él en un pequeña siesta, esperando que despertara mejor.

•   𝒉𝒐𝒍𝒅𝒊𝒏𝒈 𝒐𝒏 𝒕𝒐 𝒚𝒐𝒖   .  /  ivalkonway.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora